Atrapado en el armario

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— Hola, buenas tardes señor Lee mi nombre es Jung JaeMin y vengo en busca de mi hermanito, quien espero que no le haya causado mucha molestia.— Hablo el chico de cabello color rosado con voz educada y amable. TaeYong encaró una ceja, el no se creía esas patrañas.

Por lo que sabía  Jung JaeMin era uno de los tantos Jungs que atormentaban a Mark hasta en sus sueños.

— Puedes esperarlo afuera.— Iba a cerrarle la puerta pero el menor la empujó y se metió a su casa.

— Es usted muy amable señor Lee pero prefiero esperarlo dentro.— JaeMin admiro la limpieza y pulcredad de todo el ambiente sorprendido.— Tiene usted una muy bonita casa Señor Lee.

— Ajá.— TaeYong lo miraba desconfiado desde la distancia, debía rescatar que este Jung tenía apariencia más limpia que los otros que había visto y agradecía eso.

— Usted y sus hijos deben trabajar muy duro para mantener el lugar así.

— Si cla… ¿Mis hijos?.— El castaño pregunto confundido.— Son mis hermanos, no mis hijos.

— Oh lo lamento mucho, es que como usted es todo un Daddy no pude evitar confundirme.

¿Ese niño acababa de guiñarle el ojo?

— Creo que es mejor que esperes afuera.— Iba a llevarlo cuando el timbre volvió a sonar, esta vez abrió TaeIl que se encontraba por ahí. La puerta dejó ver a un joven moreno con la ropa llena de barros y hojas y una rama en su cabello.

— Buenos días.— Murmuró antes de adentrarse pasando de lado al mayor.

Genial, ahora TaeYong tenía a tres Jungs en su fortaleza. Sin mencionar que uno de ellos era un pervertido y que el otro estaba cubierto de mugre.

— Esta perra hizo que me tropezara y me cayera sobre la pila de pasto del jardín.— Le contó como si le importase señalando al pelirrosa.

— Tu comenzaste.— Le recriminó el otro.— Le dijiste a Nakia que me atacase y la muy maldita te obedeció.

— Eso fue después de que tú me empujaras por las escaleras.

— Luego de que tú me dieras con la puerta en la cabeza.

¿Qué rayos eran estos chicos? Se preguntó TaeYong mirándolos aterrado. El había enviado a Kun a que le dijera al engendro rubio que su pandilla ya lo esperaba pero nunca se imaginó que tardará tanto, mucho menos que tuviera que escuchar las atrocidades que aquellos hermanos relataban con gracia.

— Oh, hola chicos.

Por las escaleras apareció la razón por la que JaeMin y DongHyuck se habían ofrecido a ir a esa casa.

— Hola JaeNo.— Saludaron al mismo tiempo con cara de enamorados.
Lee JaeNo era el dueño de los suspiros de los hermanos Jung.

— ¿Qué los trae por aquí? ¡Oh! Casi olvidó que su hermanito estaba aquí, un niño muy adorable… Aunque su risa es un poco…

— ¿Escandalosa? Si, ese es nuestro ChonLo.

La intensa competencia de miradas entre JaeMin y JaeNo hizo que todos en la habitación se sintieran incómodos.

DongHyuck se alejó para ver mejor la imagen. Su hermano si que estaba idiotizado por ese chico.

HaeChan río por lo bajo y despegó la mirada de los tortolitos para fijarla en unos dulces ojitos que lo miraban escondidos tras una pared.

Oh, oh, su entretenimiento había llegado.

Se escabullo hasta llegar a donde lo había visto esconderse pero no lo encontró. Miro a sus lados y lo único que vio fue la puerta de un closet. Suspiro rindiéndose y se dio vuelta para irse hasta que una mano lo atrapó y lo metió al armario.

— ¿Qué carajos?.— Observó confundido a su captor.

— Al fin nos encontramos en mi territorio, babyboy.— El otro muchacho se quedó helado al sentir la nariz del más alto rozando su cuello y mandíbula.— ¿Qué pasa bebé? ¿Te comió la lengua el gato?

HaeChan ahogo un grito y trato de zafarse del fuerte agarre.

— ¿Qué tienes gatito? ¿Le temes al tonto nerd de Mark Lee?.— El mayor se acercó al rostro del otro uniendo sus frentes.— ¿Acaso tienes miedo de mi, bonito?

— Suéltame.— Su voz salió rota y débil, tal como se sentía en esos momentos.— Por favor déjame ir, prometo no volver a molestarte en la escuela.— Suplico antes de gritar al sentir las frías manos del maldito canadiense colarse dentro de su camisa.

DongHyuck se desesperó, su respiración se volvió tan loca como el y comenzó a buscar la puerta del extrañamente enorme armario. Encontró el picaporte y lo giró hasta abrir la puerta y lanzarse fuera de aquel cuarto. Cayo sobre su trasero en el suelo de la sala en la que había entrado a buscar a una presa pero termino siéndola.

Se levantó con rapidez del suelo y se apresuró a irse devuelta a la entrada donde JaeMin aún seguía mirando intensamente a JaeNo. Para su suerte en ese instante también bajo ChenLe con su tierna mochila en la espalda seguido de su nuevo amigo. Podría haberlos molestado o disfrutar de haber entrado a la casa de sus “enemigos” según los mayores por primera vez. Pero estaba aterrado.

Aquel chico al que siempre molestaba acababa de ponerlo contra una pared y ¿Seducirlo? HaeChan no lo sabía pero si que logro ponerlo nervioso.

Quería huir de esa casa de locos lo más rápido posible.

— Nos vamos, muchas gracias por cuidar a nuesto delfín señor Lee, usted y sus hijos son muy amables.

No le dio tiempo al castaño para corregirlo ya que tiro de sus dos hermanos fuera de la residencia aún con la respiración irregular y los latidos de su corazón sonando fuerte en su pecho.

— ¿Te ocurre algo Hyung?

El de mechones coloridos río ante la pregunta del chino.

No ChonLo, Hyung no esta bien por qué casi fue besado por el chico más nerd en la escuela.

— No, es solo que… estoy bien.— Entraron a su casa siendo recibidos por los gritos y las canciones de EXO.

— ¡SHAwty IMMa PartY tiLl The SUN's DoWn!.— Su hermano Johnny cantaba a todo volumen mientras escuchaba Love Me Right. A lo lejos vieron a Lucas jugando Fornite en la gran tele de la sala y detrás de él estaba JaeHyun con una mascarilla facial color rosado bailando al ritmo de lo que sea que escuchaba en sus auriculares.

— Nada como el hogar.— Suspiro DongHyuck antes de encerrarse en el cuarto que compartía con JaeMin y pensar en lo que le acababa de ocurrir.

Mark Lee estuvo a punto de besarlo. Lo había encerrado en un closet, lo había olfateado y había intentado acariciar sus rollitos.

Y LO HABIA LLAMADO BABYBOY.

Hae se puso rojo al recordar la voz usualmente cargos a de Lee volverse ronca y su tierna sonrisa en una mueca burlona y sensual.

¿Sensual? ¿Acababa de decir que MARK LEE le pareció sensual?

Mark Lee, el nerd de nerds, el favorito de los profesores, el idiota de anteojos y que se creía mejor que todos por ser canadiense.

¿Ese Mark Lee era el mismo que hoy lo azoto contra la puerta? Aquellos ojos que lo miraban llenos de burla y lujuria eran los mismos del tonto al que siempre molestaba? ¿Ese mismo bobo había logrado sacarle un sonrojo y varios suspiros? ¿Lo tuvo a su merced como si fuese un pequeño pudú ante un gran puma?

DongHyuck golpeó su almohada repetidas veces, odiaba sentirse así.

Como Perros y Gatos [NCT]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora