Charla

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Insinuaciones +18 👀❤️

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—¿Y tú lo sospechabas? —le inquirió curioso, tomando de su soda con un sorbete*.

—No, obviamente no, sino me hubiera divorciado antes. Ninguno de los dos me esperaba aquella tarde —recordó Edward, mirando su lata de cerveza—... Pero fue lo mejor, ahora sé que lo fue.

—¿Y ellos como reaccionaron?

El moreno respiró profundo, y se recostó hacia atrás en el sofá, mirando el techo.

—Golpeé a mi hermano, lo eché de mi departamento, sin dejar que se vistiera antes de hacerlo, mientras escuchaba a mi ex mujer gritar histérica que lo dejara. A ella al menos le di la posibilidad de vestirse, antes de echarla también.

—Lo siento Ed, habrá sido una situación horrible para ti.

—Lo fue, y no fue fácil... Pero ya pasaron seis meses, y lo estoy sobrellavando bastante bien.

—Wou, has sido muy fuerte —sonrió suavemente Sam.

El moreno lo miró a los ojos, y sonrió levemente, negando con la cabeza. Encontrar a su hermano y ex mujer en la cama, no era nada comparado con lo que Sam había sufrido.

Observó al rubio bostezar, y luego miró la hora. No sabía en que momento había ocurrido, pero llevaban horas hablando, y ya eran casi las doce la noche.

—Ed, gracias por pasar tiempo conmigo, y contarme parte de tu vida. Pero creo que es momento de que vuelva a mi casa.

—¿Piensas volver a Asora a ésta hora?

—Pues si, tomaré un autobús hasta el centro, y de ahí un taxi hasta mi casa.

—No seas estúpido, a ésta hora ningún taxi entrará a ese lugar. Nadie se arriesgaría a entrar allí.

—Oh, bueno en ese caso, tendré que caminar desde el centro hasta mi casa —sonrió.

Edward lo miró con fastidio y se puso de pie.

—No tienes remedio, espera aquí —le dijo saliendo de la sala, dirigiéndose a su habitación.

Sam observó curioso como el moreno regresaba minutos después, con varias mantas dobladas, y unas prendas negras sobre las mismas.

—El sofá se hace cama, y créeme cuando digo que es muy cómodo. También tengo una playera mía y un pantalón de algodón que puedes usar de pijama para dormir.

—¿Qué? —preguntó sorprendido, abriendo los ojos con asombro.

—Que dormirás aquí, cambia esa cara de idiota y ve al baño a cambiarte. Mañana antes de que vaya a trabajar, te llevaré a tu casa.

—P-Pero Ed-

—No pedí tu opinión. Doce y cuarto se apagarán las luces, así que si no quieres quedarte a oscuras antes de vestirte para dormir, te aconsejo que vayas ahora al baño —pronunció antes de girarse, e ir a su habitación.

Sam seguía igual de sorprendido, y salió de aquel estado, cuando escuchó la puerta del muchacho cerrarse. Era increíble, Ed no podía ser más amable con él ¡Lo había dejado quedarse en su casa!

***

Observó a esa hermosa y sensual morena sonriéndole, antes de lamerse los labios, y con una mirada pícara, se arrodilló frente a él, tomándolo de la cinturilla del pantalón.

Él sonrió suavemente, respirando pesando, y ella desprendió su pantalón, bajándolo levemente, junto a su boxer, liberando su ya creciente erección.

Jadeó y cerró los ojos, al sentir como ella se llevaba su miembro a la boca, chupándolo suavemente, probándolo, mientras lo masajeaba.

Su respiración pesada tomó un ritmo más rápido, y entreabrió los ojos, sentiéndose confundido, al observar con la vista borrosa, el techo de su habitación, oscuro.

Gruñó bajo al sentir que pronto se correría, y apretó los ojos y el cabello de aquella mujer, al hacerlo. Sintió como ella subía con suaves besos por su abdomen, por su pecho... Pero él seguía sintiéndose confundido ¿Cuándo había llegado realmente?

Abrió sus ojos al sentir los labios de ella en su cuello, y la rodeó con uno de sus brazos, girándola en la cama para cambiar de posición. Fue entonces que quedó aturdido al verla.

No era ninguna morena... Ni mujer.

El rubio bajo su cuerpo sonrió tiernamente, y lo tomó por detrás del cuello, para atraerlo a él y besarlo. Beso que Edward no correspondió, al estar completamente aturdido.

—¿Q-Qué demonios h-hiciste? —balbuceó alejándose de él, sin salir de encima del delgado cuerpo del muchacho.

—Tú has pasado por cosas tan malas, que quería hacerte pasar un buen momento, y agradecerte por lo habías hecho por mí.

—¡¿Haciéndome una mamada?! —le gritó saliendo de encima de él.

—N-No, yo te había preparado el desayuno —le dijo mirando hacia la mesa de noche, dónde estaba la bandeja—. P-Pero como t-tenías una erección... Creí q-que te gustaría.

—No me gustan los hombres —masculló saliendo de la cama—. No sé porqué diablos pensaste que esto sería una buena idea, es innegable que no estás bien de la cabeza, Sam. Necesitas un maldito psicólogo.

El joven rubio lo observó con pesar, y bajó la cabeza.

—Lo siento, Ed.

—Me iré a bañar, y cuando termine, te llevaré a tu casa —gruñó caminando hacia el baño.

Sam se acarició suavemente uno de sus brazos, y luego salió de la cama, quitándose la ropa. La dobló cuidadosamente, y la dejó sobre la cama, antes de salir de la habitación.

Fue hasta la sala, y se cambió rápidamente para irse, no seguiría causándole más problemas a Edward. Él ya había sido muy amable ayudándolo, y no quería que lo llevara a su casa.

Sabía que el moreno odiaba la ciudad donde el vivía, por ser insegura, pobre... Violenta.

***

Arrastró sus pies hasta el refrigerador, eran cerca de las cuatro de la tarde, y desde la mañana que no comía nada. Y su estómago ya comenzaba a doler.

Observó el interior del mismo, y suspiró. Había olvidado que no había comprado alimentos. Después de haber estado internado, nada servía cuando había regresado a su casa.

—Que estúpido —murmuró suspirando—. Al final, Ed tenía razón... Soy un estúpido —reconoció en un tono bajo.

Volvió a su habitación, y se acostó en la cama, abrazando la almohada. No había pensado que Edward iba a enojarse tanto con él, o que no le gustaran los hombres. Tal vez ni siquiera había olvidado a su ex mujer.

—Estúpido, y mil veces estúpido —se repitió cerrando los ojos, sintiéndose afligido.

...

*Sorbete, bombilla, popote, pajita 🤔🤔 no sé con qué otros nombres lo conocerán en sus países 😣😣

Lo siento amores, ya conocen mi maldita situación emocional... Y cuando me agarra la depresión, sin ganas de nada me pongo.

¡Pero Sayla se siente un poquito mejor! Espero les guste el capítulo ❤️💕

El muñeco perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora