Yoongi no esperaba encontrar a un ángel en aquel bar donde los demonios iban por diversión. Por otro lado, Jimin no sabia que ese era un bar de demonios, hasta que su brillo celestial llamó la atención, tanto que aquella noche fue donde todo comenzó...
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CAPÍTULO 6: Problemas.
Yoongi golpeó fuerte a Taehyung quién se estrelló contra la pared, limpió su boca con el dorso de su mano cuando Jungkook lo golpeó con su magia que duro poco haciendo efecto pues la casa estaba bajo un hechizo que prohibía la magia dentro de ella.
—¡¿Por qué compartían fluidos bucales?!
Tae quien se encontraba recargado contra la pared, parecía no darse cuenta de que su novio estaba a su lado furioso por lo que acababa de presenciar. El chico de cabello gris estaba en un tipo de trance, hipnotizado mirando descaradamente a Yoongi. Jungkook se dio cuenta que su atención estaba en otro sitio o en otra persona y cogió a Taehyung de los hombros obligándole a mirarle.
De repente el sonido de alguien acercándose puso en alerta a Yoongi, se levantó del suelo y caminó unos pasos a la puerta pero antes de llegar allí y fijarse en el pasillo, pudo olor el aroma de Jimin, rosas y dulce, no tan empalagoso como el dulce de la magia encantada. Pero era él, Jimin, su pequeño ángel rubio caminaba por el pasillo dirigiéndose a su habitación.
Salió de la habitación intentando encontrar a Jimin, pero este le ahorró el caminar pues estaba a unos cuantos metros de él. Se encontraba sonriendo encantadoramente jugueteando con el móvil de Yoongi entre sus manos. Y Yoongi pudo apreciar, con su audición de demonio, que venía entonando una canción infantil.
Pudo observarlo claramente, vestía un suéter púrpura, y unos pantalones negros que estaban rasgados en las rodillas.
Espero a que Jimin se diera cuenta de su presencia en el pasillo pero este sólo siguió caminando encantado con el teléfono en sus manos y cantando como un niño. De repente se encontraba muy cerca de Yoongi, y él no se movió haciendo a Jimin tropezar con él.
—Si lo rompes lo pagas —dijo Yoongi serio.
Jimin soltó un grito asustado cuando tropezó con Yoongi, el demonio sujetó a el ángel de la cintura antes de que golpeara al suelo. Cuando Jimin se dio cuenta de que no tenía el teléfono ya en sus manos, se alejó de Yoongi buscándolo en el piso.
—¿Qué buscas?
Jimin asustado sin darse cuenta giró y quedó frente a la habitación de Yoongi que tenía la puerta abierta. Observó a Jungkook y Taehyung muy cerca uno del otro.
Las manos de pelinegro se aflojaron de su agarre y fueron contra las mejillas de su novio, y lo beso, profundamente, haciendo a Taehyung abrir sus labios y recibir los de Jungkook. En ese acto, Jungkook absorbió la magia que se encontraba en Taehyung así sacándolo de su encanto.
Jungkook separó sus labios despacio, saboreando el sabor dulce de Taehyung. Y entonces lo miró a los ojos, ambas miradas conectaron y se dio cuenta que tenía a su Taehyung de vuelta.
—Regresaste antes —pronunció Taehyung abrazando a Jungkook.
Yoongi hizo un sonido molesto, y una mueca estaba apareciendo en su cara. Entonces observó a Jimin quién estaba sorprendido observando a sus amigos.
—Fuera, necesito la habitación.
Jungkook y Taehyung se levantaron rápido y salieron de la habitación, no sin antes este último dirigirle una sonrisa pícara a Yoongi y después a Jimin.
—No, no es lo que piensas.
Cuando desaparecieron por el pasillo, miró a Jimin quién tenía su vista fija en sus zapatos.
—No entiendo porque estás avergonzado, no eras tú quien estaba devorando la boca del otro.
Jimin asintió, conservaba una marca rosa bajo su labio inferior, producto de la golpiza que le propinaron en el bar. Yoongi se acercó y con su dedo pulgar tocó la marca, suavemente hasta que desapareció bajo su tacto. Segundos después quitó la mano rápidamente cómo si el hecho de tocar a un ángel le quemara.
Aclaró su garganta difuminado el pensamiento que se había apoderado de su mente mientras su mano estaba sobre los labios de Jimin.
—¿Por qué siento que estoy en problemas? —pronunció tímido.
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