El sonido de autos ser acelerados resonaban en el lugar, Yoongi con el cigarro a medio terminar observaba a los competidores con la mirada aburrida. Carreras ilegales hacia tiempo que le había aburrido, pero su trabajo lo mantenía allí, en medio del caos de la noche, con demonios acechando a los humanos, había víctimas en la ciudad, y ellos eran los responsables.
Pero esa noche era distinta, hace una semana que había sucedido lo del ángel en el bar y seguía teniendo la sensación de tenerlo cerca, observando sobre su hombro. Como una presencia que lo acompañaba.
Y se estaba volviendo irritable.
Arrojó el cigarro a medio terminar y con la punta de su bota lo aplastó en el suelo. Suspiró cansado, por primera vez en todos los años que llevaba ejerciendo el cargo de demonio mayor, estaba cansado.
Y se sentía solo, las mujeres con las que se acostaba le divertían solo el tiempo que duraba follandolas para después irse por la mañana sin decirles nada.
—¿Qué tanto piensas, Yoongi?
Preguntaba su mejor amigo Taehyung mientras arreglaba la chaqueta azul que llevaba esa noche.
—¿Recuerdas cómo era antes de esto?
Taehyung puso atención en el tono de voz que usó su amigo, uno melancólico.
—Cuando deseo lastimar a Jungkook, recuerdo que no soy un demonio del todo —pronunció lentamente —no soy un demonio aunque me hayan convertido en uno. Se podría decir que Jungkook tiene más experiencia en esto porque el siempre fue uno, pero voy bien, soy bueno controlando mis emociones.
—Cambiaste tus alas por Jungkook, diste todo por un demonio, Tae —dijo enojado Yoongi.
Taehyung asintió pensativo, arregló de nuevo la chaqueta azul y miró al frente. Cuando Yoongi pensó que era todo, Taehyung giró y lo miró a los ojos con lágrimas en ellos.
—Lo haría de nuevo, las alas no se comparan con lo libre que me siento a su lado. Además Jungkook y tú le dieron su merecido al cielo —sonrió recordando.
Yoongi apretó sus manos recordando las alas de Taehyung ser quemadas frente a él, sin poder hacer nada para evitarlo. Como su amigo estaba esposado, ensangrentado y pidiendo piedad por sus alas.
—¿Extrañas las tuyas? —preguntó de repente Taehyung bajando la mirada.
Esa era una duda que tenia desde hace tiempo, desde que Yoongi perdió las de él también.
Las alas de Yoongi fueron cortadas, después le pusieron fuego celestial para evitar que crecieran unas nuevas o que curara rápidamente. El dolor recorrer cada pulgada de su cuerpo, lo sentía como si lo hicieran de nuevo. Cerró los ojos y trago saliva.
—No, Taehyung.
Pero lo cierto era que si las extrañaba, le dolía no tenerlas y estar atado al infierno pero nunca se lo diría a Taehyung.
Entonces se escuchó un resonar de autos ser volcados, gritos de personas, una nube de polvo se levantó haciendo imposible distinguir más allá.
Tae y Yoongi se dirigieron al caos, cuando entraron el chico de cabello menta solo podía mirar a una dirección, al ángel parado en medio de ese caos.
Confundido, Yoongi fue hacia él, dejando a Tae hacerse cargo de lo otro. Con paso firme, molesto y desconcertado jaló del brazo al ángel haciendo que lo mirara. Pero este estaba hipnotizado con algo más. Miraba una luz blanca emitir de sus manos.
—Cubre eso —dijo apresurado poniendo sus manos encima de las del ángel.
El ángel lo miraba asustado, no por el hecho de que un demonio estaba a su lado, sino por la luz que emitía sus manos.
—¿Qué es esto? ¿Por qué mis manos brillan? ¿Qué sucedió? —pronunció atropelladamente.
Yoongi miraba sobre su hombro observando que nadie mirara a su dirección. Puso su atención en el chico frente a él e hizo una mueca. Esperaba no encontrarlo de nuevo. Y allí estaba, de nuevo metido en problemas.
—Lo primero es sacarte de aquí, con el número de demonios en este lugar, te asesinaran —soltó molesto.
Soltó las manos del ángel para sacarse la chaqueta que llevaba puesta y así cubrir las manos del ángel con ella.
—¿Qué haces aquí, brillitos? —preguntó Yoongi mientras cubría las manos del chico —¿Te atraen los problemas?
El ángel lo miraba confundido.
—Caminaba y de pronto mis manos comenzaron a brillar —respondió.
Yoongi termino de sujetar la chaqueta sobre las manos del ángel.
—Claro, brillitos, ¿sabes que eres pésimo mintiendo? —dijo observándolo.
Rodeó al ángel de la cintura y camino con el a su lado a paso apresurado para llegar a la banqueta antes que alguien los viera.
—Mi nombre es Jimin, no brillitos —susurró el ángel.
—No te pregunté tu nombre. —soltó divertido.
Jimin bajó la mirada avergonzado. Yoongi al ver su expresión triste, por alguna razón también lo ponía melancólico.
—Lo siento.
—Aléjate de los problemas.
—No es...
—Eres un ángel, no perteneces a estos lugares —dijo tranquilo.
Jimin asintió.
—Mis manos siguen brillando, Yoongi —pronunció tímido.
Yoongi suspiró cansado, sus manos debían parar de brillar pero en cambio su luz se hacía más fuerte. Lo que sea que esté poniéndole nervioso, debía parar.
—Necesitas calmarte, solo así el brillo se irá. Y si no lo hace, entonces usa ese brillo, necesitas sacarlo o el poder te consumirá —aclaró.
Soltó el agarre que tenía de su cintura y volteó para mirar donde había dejado a su amigo, Taehyung había terminado de recoger la energía y esperaba paciente a lado de su auto.
—Debo irme...
Dudoso, dio un paso al frente y susurró al odio de Jimin.
—No sé que estás haciendo conmigo, pero... —se alejó para ver los ojos de Jimin —debes parar de hacer eso y alejarte de mí.
—Pero...
—Aléjate, Jimin. No te quiero cerca.
Entonces Yoongi dio la vuelta y regresó con su amigo quien estaba dentro del auto. Jimin seguía de pie sobre la banqueta, con la chaqueta de Yoongi sobre sus manos y un corazón roto sobre su pecho.
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Demon ||Yoonmin||Vkook||
Truyện NgắnYoongi no esperaba encontrar a un ángel en aquel bar donde los demonios iban por diversión. Por otro lado, Jimin no sabia que ese era un bar de demonios, hasta que su brillo celestial llamó la atención, tanto que aquella noche fue donde todo comenzó...