La Doncella Verde

Cap. 8- Encantadora

Se preguntarán... "¿por qué esta mina actualizó dos veces hoy?"

Pues bueno, porque 1- me da la gana y 2- SE ME FUE EL INTERNET Y COMO NO TENÍA NADA QUE HACER ME PUSE A ESCRIBIR EN LUGAR DE HACER MI TAREA JA-JAJAJA-JA-JAJAJA de hecho, estaba escribiendo la siguiente parte de este fic cuando zaz, me vino una idea bien culera.

Ya que todas están enamoradas de Red Kara ahora, cambiaré un poco las cosas acá y la haré aparecer, LES VA A ENCANTAR ya pensé todo mientras contaba las horas sin luz o internet :u además de Reign (¿acaso pensaron que no iba a aparecer el amor de mi vida después de Lena?) Aunque a Pestilence la van a odiar, pero a Reign es imposible no amarla así que nada...

En fin, acá tienen, las amo, bendecidas, gracias por apoyar mi historia con sus votos y comentarios, gracias a la chica que me la pidió, gracias a Lux por hacer que volviera la luz, gracias a mí por nacer, se les quiere, chao <3

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Kara observó a las personas reunidas en aquel lugar.

Había ido al pueblo por orden de Lena, quien la había acompañado hasta antes de entrar al pueblo y había desaparecido luego de dejarle en claro lo que debía hacer.

Suspiró, sin prestar atención a una sola de las palabras que había dicho uno de los hombres y pasando una mano por su cabello con frustración.

—Por ende, propongo que la kryptoniana sea nuestra reina.

—Solo somos un pueblo fronterizo, —se quejó otro de los hombres, causando que Kara girara sus ojos. No era que no le importara el futuro de su pueblo, lo que sucedía era que no podía entender ¿por qué ella? —, no podemos declararnos un reino, somos una fracción independiente de Daxam, nada más.

—Entonces ¿qué propones? ¿Ser tú quien nos lidere?

Kara tomó uno de los panecillos del centro de la mesa redonda, mirándolo en su mano para luego darle una pequeña mordida.

—No espero liderar nuestro pueblo, pero no puedes esperar que un simple pueblo se convierta en un rein-

—Caballeros, —intervino la rubia. Tenía todo un discurso preparado, uno que Lena le había hecho repetir hasta el cansancio la noche anterior y en la mañana mientras se dirigía al pueblo —, nuestro pueblo apenas es una fracción de territorio. No tenemos un ejército, las reservas de las granjas no son exactamente muchas y lo más probable es que en unos días los guardias de la reina se aproximen a nuestras fronteras.

Las personas comenzaron a murmurar y Kara le dio otra mordida a su panecillo, tomándose aquello bastante a la ligera.

—¿Qué propone entonces, ultima hija de Krypton?

Kara continuó masticando el panecillo en su boca y no fue hasta varios segundos después que tragó. Miró a uno de los hombres de mayor edad, un hombre de piel oscura cuyo corto cabello ya era blanco.

—Hasta hace una semana yo no era más que una jovencita más del pueblo ¿no es así? —de nuevo unos pequeños murmullos se escucharon en el lugar y Kara continuó con sus ojos en el hombre mayor —. Era una granjera, de hecho, los últimos días estuve ayudando a mi familia adoptiva con las plantaciones.

—Y su punto es...

La apresuró a hablar otro de los tantos hombres y Kara esta vez fijó su mirada en él. El herrero.

—Lo que hice, no lo hice a la espera de que el pueblo me siguiera. —al instante, notó como las personas parecieron ofenderse por sus palabras y solo le dio otra mordida a su pan, acabándoselo por completo —. Asesiné tres hombres que intentaron aprovecharse de mí en el río, luego asesiné a Maxwell y dos de sus hombres porque se aprovecharon de mi hermana, no esperaba que ustedes me siguieran... pero lo hicieron.