Observó el GPS, y luego gruñó molesto. Odiaba esa mierda, jamás las había entendido. Especialmente porque se encontraba en medio de la noche, y allí no parecía haber nada.
Marcó el número de Sam, y lo puso en alta voz, esperando que el muchacho le respondiera en algún momento.
"—Hola Ed."
—¿Puedes ver algo? Así se me hará más fácil buscarte. ¿Tienes idea de dónde estás?
"—No, no lo sé, ellos cubrieron mi cabeza."
—Sam, estás en un desarmadero de autos. Esto está lleno de chatarra, no se ve una mierda, y creo que hay animales salvajes por aquí.
"—Lo siento Ed, quisiera serte de ayuda, pero no puedo ver nada... Sabes, creo que deberías volver a tu casa."
—No pienso volver luego de tener que haber conducido catorce kilómetros, y llevar casi una hora caminando por aquí para encontrarte.
"—Es que... Tal vez no sea buena idea que me encuentres, no quisiera que tú tuvieras problemas por mi culpa."
—Ya no tiene sentido eso —le dijo mientras seguía caminando, con la linterna del celular encendida—. Sígueme hablando, quizás pueda oírte.
"—Oh pues, mm, me gustan las hojuelas de chocolate —sonrió suavemente—. Pero no con leche, me gusta comerlas por separado, y luego tomar la leche."
—Sí, cuando era niño lo hacía también —le dijo desinteresado.
"—¿Quieres saber que más me gusta también? Las manzanas acarameladas con palomitas de maíz. Cuando me dieron mi misión, el primer lugar que visité fue una feria, y allí las vendían ¡Y eran deliciosas!."
—Eso si no me gusta.
"—Y compré un globo en forma de corazón rosa, era bonito, tenía puntitos blancos. Y también compré dulces, me encantan los dulces. Habían dulces verdes, naranjas, amarillos..."
Ignoró lo que el muchacho seguía diciendo, porque era obvio que ahora que estaba hablando, no iba a detenerse. Su celular emitió un pitido, y observó la pantalla.
—Sam, creo que estoy cerca.
"—¡Eso es fantástico, Ed! Eres mi héroe."
—Ya, mejor cierra la boca —pronunció con fastidio.
"—Oh, de acuerdo."
Miró su celular, luego un montículo formado por autos desarmados, y observó una bolsa negra dentro de lo que parecía ser la parte trasera de un auto.
—Sam.
"—Dime Ed."
—¿Crees que puedas moverte un poco? —le inquirió acercándose con pasos lentos a la bolsa.
"—Lo intentaré."
Miró expectante la bolsa, y entonces ésta se movió un poco. Se acercó rápidamente a él y metió sus brazos dentro de la destruida ventana.
—Sam ¿Estás aquí?
"—No siento nada Ed ¿Crees que puedas encontrarme igual?"
—¿Por qué me sigues hablando por la llamada?
"—Oh, es que no puedo hablar."
—¿Y cómo diablos me hablas entonces por el celular?
"—Por un sistema que tengo instalado, que me permite realizar llamadas, sin la necesidad de hablar. Como una computadora."
—Okay, espera un poco, buscaré algo con que hacer palanca para sacarte de allí.
Observó la zona, y estaba llana de cosas, pero nada que pudiera servirle realmente.
"—Ed."
—Estoy buscando algo, aún no encuentro nada —gruñó abriendo un viejo baúl.
"—¿Es normal sentir frío?"
—Sí, es de noche y hace frío —pronunció con obviedad.
"—Creo que no me siento muy bien —le dijo en un tono calmo, algo apagado—. Si no me encuentras, lamento haberte hecho venir hasta aquí."
—¿De qué hablas? Si te dije que estabas dentro de ese maldito auto, sólo que no pude abrir la puerta, y la ventana es muy pequeña.
"—Ed, gracias por... Ser amable conmigo."
—Sam.
Esperó a que el muchacho le dijera algo más, pero al cabo de varios minutos, y no tener respuesta, volvió al auto.
—Sam, háblame. Cuéntame cualquier cosa —pronunció con dificultad, intentando abrir la puerta.
Pero lo único que consiguió, fue arrancar la manija, cayendo de espalda al suelo.
—Demonios —pronunció furioso, poniéndose de pie una vez más.
Rodeó el auto, y tomó una batería que había encontrado junto al auto, y golpeó con fuerza una de las esquinas del vidrio trasero, logrando quebrarlo.
Se quitó la campera que llevaba, y se cubrió la mano y el antebrazo, para terminar de quitar los vidrios. Y con cuidado, tomó la bolsa, jalándola hacia afuera.
Lo bajó suavemente al suelo, e intentó romper la bolsa, sin conseguirlo. ¿Qué material era ese? Se inquirió frustrado, antes de tomar un trozo de vidrios y rajarla.
—No puede ser —jadeó al ver el cuerpo del muchacho.
Se alejó un momento de él, sintiendo su estómago revuelto. ¿Qué tan enfermero se podía ser para hacerle algo así a una persona?
Respiró profundo varias veces, y volvió otra vez a agacharse junto a la bolsa. Tomó el trozo de vidrio, y comenzó a cortar la cinta gris que ataba sus muñecas, tobillos, y gran parte de su cuerpo lacerado.
—Estarás bien, Sam —le dijo en un tono tembloroso, al ver el estado en el que estaba.
***
Se pasó una mano por el rostro, sin saber cuanto más podría mantenerse despierto. Eran cerca de las once de la mañana, y al menos llevaba como ocho horas allí, esperando algún diagnóstico de los médicos.
Si no fuera por la denuncia que le había hecho al viejo, que trabajaba en la misma empresa que él, seguramente lo habrían despedido por faltar. Pero debido a la situación delicada de Sam, le habían permitido no ir, para quedarse en el hospital y conocer su estado.
—¿Señor Gallahan?
Levantó la cabeza, y miró al médico, alcanzado levemente su mano.
—Soy yo —pronunció en un tono cansado.
—Soy el doctor Elios Velázquez, y estoy atendiendo a su primo, Sam Lerman.
—Sí, mi primo —murmuró—. ¿Cómo está él?
—Está en un estado delicado, pero con pronóstico favorable. Hemos logrado estabilizarlo, luego de realizarse una transfusión sanguínea.
—¿Entonces se encuentra bien?
—Sí, está estable, pero debido a los analgésicos, está dormido.
—De acuerdo, supongo que ya puedo volver a mi casa.
—Ha dejado su información de contacto ¿Verdad?
—Sí, cualquier mejoría o no, me avisan —le dijo antes de bostezar.
Estaba cansado, luego de llevar a Sam al hospital, había tenido que declarar con la policía, como cinco veces ya. ¿Por qué demonios le pedían que repitiera lo mismo una y otra vez? Era inaudito, tenían pruebas más que suficiente contra el viejo depravado, pero a quien demoraban, eran a él.
Lo único positivo del momento, era que había podido ayudar a Sam.
...
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El muñeco perfecto
Science FictionEdward Gallahan llevaba una vida aburrida, monótona, hasta que conoce a su nuevo compañero, un joven androide sexual, demasiado hablador, que cambiará su percepción de las cosas. Historia resubida de mi otra cuenta xXMishaGreyXx Inicio 04/04/19