Capítulo cuatro

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—Hey, come libros

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—Hey, come libros. —Molestó JinYoung golpeando la cabeza de Jaebeom, este último ni se inmutó.

Desde que el maestro Choi le obsequió el libro de la Historia de Asia, Jaebeom no había apartado sus ojos de él. Conocía muchos datos mencionados, pero siempre era gratificante conocerlos desde otro punto de vista. Además, quería impresionar a Choi con su nuevo aprendizaje, estaba orgulloso de poder participar en un debate sobre la participación de los países asiáticos en la Segunda Guerra Mundial con otros maestros y tener pleno conocimiento del tema, incluso algunos de ellos aseguraron que sería un excelente maestro.

Hnm... —gruñó Jaebeom, molesto por ser interrumpido.

— Voy a pasar el fin de semana en la ciudad, necesito ir por los medicamentos de la abuela y mis padres quieren verme para los asuntos de la universidad. —Explicó JinYoung.

Jaebeom bajó el rostro decepcionado, eso significaba que tendría que pasar todo el fin de semana solo, aburrido. — ¿Puedes echarle un ojo por mí a la abuela?

Jaebeom asintió sin pensarlo y volvió a su libro. JinYoung fue con su novia, hablaban por medio de susurros y reían, siempre que estaban juntos sentía celos. Estaba desesperado por sentir algo por alguien, y que alguien sienta algo por él. Le gustaba pensar en que quizás algún día, una familia nueva vendría con la chica de sus sueños, la imagen de Jackson llegó a su mente. ¿Qué hubiese pasado si Jackson fuese una chica? Negó con su cabeza un par de veces. Eso era absurdo. Él nunca se iba a fijar en una chica tan problemática, menos en un hombre.

Era sábado por la mañana, Jaebeom despertó temprano por voluntad propia, preparó el desayuno y guardó una buena ración para la abuela de JinYoung, quién había partido la noche anterior a la ciudad en busca de medicamentos para la anciana

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Era sábado por la mañana, Jaebeom despertó temprano por voluntad propia, preparó el desayuno y guardó una buena ración para la abuela de JinYoung, quién había partido la noche anterior a la ciudad en busca de medicamentos para la anciana.

Escribió una nota avisando a su padre donde estaba y comenzó a caminar hasta la casa de su amigo, amaba caminar en las mañanas. El colorido pueblo se veía encantador con los primeros rayos del sol, lástima que sea tan perezoso como para despertar tan temprano y gozar de esa maravilla.

— Abuela. —Llamó Jaebeom tocando la puerta, cuando sus nudillos golpearon la madera la puerta se abrió de par en par. No se extrañó, la abuela despertaba bien temprano todos los días. —Estoy acá, soy Jaebeom.

Anunció comenzando a preparar la mesa para el desayuno, minutos más tarde la figura de una anciana apareció y tomó asiento en la mesa tradicional con ayuda de Jaebeom. Este sonrió y besó su frente.
Sentía gran aprecio por la señora, entendía porque JinYoung prefería quedarse allí con ella. Era el cariño y la ternura personificada. Jaebeom no dudó en ayudarla a comer cuando notó que sus manos temblaban para poder llevar la comida a su boca a la vez que le contaba cosas que estaban pasando en su vida. Le gustaba hacer eso, la señora tenía una personalidad muy mítica y contaba maravillosas historias, fábulas, cuentos. Jaebeom aprendía todas sus enseñanzas, y las anotaba en un cuaderno para nunca olvidarles.

— Puedo sentir amor cerca de tu alma. —Jaebeom sonrió por las palabras de la anciana y le acercó el cuenco de sopa a su boca.

— ¿Eso cree, abuela? ¿Será el amor que siento por usted? —La anciana sonrió tras tragar la sopa y volvió hablar.

— Pronto vas a enamorarte, nunca me equivoco en esas cosas... No me equivoque con mi nieto, y mira como está aferrado a su novia. Ah, nuestra Wheein es una buena chica para mi JinYoung.

Jaebeom asintió, comiendo de su arroz. —Puede que tenga razón, abuela.

—Tengo la razón.

En horas de la tarde, Jaebeom salió de la casa de la abuela tras darle el almuerzo y la dejó descansando. Pensó en regresar a casa y decidió desviarse hasta la tienda para comprar algunas cosas que necesitaban en casa. Tomó una canasta y saludó al empleado de la caja sonriendo.

Echó leche, huevos, vegetales y demás cosas que comenzaba hacer falta en la despensa, al terminar fue directo a la caja para pagar. Para su sorpresa, ya no estaba Yugyeom allí, el habitual cajero, en su lugar estaba Jackson Wang. Jaebeom frunció el ceño al mirarlo. Podía jurar que había visto a Yugyeom allí al entrar.

Jackson lucía distinto, ya no tenía sus aretes y la raíz negra ya era visible en su cabello. Facturó sus productos y murmuró cuanto era el monto, Jaebeom entregó el dinero y esperó por la devuelta.

Susdedos se rozaron al recibir el dinero, y quizás permanecieron rozándose más delo normal. Jaebeom fue el primero en reaccionar, apartó sus manos sintiéndose confundido,tomó las bolsas y abandonó la tienda con una sensación extraña

 Jaebeom fue el primero en reaccionar, apartó sus manos sintiéndose confundido,tomó las bolsas y abandonó la tienda con una sensación extraña

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Estos chicos son una ternura, me enamoran. Ya quiero que conozcan más a fondo sus vidas, tengo un montón de capítulos en borradores y me estoy conteniendo a no lanzarlos todos juntos, jajaja. Estoy muy nerviosa, mañana debo rendir el examen de admisión universitaria, y eso me trae entre emocionada y asustada, es un sentimiento tan extraño. Siento que he crecido muy pronto, siento que a penas ayer cumplí mis quince años, pero en un mes ya tendré dieciocho y saldré del colegio en junio. Es tan... No sé, ando sensible estos días por todo eso, ajdk. ¿Qué me cuentan ustedes? ¿Cuántos años tienen?

Próximo Capítulo: Domingo 28 de abril.

Pecado ; jackbeomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora