La abuela había fallecido.
Fue la primera noticia que recibió Jaebeom el jueves por la mañana cuando bajó las escaleras de su casa. Desde que notó el serio semblante de su padre y la ausencia de JinYoung supo que algo andaba mal.
Jaebeom había deseado que sea cualquier cosa menos eso. La abuela había fallecido.
Ese día faltó a clases para acompañar a JinYoung, el camino hasta su casa había sido el más largo de su vida.
Encontró a su mejor amigo tirado en la cama boca abajo con la mirada perdida en la ahora única pared vacía de su cuarto. JinYoung, además de ser un experto para molestarlo era el mejor dibujante que conocía, sus paredes siempre estaban repletas de sus dibujos y fotografías. Ahora, había una pared completamente vacía, todos los dibujos estaban echados en el suelo, Jaebeom caminó unos pasos dentro de la habitación, pisando a su paso alguna de las obras de su amigo.
Se detuvo a tomar una de ellas, era un dibujo caracterizado de JinYoung y la abuela. —Deja eso.
Jaebeom hizo caso omiso a sus palabras y tomó asiento en la cama, aún con el dibujo en sus manos. —No creo que quieras deshacerte de todo esto, Jin.
No respondió, en cambio comenzó a dibujar en su colchón con uno de sus marcadores. —Ella sigue ahí.
El castaño se acostó al lado de su amigo, y lo abrazó por su espalda, reposando su barbilla en el hombro. —No has llorado, Jin.
— Tú tampoco lloraste de inmediato. —Recordó, y él asintió. Tenía razón, cuando su madre murió tardó horas en poder soltar una sola lágrima.
— Lo estás asimilando.
— Eso creo. —Susurró. — No quiero hacerlo mientras ella este ahí, no creo que le guste eso. No quiero que su alma se sienta atada por mi culpa.
— Ella nunca partiría sin estar lista.
— Lo sé... —JinYoung soltó el marcador, había dibujado una hermosa orquídea en su colchón, las favoritas de la abuela. — Pero yo no estaba preparado.
— Nunca estamos preparados, Jin.
Asintió, tenía razón. JinYoung suspiró, y se giró para encarar a su mejor amigo, deslizó su dedo por sus mejillas y se detuvo en sus labios. —Me hizo prometer que nunca nos íbamos a separar, nos quiere juntos.
— Siempre vamos a estar juntos, en todas nuestras vidas. —Jaebeom estiró sus labios, era lo más similar a una sonrisa en esos momentos. JinYoung hundió su cabeza en su pecho.
— Mis padres están de camino, y sé que va a suceder, Jaebeom.
— ¿De qué hablas, JinYoung?
— Cuando lleguen, van a trasladar el cuerpo de abuela a la funeraria, realizaran los servicios, luego de dar sus respetos iremos al cementerio, y cuando volvamos acá sé lo que van a decirme, Jaebeom... Tú también lo sabes.
— Van a pedirte que regreses con ellos a la ciudad. —Puntualizó Jaebeom, y el menor asintió.
— Así es... No quiero ir con ellos, Jaebeom. Quiero quedarme acá.
— Ibas a irte de todos modos, acá no hay universidades, acá no hay futuro. —Recordó Jaebeom, pasando su mano por la espalda de su amigo. — Además, Wheein y todos los del curso se irán también. Aquí no hay nada, es solo un pueblo de cristianos y viejos.
— Sí... Pero estás tú y para mí eso es suficiente.
— No vas a arruinar tu futuro por mí, aquí no vas a convertirte en el mejor diseñador gráfico del país.
— Voy a tener que comprar un celular para ti. No puedo perder contacto contigo.
Se quedaron en silencio, Jaebeom acarició a JinYoung hasta que quedó dormido. Una hora más tarde llegaron sus padres e iniciaron los trámites para trasladar el cadáver de la abuela.
Jaebeom no fue capaz de verla, sabía que eso lo iba a romper y necesitaba seguir fuerte para JinYoung.
La funeraria estuvo lista en la tarde, Jaebeom forzó a JinYoung a tomar una ducha y comer un poco de ramen. Salieron de la casita vestidos con ropa formal y el maestro Choi les esperaba.
Tras dar el pésame a JinYoung, se ofreció a llevarlos a la funeraria en su auto. Jaebeom continuaba preocupado, los servicios acabarían pronto y JinYoung no derramaba una sola lágrima. Así continuó hasta el entierro.
Fue enterrada junto a su esposo, y su tumba fue adorada con orquídeas y rosas blancas. JinYoung, en su centro colocó el dibujo que Jaebeom rescató al ingresar a su habitación.
La familia Lim decidió acoger a JinYoung en su casa esa noche, dormir solo donde la abuela falleció quizás no era la mejor idea.
Eran pasadas las 4AM y el par seguía sin pegar un solo ojo, mirando al techo sin decir una palabra.
En algún punto, JinYoung se había escabullido de su colchón en el suelo y se arrimó junto a su mejor amigo. —Jaebeom.
— ¿Si? —Preguntó él.
—No te dije todo lo que me dijo la abuela antes de morir.
— ¿Quieres hablar de ello?
Jaebeom notó como JinYoung asintió en la oscuridad y le dedicó toda su atención.
— Ella habló de muchas cosas, me dio muchos consejos. Pero también me habló mucho de ti, me pidió tanto que te cuide... Dijo que ella y tu madre estaban muy contentas por ti, porque por fin aceptaste abrir tu corazón a ese amor único, también dijo que los malos días se acercan pero debes mantenerte con fuerza, que ningún dolor es permanente y el amor es más fuerte que cualquier cosa.
El silencio volvió a instalarse en ellos, Jaebeom porque estaba sorprendido y JinYoung porque no sabía que más decir.
— No sé que significa todo eso, pensé que era parte de su delirio pero necesitaba decírtelo.
— No estaba delirando. —Dijo finalmente Jaebeom. — No entiendo todo pero estoy seguro de algo... No estaba delirando.
Jaebeom abrazó a JinYoung.
Había derramado sus primeras lágrimas.
— Llora todo lo que quieras, Jin. Acá estoy para ti.
:(
Hace poco publiqué el capítulo piloto del jingyeom, pueden encontrarlo en mi perfil, se llama detrás de la cortina :D
PD luego de un año: Ese jingyeom es una historia que me escribí como regalo de cumpleaños, este año hice lo mismo y escribí un markjin que saldrá el 19 de mayo de 2020, si estás leyendo después de esa fecha, puedes pasarte y disfrutarla uwu.
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Pecado ; jackbeom
ФанфикLim Jaebeom es el hijo del pastor de la iglesia de Jinghae, un pequeño pueblo al sur del país donde la población no supera a los 500 habitantes, en su mayoría fieles devotos a dios. La calma del pueblo se ve alborotada con la presencia de una nueva...