Como Perros y Gatos [NCT]

Loco

Yuta se lanzó en el sofá de la sala de descanso seguido de su mejor amiga.

—Los pacientes son unas perras.— Gruño la morena.— Te juro que pongo lo mejor de mi para ser amable pero siempre vienen a mi diciéndome “queremos hablar con el doctor” Señora el doctor está muy ocupado en otras cosas ¡Déjeme a mi cambiar su receta!

Momo era su mejor amiga, ya que ambos venían de Japón y podían insultar a los demás en su idioma natal sin problema. Su otra amiga de misma nacionalidad se llamaba Sana y había cruzado por la puerta en ese momento.

—Yuta, recuerdas al chico guapo del que nos hablabas todo el tiempo durante nuestros años de estudiantes.— Momo pareció tener idea de quien hablaba y dijo.

—¿Han Solo? ¿El de Star Wars?.

—¡Ese!.— El chico rodó los ojos.— Está en la guardia, parece que alguien lo golpeó feo y pidió por ti.

La chica no pudo terminar de hablar para cuando el rubio ya había salido corriendo en dirección a la guardia donde busco desesperado al mayor hasta encontrarlo en una de las camillas sosteniendo su abdomen con una mano y varios moretones en su lindo rostro.

—¿Qué mierda te paso?.— El castaño sonrió al verlo acercarse a el y tomar su rostro entre sus manos con dulzura.— ¿Quién te hizo esto?

—Los amigos de Jun no estaban muy felices conmigo después de que corte con el ayer.

—¿¡Ellos te hicieron esto!?.— HanSol asintió arrugando su rostro ante el toque del enfermero sobre sus heridas.— Que idiotas.— Yuta puso una cortina alrededor de la camilla de Lee y se puso unos guantes para comenzar a curarlo.

—El celeste te queda.— Murmuró el más alto mientras, aprovechando la intimidad, tomo al rubio de la cintura.— ¡Auch!.— Se quejó al sentir un algodón con alcohol sobre la cortada en su labio.

—Me gustaría saber que tan malo fuiste con ese chico como para que sus amigos te hagan esto.

—Solo le corté y al día siguiente sus amigos me esperaron fuera de la universidad para golpearme.— Yuta alzó una ceja, no le creía para nada.

—Las personas no te golpean por que si, HanSol.

—Bien.— Se resigno.— Le corté por mensaje.— Chillo cuando sintió un golpe en su frente, junto al raspón que tenía.

—¡No puedes cortarle por mensaje!

—Es que él me dijo que no podría hablar en persona hasta la semana que viene.

—¿Y qué te costaba esperarlo?.— Lo regaño y HanSol sintió que sus días de pareja volvían.

Yuta adoraba regañarlo. Incluso si él solo respiraba el menor le decía que lo hacía mal.

HanSol quería que esos días regresen.

—No quería esperar ni un segundo más para volver contigo.— El japonés se sonrojo y sonrió levemente.

—Tonto.— Le dijo mientras volvía a su labor sin quitar la tan preciosa sonrisa que tenía.

—¿En cuanto terminas tú turno?

—Como en…— Tomo la muñeca del castaño y reviso en el reloj que siempre traía.— una hora.

—Ok.— HanSol se quedó callado viendo con atención cada movimiento del más bajo al curar las heridas de su rostro y brazos.

—¿Eso es todo?.— El japonés se volteo para tirar el material usado y cuando regreso su vista al paciente lo vio quitándose la camisa.— ¿¡Qué haces!?.— Chillo cubriéndose los ojos.