Lim Jaebeom es el hijo del pastor de la iglesia de Jinghae, un pequeño pueblo al sur del país donde la población no supera a los 500 habitantes, en su mayoría fieles devotos a dios.
La calma del pueblo se ve alborotada con la presencia de una nueva...
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Jaebeom estaba echado en la cama de su mejor amigo, mientras este sacaba ropa de su armario y murmuraba cosas que no se dignó a oír, estaba harto de escucharlo quejarse de no encontrar un "atuendo apropiado" para salir con su novia en su aniversario.
— Ponte cualquier cosa. —Soltó frustrado Jaebeom.
— ¡Cualquier cosa! —Gritó JinYoung. — ¡Es un día especial!
Jaebeom rodó los ojos. —Es solo un aniversario.
— Sí... Es el primero de todos, pero además... —JinYoung mordió su labio inferior y Jaebeom enarcó una ceja, curioso. — Tendremos sexo por primera vez.
— Que asco, JinYoung. —Gruñó Jaebeom por las repentinas imágenes del par teniendo sexo.
— Cállate, eres un virgen envidioso que ni un beso ha dado en la vida. —Esta vez fue Jaebeom quién mordió su labio, él no sabía acerca de sus sesiones de besos con Jackson, y prefería que permaneciera de esa forma.
Pensando en Jackson, no había hablado con él desde el incidente del parque, lo estaba evitando a toda costa pero sabía que no sería eternamente, pues en ese pueblillo nadie podía escaparse de nadie.
JinYoung terminó vistiendo unos pantalones ajustados negros y una sudadera gris, se veía apuesto y distinto, considerando que siempre vestía como un anciano.
Jaebeom salió de la habitación, y se encontró con la abuela de JinYoung sentada en una silla frente a la puerta trasera, admirando los cultivos.
— Huelo a amor ¿Es Jaebeom que anda allí? —Preguntó ella sin girarse, el mencionado sonrió y peinó los alborotados pelos de la señora.
— No sabía que mi perfume tenía ese olor.
— No es tu perfume, cariño. —Aseguró. — Es tu aura.
— Nuestra abuela es muy especial, puede leer nuestras auras. —Jaebeom besó su mejilla y la ayudó a ponerse de pie. — ¿La ayudo a tomar un baño?
— JinYoung ya lo ha hecho. —Dijo ella, permitiendo que Jaebeom le llevara hasta su habitación. — Va a tener sexo hoy.
Jaebeom alzó una ceja, preguntándose porque rayos su amigo le daría esa información a su abuela. —No me lo dijo, lo sentí en su aura.
— ¿Puede sentir nuestras acciones en nuestro aura? —Preguntó Jaebeom.
—No, no puedo, pero las auras hablan más de lo que creemos, el nerviosismo, la masculinidad y las hormonas que desprendían me recuerdan a su abuelo en nuestra noche de bodas.
Jaebeom se dedicó a limpiar los pies de la abuela mientras ella le contaba acerca de los auras, luego la dejó acostada en la cama, colocando una manta sobre su cuerpo. —Jaebeom, escucha mi consejo.
El joven asintió, y se arrodilló a su lado en la cama para escuchar lo que tenga que decir. —Cuando el amor toque tu puerta, no lo rechaces por temor a nada. Es amor verdadero.
