Orgullo.

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Johnny terminó de subir todas las maletas al auto nuevamente, era hora de volver a casa.

— Cuídate, hijo, nunca olvides lo orgulloso que estoy de ti... Y sé que el Señor Baker también lo estaría.— El castaño asintió con lágrimas en sus ojos que su padre seco.— Te amo, campeón, ve a hacer historia con la historia.

Los hermanos se despidieron su padre y se subieron a los carros, disfrutando de un viaje silencioso y relajado.

— Johnny Hyung, si cuando vuelves no me traes un suéter de tu universidad voy a enfadarme.— Murmuró HaeChan desde el asiento de acompañante, YoungHo lo miro sorprendido, creía que estaba durmiendo al igual que los otros en los asientos traseros.

— Yo también.— Escucho decir a ChenLe desde atrás y por el espejo retrovisor pudo ver como este estaba recostado en el asiento, abrazado a WinWin y medio dormido.

— Les traeré.— Aseguró.—  Duerman, bebés.— Ambos hicieron soniditos de afirmación y el mayor pudo volver a conducir tranquilo cuando escucho los ronquidos y quejiditos que soltaban.

Llegaron a casa en la mañana, cuando aún ni los pájaros salían a cantar. Johnny estaciono su carro y junto a él Yuta hizo lo mismo. El mayor se bajó y abrió la puerta de la casa, esperando que los demás bajarán para entrar pero no había movimientos en los autos.

— ¿Chicos? Ya llegamos.— Aviso, pero todos se quejaron sin mover un músculo.— Yuta.— Se acercó al otro auto y abrió la puerta del conductor viendo como el japonés se había quedado dormido sobre el volante.— Al menos llegó a apagar el auto.— Agradeció y sacándole el cinturón de seguridad lo cargo en sus brazos y lo llevo a su habitación.

Hizo lo mismo con todos sus hermanos. Cuando fue el turno de uno de los últimos, JaeHyun, este atrapó a John en sus brazos tirándolo junto a él en la cama.

— No te vayas.— Le suplico.

— Bebé, Lucas quedó en el auto, no puedo dejarlo ahí.— Y tras una débil lucha y llorisqueo del rubio el castaño pudo soltarse e ir por el hermano faltante. Llevo a YuKhei a su cuarto y volvió a bajar para cerrar los carros, pero notó que la perrita seguía ahí.— Vamos Nakia, ve a casa.— Pero su mascota solo gruño y se recostó mas, dándole a entender que no quería moverse.— Bien, te cargaré a ti también.—  Y así dejo a la gran danés en la cama junto a Lucas.

Una vez que todos sus bebés estaban acostados y dormidos, Johnny se acostó en su cama a reflexionar.

Había sido un idiota con el amor de su vida y ahora huía, sin haber arreglado las cosas.

El castaño de recostó boca arriba en su cama y acaricio las marcas en su cuerpo que habían sido hechas por el más chico.

— Tennie…— Llorisqueo cubriendo su rostro para que las lágrimas no vayan más lejos.

No era muy diferente de sus hermanos biológicos, cuando tenía un problema, lo desaparecían, el estaba haciendo lo mismo.

Irse a Princeton no borraría todas las marcas que Chittaphon había dejado en el, pero mantendría su cabeza concentrada en el estudio y no en pensar lo que su pequeño azabache estaba haciendo en esos momentos.

Irse a Princeton no lo harían olvidar los besos, las caricias y los te amos que el más chico le había obsequiado, sin pedir nada a cambio más que un poco de amor. YoungHo se lo dio sin darse cuenta en que momento su vida giraba en torno a ese chico bajito y tailandés. Ten lo convirtió en un grandote que se volvía tan débil por el, Johnny podía ser más alto y grande pero Chittaphon dominaba cada parte de su cuerpo como si fuera un títere.

Como Perros y Gatos [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora