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Insinuaciones +18👀❤️💕

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—Quédate aquí, por favor. No podré dormir si te vas —le pidió a pocos centímetros de su boca.

—N-No quiero —sollozó.

Ed volvió a tomarlo del rostro, y besarlo suavemente, acariciando sus mejillas, secando sus lágrimas. Él era tan dulce. Todo en Sam era dulce.

—Quédate conmigo —le pidió en un tono bajo, agitado—. Quédate a mi lado, Sam.

—Acéptame entonces.

—Yo... No puedo hacerlo aún.

—¿Por qué?

—No me lo preguntes, es complicado para mí. Sólo te pido que no te vayas, es muy peligroso.

Sam lo miró a los ojos, con tristeza.

—¿Dormirás conmigo?

Sonrió levemente, y asintió con la cabeza, antes de volver a apoderarse sus carnosos labios. Con cada beso que le daba, más le gustaba hacerlo.

***

—Algunos días después—

Estaba bañándose, tan perdido en sus pensamientos, que no se había percatado del momento en cuando Sam también entró al baño. Sólo lo hizo cuando el muchacho lo abrazó por detrás, acariciándole el pecho.

Se estremeció por completo y apartó al muchacho, para girarse y mirarlo confundido.

—¿Qué haces aquí? ¿Y por qué estás desnudo?

—Tú tampoco tienes ropa, y quería bañarme contigo —sonrió.

—Sam, sal por favor, cuando termine estrarás tú.

—Pero quiero bañarme contigo —insistió.

Se puso en puntas de pie, y pasó sus delgados brazos por detrás del cuello de Ed, sonriendo.

—Me gustas tanto —sonrió rozando sus labios—. En verdad quiero hacerlo contigo, Ed —le confesó antes de besarlo.

El moreno correspondió a su beso, ya sin tanta culpa de hacerlo, y disfrutando más de aquello, de Sam.

El joven rubio bajo una de sus manos por el pecho de Ed, y la dirigió a su entrepierna, para tomar su miembro y masajerlo suavemente.

—No hagas eso —gruñó Edward, mirándolo a los ojos.

—Pero te gusta —sonrió antes de volver a besarlo, y apretar su creciente erección entre sus dedos.

No importaba lo que Ed dijera, su cuerpo no mentía, y le gustaba. Su miembro en pocos minutos estaba completamente erecto, ansioso por las caricias de Sam.

El muchacho se arrodilló frente a Edward, y se lo llevó a la boca, chupándolo.

—Ah, no Sam —le pidió cerrando los ojos, tomándolo de la nuca.

Sam lo tragó lo más que pudo, y lo sacó suavemente, continuando lamiéndolo, acariciándolo, mientras escuchaba la respiración errática de Ed. Qué cada vez lo sujetaba más fuerte del cabello.

Hasta que el moreno no pudo aguantarse más, y comenzó a moverse contra su boca, sintiendo como el muchacho apretaba los dedos de una de sus manos contra su trasero.

Su lengua, sentir la humedad de su boca, o sus dientes rozándolo suavemente, lo estaban volviendo loco. Y simplemente, dejó de pensar, para poder disfrutar de Sam, sin culpas.

—E-Espera, me voy a venir —le advirtió, para no correrse en su boca.

Pero Sam no se detuvo, quería que lo hiciera, y succionando más profundo, logró que Ed se corriera, sin dejar de chuparlo. El moreno cerró los ojos, respirando agitado, intentando recobrar el aliento, cuando sintió los besos del joven rubio subiendo por su vientre.

Tomó a Sam por detrás de cuello, y sujetó con fuerza su cabello, antes de devorar su boca. A lo que el muchacho le respondió con la misma intensidad y deseo, sintiéndose ansioso.

Sintió los dientes y la lengua de Ed en su cuello, estremeciéndolo, abrazándolo a él.

—Quiero hacerlo, Ed —le pidió en un tono pesado—. No tengas miedo, no es tan diferente.

***

Se despertó al escuchar su celular vibrar, ya que había desactivado las notificaciones de voz del sistema de su casa. Miró al joven rubio dormir abrazado a su pecho, y le dio un suave beso en la frente, antes de sacar con cuidado el brazo y la pierna que pasaba por encima de su cuerpo, y salir de la cama.

—Jay ¿Qué pasa? —preguntó pasándose una mano por el rostro, caminando hacia la cocina por un vaso de agua.

"—Hace dos horas que te estoy llamando a ti y a Sam, y ninguno me contesta ¿Están bien?"

—Sí ¿Qué quieres? —le inquirió sirviéndose agua, indiferente.

"—Saber de Sam, no volví a verlo después de lo que ocurrió en el gimnasio."

—Él está bien —le dijo buscando algo en el refrigerador para comer—. Y creo que te di alguna vez la dirección de mi casa, puedes venir a verlo cuando quieras.

"—¿Por qué sigue viviendo contigo?"

—Porque sí.

"—Escucha Eddie, no pudimos tener ésta conversación antes, pero ya que estamos hablando ahora, te lo diré. Samy tiene la edad de Katie ¿Comprendes? Lo veo del mismo, y si tú lo lastimas, juro que te haré pagar. Cómo al hijo de puta de Toro."

—Si mis intenciones fueran malas con Sam, no me habría preocupado por él ¿Okay? —le dijo molesto, colocando una porción de arrollado en el microondas—. Y ya estoy bastante grande, para que me amenaces.

"—No es una amenaza, es una advertencia. Y no se trata de que quieras cuidarlo, sino del hecho de que seas sincero con tus sentimientos. Sam es un chico muy ingenuo, y está enamorado de ti. No me lo ha confirmado, pero sé que es así."

—Soy sincero con mis sentimientos, siempre lo he sido —bufó tomando un plato, colocando más arrollado a calentar. A él también le había dado hambre ya el aroma.

"—Entonces acepta que también te gusta."

—No necesito demostrar nada, a mis veintiocho años de edad, no le debo explicaciones a nadie. Y somos buenos amigos, Jay, por no meternos en la vida privada del otro. Ven a ver a Sam cuando quieras, si quieres esta noche. Le diré que llamaste —pronunció con fastidio, antes de cortar.

Odiaba que se metieran en su vida privada, luego se sentían con el derecho de opinar de la misma.

Sacó el segundo plato del microondas, y lo colocó en una bandeja, junto al otro y dos vasos de agua. Observó aquello, y suspiró. Con el apetito que tenía el rubio, y no haber comido nada en horas, de seguro eso no alcanzaría para los dos.

Tendría que preparar algo más para comer, o llevarle alguna de esas porquerías dulces y llenas de calorías que Sam amaba. Rodó los ojos, y tomó un paquete de papas fritas, volviendo hacia la habitación.

Si Sam luego quería más, regresaría después a la cocina, su estómago comenzaba a gruñir de hambre ya.

...

El muñeco perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora