Niño.

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Lele se levantó de la cama a mitad de la noche, el frío se colaba en sus huesos y sus ojitos derramaba lágrimas.

Una pesadilla, había sido sólo una pesadilla.

Estaba en casa, en su casita.

Sus hermanos estaban en sus cuartos durmiendo tranquilos, su Gege estaba ahí también.

No estaba nuevamente en los baños de aquella estación de servicio en China, no era un niño que estaba solo y asustado.

ChenLe se limpio las gotitas que empapaban sus mejillas y se levantó de la cama. Sus piecitos sintieron la suave alfombra debajo.

Sus hermanos lo habían abrazado hasta asfixiarlo cuando regreso a casa. Y no iba a mentir, volvería a escaparse solo para que sus hermanos lo sigan abrazando un poco más.

Eso de estar triste y con el corazón roto le daban muchas ganas de mimos y cariño. Así que salió de su cuarto y camino directamente a la habitación de su hermano de sangre. No sé preocupo en tocar, solo abrió y se escabullo hacia la cama de SiCheng.

— Gege.— Susurró intentando avisarle que planeaba meterse a dormir con el, pero se sorprendió cuando vio a Kun en la cama junto a su hermano.

— ¿Lele? ¿Bebé? ¿Qué ocurre?.— SiCheng abrió los ojos perezosamente para ver a su hermanito y tomarlo de la mano, evitando que este escapará.

— Yo… lo siento, Gege, no sabía que Kun Ge estaba aquí.— Se disculpó suavemente y Win río.

— Tranquilo, mi amor, ven, acuéstate aquí en medio.— Kun no hablo pero se movió dejando un espacio entre ellos para que el más bajito se acostara. Entre ambos mayores taparon al menor y se acurrucaron contra el. El brazo de Lee pasando a través de ChenLe hasta reposar en la cintura de su novio y WinWin abrazándose a las dos personas que más amaba en el mundo.

ChenLe se acomodó un poco más debajo de las sábanas. Se sentía tan bien estar allí, entre el calor de dos personas que lo amaban y que lo iban a cuidar por siempre. El peliverde alzó sus ojitos hacia su hermano, y unió sus ojos con los del castaño que le regaló una mirada de ternura y cariño, bajando su cabeza levemente para dejar un mimito de nariz en la del menor. Luego miro a Kun que los veía con una suave sonrisa y beso los cabellos del más chico.

Jung ChenLe no sabe de dónde salió la idea, ni el tonto impulso de murmurar en voz alta aquello que se cruzó por la cabeza.

Pero lo hizo, y los ojos de los más grandes se abrieron con sorpresa cuando el pequeño dijo:

— Así que esto se siente tener papás.

Antes de caer dormido.

En la casa de al lado, TaeYong suspiro al ver a su hermanito más pequeño dormirse, con lágrimas aún frescas en sus mejillitas. Lo apretó más en sus brazos después de besas sus cabellos con amor. Su pequeño pollito…

Le había partido el corazón verlo llegar a casa en un llanto desgarrador, se lo partió más al escucharlo llamarse a si mismo un idiota por haberle roto el corazón a quien más quería.

Yong resopló al oír eso, abriendo sus brazos para que el pequeño venga a su encuentro y protegiéndolo de la vergüenza que sentía de si mismo. Le repitió sin cansancio lo mucho que el y sus hermanos lo amaban en las últimas horas, le preparo su comida favorita a pesar de que este no probó ni un bocado y lo dejo ver televisión hasta quedarse dormido en su pecho.

HanSol también estaba en el cuarto con ellos, pues TaeYong se había recostado junto al de pelo naranja en la cama del menor y este compartía cuarto con el rubio.

Como Perros y Gatos [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora