Capítulo 13: Mi Deseo...

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TV Noticias:

"En otras noticias, continúa el ascenso de muertos en Ginger Town, y al igual que hace veinte años vuelve a ocurrir la misma pesadilla digna de una película de ciencia ficción, o mejor dicho en este caso de horror. En este momento nuestro reportero Max esta en lo ocurrido. Cuéntanos Max, ¿cómo está el panorama?"

"Bueno John el terror crece en Ginger Town, la mayoría de la gente afortunadamente ya ha sido evacuada, y como puedes ver... ¡¡Oh!!"

"¿Ocurre algo Max...? ¡¡Max!!"

* Y se corta la señal abruptamente *

"Bueno... jeje... al parecer tenemos problemas técnicos no sé que acaba de ocurrir que perdimos contacto, Pero no se alarmen que en seguida volveremos con más noticias"

*Apagan el televisor*

— No puede ser... que grotesco —

— Es obvio lo que acaba de pasar a ese pobre reportero, y los medios harán todo lo posible para encubrirlo... con tal de no sembrar el pánico —

De vuelta con ese macabro ser, quien retiraba su tentáculo manchado de la sangre del pobre reportero quien pasó a mejor vida. Así es, acababa de absorber al reportero Max Dowell, un tipo bueno, trabajador, hombre de familia y de bien, que por azares del destino ese día le toco arriesgarse más de la cuenta cuando se topó con ese monstruo que sin misericordia, le arrebato no solo la vida sino que le había succionado todo con esa asquerosa extremidad que salía de su espalda, y cuando digo todo me refiero a todo; desde sus órganos, sangre y hasta los huesos. Por último y el más doloroso fue cuando le aplicó un ácido viscoso que hizo que se disolviera por dentro y lo único que quedo fueron solo piel y ropa que consistía de una camisa (ya saben los típicos trajes que usan los periodistas).

— Fascinante me siento más vivo que nunca, la energía vital de los humanos es deliciosa. — Decía el asesino relamiéndose los sabios como si hubiera probado lo más delicioso en su vida.

— Pequeñín sal de ahí, no tiene caso que te escondas ya te vi. — Decía él refiriéndose al escabullido que se encontraba escondido entre las casas de ese barrio. Ese era el pobre camarógrafo quien atemorizado por su vida hacia todo lo posible para no llamar la atención. Pero para su calvario, el horrido ser no tardó mucho en encontrarlo debido a su energía vital, pues esa cosa tenía un sentido único, sabia distinguir el olor a sangre de cada persona a cierta distancia, pero cuando lo hacía era un olor que se le hacía delicioso, se había vuelto bastante glotón, de hecho el consumir humanos se había vuelto más un placer, porque podía pasar días sin alimentarse, pero como lo dije, se había vuelto un placer exquisito. Los sentimentalismos a la hora de "comer" para él no existían, era como si de vacas o corderos se tratase, o menos, como cuando matas a un insecto sin remordimiento y sigues con tu día como si nada.

— Tú me servirás como postre... ¡jajajaja! — Reía macabramente con su voz profunda y gruesa, capaz de asustar hasta al que se considerara el más macho.

Y el que estaba orando para que no lo encontrase entró no solo en pánico si no lo siguiente, podía escuchar sus pasos cada vez más fuerte, lo que significaba que se estaba acercando cada vez mas, mas, y más hasta que ya no oyó nada. Pero por alguna razón lo sentía demasiado cerca, así que sin tapujos lentamente levanta la mirada para arriba pero cuando lo hizo, su corazón dejó de latir parándose en seco al verlo frente a él, a su depredador.

— hahaha... Con que aquí estabas, tu amigo estaba delicioso...

— ¡¡¡Aaaahhh!!!

Fue lo último que se escuchó de ese pobre sujeto, y de pronto del misterioso asesino sale un tentáculo y como si de una sanguijuela gigante se tratara, se adhiere a la espalda del tipo que convulsionaba en el suelo por el dolor que sentía, pero el que ejecutaba aquella acción prosigue a succionarlo por dentro. El otro por supuesto al sentir como se clavaba en su espalda algo punzante manifiesta su dolor con un grito desgarrador, pero pronto entraría en shock ya que el dolor era algo indescriptible de explicar, era agonía pura, pero para su suerte pronto partiría de este miserable mundo. Solo quedaron como ya se había mencionado antes, ropa y piel de aquel pobre individuo, de tan solo veinticinco años.

Unidos Por Un Sentimiento Mutuo | Goku & Caulifla (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora