El muñeco perfecto

Francis

Lo besó suavemente en la frente, en sus mejillas, en sus labios, sintiendo como él lo abrazaba, sonriendo por sus muestras de cariño. Y así es como le gustaba ver a Sam.

Ambos estaban desnudos en el sofá, el rubio sobre Ed, acostado sobre su cuerpo, abrazado a él.

—Esto no cambiará nada mi decisión.

—¿Seguirás con lo mismo, Sam? —le dijo con cansancio.

—Sí, hasta que cambien las cosas.

El moreno respiró profundo, y suspiró, asintiendo con la cabeza.

—De acuerdo ¿Sabes por qué no llegué detrás de ti apenas tomaste el taxi?

—No ¿Por qué?

—Toma mi celular, creo que quedó en mi abrigo —sonrió.

El joven rubio hizo lo que Edward le había dicho, y se lo entregó, esperando a que le mostrara lo que sea que tuviera allí.

—No creí que fuera necesario mostrarte esto, pero ya que estás empecinado en irte —le dijo buscando algo—. No tengo más remedio. Dale play.

Tomó curioso nuevamente el celular, y puso a reproducir el video que estaba allí. En la imagen estaban todos sus compañeros de la empresa, mirando expectante a Edward.

El vídeo, al parecer, era de esa misma noche, ya que podían visualizarse la decoración, y obviamente, la ropa que Ed tenía puesta antes.

"—Les pedí que bajaran la música y me escucharan por un momento, porque tengo algo importante que demostrarle a una persona muy importante para mí —Habló el moreno, que estaba siendo filmado por alguien más—. Hace... Hace un tiempo, conocí a una persona que me hizo cambiar la forma de pensar, de sentir. Para mí no fue fácil aceptar lo que sentía... Lo que soy."

Sam observó las expresiones de confusión de sus compañeros, que eran iguales a la suya propia ¿Qué demonios estaba haciendo Edward?

"—Simplemente haré esto porque para él es importante, a mi me da igual lo que piensen  luego. Pero Sam y yo somos parejas —pronunció, con una expresión seria—. Y lo quiero, y me importa poco si no lo aceptan. Lo quiero, soy... Bisexual.

Edward vio que sus compañeros estaban por aplaudir, y negó con la cabeza, luciendo muy fastidiado.

—Por Dios no, ni que esto fuera una comedia romántica, y necesitara su aprobación. Sólo lo hago por Sam. Ahora, me iré tras él, nos vemos en dos semanas."

El vídeo se terminó, y el joven rubio estaba tan sorprendido, que no supo cómo reaccionar.

—Ya todos lo saben, ya no debemos seguir ocultándonos, ni nada. Te acepté, y me acepté frente a todos por ti, Sam

Dejó el celular, y lo miró, con los ojos cristalizados, sonriendo, antes de besarlo. Ahora sí sentía que él realmente lo quería.

***

—No, la playa es muy concurrida, quiero algo diferente.

—¿Cómo qué? —le preguntó Sam, observando su celular.

Estaban eligiendo donde pasarían sus vacaciones, pero al parecer, los dos querían cosas diferentes.

—Nieve, me gustaría ir a un lugar con nieve.

—Pero estoy cansado del frío, Ed —se quejó haciendo un mohín.

—Pero aquí no tenemos nieve, y quiero verla una vez más.

—Okay —bufó—. Pero antes, debo pasar por la industria que me creó.

—¿Por qué?

—Debo buscar unos papeles ¿Quieres venir conmigo?

—Claro, siempre he tenido curiosidad de saber cómo es aquel lugar —le dijo pensativo.

—¡Perfecto! —exclamó antes de darle un beso corto en los labios—. Me alistaré y nos vamos.

Edward se quedó acostado en la cama, y siguió buscando el lugar ideal para ir en las vacaciones. Ya habían perdido dos días, por lo que le quedaba menos tiempo de descanso.

***

Desde que habían llegado a la filial de la industria de inteligencia artificial, Edward estaba haciendo preguntas, sacándose todas las dudas sobre los androides, y la situación actual de los mismos.

Y Sam por su parte, había querido visitar las instalaciones, recordar viejos tiempos, cuando había vivido allí.

Caminó por uno de los pasillo, y llegó hasta una gran habitación que tenía un cartel luminoso, que decía "Área de prueba infantil". Curioso se acercó hasta el ventanal, y observó que habían varios niños, quizás unos veinte, de diferentes edades.

Sonrió suavemente al verlos jugar, pero uno llamó su atención en particular. Era un pequeño que no debía llegar a los dos años, estaba solito en un rincón, mirando como todos jugaban juntos, menos él.

Golpeó la puerta, y una chica castaña con una amable sonrisa, le preguntó que se le ofrecía, por lo que Sam le contó su historia, y porqué se encontraba allí actualmente.

***

Lo había perdido hacía más de veinte minutos, y no lograba encontrarlo. Hasta había tenido que pedir ayuda a los de seguridad para hallarlo.

—¡Ed!

Se giró al escuchar la voz del rubio, y miró desconcertado al muchacho, y al niño que llevaba en brazos.

—Ed, míralo.

—¿De dónde sacaste a ese niño?

Sam río bajo, emocionado, realmente feliz.

—Ed, quiero presentarte a Francis. Francis —le dijo hablando al bebé, sonriendo—. Él es tu otro papá, Edward Gallahan.

El moreno lo observó aturdido. Debía estar bromeando, no podía ser tan estúpido de decir aquello.

—¿Q-Qué dijiste?

—Que adoptamos a Francis, bueno, aún no —sonrió—. Sólo falta que tú firmes y traigas unos documentos, pero nada que nos demore demasiado la adopción ¿No te parece un niño bonito?

—¿Hablas en serio? Sam no puedes tomar una decisión así a la ligera —masculló molesto.

—Pero-

—Hablaremos de esto en casa, vamos.

—De acuerdo, firma entonces la adopción de Francis.

—Sam, hablo en serio —gruñó.

—Yo también, dije que lo adoptaría, y lo haré.

—No es un perro, es un niño. No puedes decidir esto por los dos, es algo que debíamos hablarnos. Un hijo no es un juego. Yo no quiero esto, Sam.

—Entonces vete —pronunció el rubio abrazando al bebé—. Yo no dejaré a Francis aquí, luego de decir que lo llevaría conmigo. Creí que tú serías más comprensivo conmigo, pero me equivoqué.

Apretó su mandíbula, y asintió con la cabeza. No iba a ser parte de esa locura. Sam se había equivocado y mucho en tomar aquella decisión. Y ni siquiera le había consultado nada.

—Haz lo que quieras —le dijo antes de girarse, y dirigirse a la puerta de salida.

...

Lamento la demora amores míos, pero trabajé por la tarde 💔😔 habrá otra cap, sólo sean pacientes 💕❤️