Stony series Vol. 2

Destinado

Adv. 18+ (más o menos) 

         Omegaverse

—Siempre usa preservativo.

Bruce, al escuchar eso, dio un respingo. ¿Cómo? ¿Qué? ¿A qué venía eso?

—¿De qué hablas, Tony? —preguntó, aunque mentalmente corrigió su propia pregunta: "¿De quién hablas, Tony?"

—Nada—dijo aquel con un suspiro.

Bruce dudó, pero regresó a lo que estaba haciendo.

—Tampoco quiere marcarme.

Una vez más, Bruce dio un respingo, pero, está vez, con un escalofrío.

—¿Qué? — de nuevo la corrección inmediata en su mente "¿Quién?"

Sin embargo, Tony no respondió. Bruce lo observó, entonces, con atención. El castaño estaba distraído, mirando un punto indefinido en algún lugar del otro lado del taller. Quieto, con todas sus pantallas abiertas, pero todas ignoradas, parecía pensar y repensar una cosa.

Bruce dudó de nuevo, tal vez, se dijo, lo mejor era continuar con lo suyo; y lo hubiera hecho, si Tony no hubiera soltado un sonoro suspiro y se hubiera dejado caer sobre la mesa de bruces.

—¡Tony! —Bruce dejó su trabajo y corrió a su lado—¿Qué tienes?

Por reflejo, le revisó la temperatura. Nada. Estaba normal. Tal vez no se trataba de gripe u otra cosa.

—¿Tony? ¿Bebiste o comiste algo raro?

Tony rodó los globos oculares hacia él y negó.

—¿Qué pasa?

Tony no se movió, pero Bruce vio con alarma que los ojos de su amigo se llenaban de lágrimas.

—¡Dios, Tony! ¡¿Qué te sucede?!

—¡Creo que no lo gusto, Brucie!

—¡Ah! ¿De qué hablas?, quiero decir, ¿de quién hablas?

Tony se incorporó un poco y se limpió las lágrimas con el dorso de la mano.

—Steve—murmuró.

—¿Steve qué? Tony, no comprendo.

Tony volvió a suspirar, pero esta vez en busca de tranquilidad.

—Yo... he estado durmiendo con Steve.

Bruce escuchó la confesión y no podía creerla.

—¿Qué?

Tony se encogió de hombros y le contó. Había sucedido en vísperas de navidad. Todos los vengadores habían decidido tener vacaciones, y ya que nada parecía interponerse en su camino, cada uno tomó su destino. Sólo él, Tony, y Steve se quedaron en el complejo. El primero pretendía trabajar un poco más en su armadura, él otro sólo quería pasar un tiempo con sus libros y lienzos a medio terminar.

Se veían a medias, entre la comida y la cena, nunca en el desayuno; siempre cuando uno ya estaba comiendo o estaba por terminar. Sólo una vez llegaron a la cocina al mismo tiempo. Tony identifico el aroma de Steve nada más salir del taller. Ese aroma fresco, masculino, que los perfumistas llaman, notas marinas; podría pertenecer a cualquier perfume caro, pero no, el aroma de Steve era particular, especial, y provenía de su piel, de su sudor. Ese día en particular era más claro, más perceptible para su olfato. Quizás porque estaba cerca su celo y su olfato está más afinado. Sabrá Dios, pero no era el único, cuando pasó a lado de Steve, este no pudo evitar inclinarse un poco hacia él.