— ¡Muy bien, papá! Me ha encantado. —Decía Jaebeom, sentando desde su banco de la iglesia aplaudiendo.
Estaban solos, y su padre practicaba el sermón del domingo. Jaebeom se puso de pie para darle un abrazo y le miró con una sonrisa. — ¿Me dejas ir a visitar al maestro Choi?
El señor asintió sin pensarlo mucho, sabía lo mucho que disfrutaba su hijo pasar tiempo con el señor, además, le enseñaba cosas que quizás podían ayudarlo a convertirse en maestro. Bien era cierto que tenía miedo de enviarlo a estudiar a la ciudad, y que tenga contacto con las mismas cosas que su esposa y termine de la misma forma, pero tampoco tenía dinero para ello. Le entristecía, quería ver a su hijo formarse y ser un buen ciudadano, pero el recuerdo de su esposa era una constante alerta que le aconsejaba mantener a Jaebeom apartado del peligro.
— Me prometió que me enseñará ejercicios matemáticos más complejos, ya domino todos los del curso y solo vamos a la mitad. —Comentó Jaebeom alegre, tomando su bolso antes de salir corriendo de la iglesia.
— ¡No corras en la casa de dios! —Le recordó su padre, dejando escapar una suave risa al verlo salir de la iglesia.
Se dispuso a trabajar con las finanzas de la iglesia, necesitaban dinero para mantener el local. El pastor Lim no era capaz de tomar un solo peso del diezmo, sobrevivía con ayudas directas de las personas. Jaebeom no sabía esas cosas, y tampoco quería que las supiera, sabía que solo iba a insistir en trabajar para ayudarle y no quería. Lo prefería en la escuela, con el maestro Choi, con JinYoung y su abuela, eran ambientes sanos, donde Jaebeom podía crecer como persona y adquirir conocimientos para la vida. No con personas como Jackson Wang, desde que su hijo comenzó andar con el extranjero la preocupación ha ido creciendo cada día.
La familia del chico no parecía ser mala, había tenido la oportunidad de conversar con su madre en varias ocasiones y era una buena mujer, la bondad la destacaba. Era diligente, trabajadora... Le fascinaba como enseñaba deportes a las personas sin costo alguno, y el padre de la señora no se veía muy distinto. A pesar de no dominar el idioma era muy amable con todos. Todo lo contrario a Jackson, era un rebelde. Tenía el pelo teñido de rubio, perforaciones y fue cachado intentando comprar alcohol.
Frunció el ceño con una mueca de horror de tan solo pensar en esa palabra: alcohol. Como odiaba esa sustancia. Había acabado con su familia por completo, se llevó a su esposa.
Viéndolo desde ese punto, se preocupó por la familia de Jackson en vez de juzgar su comportamiento. Conocía el dolor de perder a alguien por culpa del alcoholismo, suspiró agitando su cabeza como si quisiera deshacerse de esos pensamientos. No conocía a Jackson, no tenía porque hacerse la idea de que era un alcohólico por algo que escuchó en las calles.
— ¡Perfecto, Jaebeom! Eres un experto. —Felicitó el profesor Choi con una sonrisa al revisar los ejercicios de Jaebeom, estaban perfectos como siempre. —Me encantaría pasar más tiempo contigo pero tengo una cita.
Los ojos de Jaebeom brillaron y sonrió. — ¿En serio, hyung? Que maravilla... ¿Quién es esa afortunada? ¿La conozco?
El maestro se puso de pie, negando con una sonrisa nerviosa. Ahora que lo pensaba, hacía sentido que este yendo a una cita, se veía bastante atractivo con un fino traje color azul marino y un par de botones de su camisa sueltos. — Es en la ciudad.
Jaebeom asintió despacio y mordió su labio inferior, le encantaría tanto visitarla algún día. —No es nada del otro mundo, Jaebeom. Muchos carros, mucho bullicio, mucha contaminación, vivir acá es un paraíso.
Las palabras del profesor no funcionaron para animar a Jaebeom, este sonrió y pellizcó su mejilla. —Ya, bobo. Voy a traerte del pastel que te gusta.
— ¿En serio, hyung? ¡Gracias! —Dijo emocionado, colocándose de pie para abrazarlo.
Siwon cerró sus ojos a la par que envolvía sus brazos en el cuerpo de Jaebeom, no eran muchas las veces que lo había abrazado y cada vez más se sorprendía por la firmeza de su cuerpo, aspiró con disimulo su aroma, disfrutando de algo que sabía que no podía disfrutar.
Se sentía un enfermo por desarrollar sentimientos por un adolescente, y más cuando sabía que era completamente heterosexual. Suspiró cuando Jaebeom se separó de él, y acarició su mejilla.
— Buena suerte, hyung. Vaya por todo con esa chica.
Mordió su labio inferior asintiendo. Siwon no iría a ver ninguna mujer, era un hombre. La razón principal que lo hacía era para olvidarse del precioso niño frente a él.
— Ya me voy, Jaebeom. Te acompaño hasta su casa.
Los siguientes minutos la pasaron en silencio en el auto de Siwon. Jaebeom disfrutaba de la música, cantando en voz baja las canciones. Siwon tocaba sus labios nervioso, mirando de cuando en vez a Jaebeom de reojo, adoraba escucharlo cantar. Su voz era tan angelical.
— Gracias por traerme ¡Hasta luego!
Siwon lo dejó ir con un gesto en la mano.
Tenía que olvidarse de Jaebeom, cueste lo que le cueste.
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¿Quién se lo esperaba? Yo no, mientras lo escribía me di cuenta que el Siwon andaba medio enganchado y me decía a mi misma ''Nah, es solo cariño'' pero no, al final lo terminé poniendo así LOL.
¿Ustedes que opinan?
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Pecado ; jackbeom
FanficLim Jaebeom es el hijo del pastor de la iglesia de Jinghae, un pequeño pueblo al sur del país donde la población no supera a los 500 habitantes, en su mayoría fieles devotos a dios. La calma del pueblo se ve alborotada con la presencia de una nueva...