Demon ||Yoonmin||Vkook||

Capítulo 10; No lo toques.

Capítulo 10; No lo toques.

El hombre de presencia intimidante sólo se limitó a observar a su pequeño hijo frente a él, no desvió su vista en los otros tres chicos en la sala.  La casa era lujosa, sus paredes estaban cubiertas por decenas de pinturas de pintores famosos, retratos de demonios con forma humana. Pero lo que más llamó la atención del ángel fue la gran pintura que estaba en la sala principal, era de una hermosa mujer que emitía un brillo dorado alrededor de ella y sostenían un niño pequeño en sus brazos.

Yoongi se dio cuenta dónde estaba la vista de Jimin, y todos esos recuerdos de Ángeles lo atacaron.

Había una habitación llena de humo, el fuego estaba fijándose por las paredes, sólo podía observar a un niño pequeño llorar acercándose a la cuna donde minutos antes se encontraba dormido. Yoongi no podía moverse, se encontraba parado en una esquina entre las sombras observando el caos que estaba formándose.  Los gritos desgarradores provenían de todas partes.

Entonces los golpes en la puerta se hicieron más fuertes alguien intentaba tirarla, quizás para llegar al niño que estaba atrapado dentro. Pero el demonio sentía sus pulmones comprimirse, sofocándose en medio de el desespero e impotencia por ayudar al niño. Yoongi gritaba en aquella esquina, pero no emitía sonido de sus labios y el fuego ya estaba llegando a la cuna.
Pedazos de techo caían rompiendo cosas.

Yoongi movía las manos intentando detener los grandes pedazos de techo que caían sin piedad cerca de la cuna. Pero tampoco su magia funcionaba. Quería proteger al bebé, lo deseaba tanto que dolía.

Pero no podía cambiar la escena.
Un enorme trozo de techo se desprendió justo cuando una mujer entró corriendo en dirección a la cuna…
El bebé ya no lloraba más.

◇◇◇

El recuerdo se esfumó tan rápido cómo llegó que no le dio tiempo al demonio para asimilar que ya no estaba allí atrapado. Sus piernas estaban contra el piso y sus brazos se aferraba a la alfombra. Ninguno de los presentes podía ver su cara y lo agradeció, pues pequeñas lágrimas se asomaban de sus ojos.

Segundos pasaron hasta que sintió unas manos aferrarse a sus brazos, alguien lo rodeaba, entonces un cálido aliento llegaba a su mejilla. Abrió los ojos y volteó su cara en dirección al cálido aliento. Su rostro estaba muy cerca al rostro del Jimin, que incluso había centímetros que lo separaban de sus labios.

Olvidó todo en la sala, no había nadie más en su mente que no fuera los suaves labios rosas del ángel.

—Yoongi, deberías ir a descansar —Taehyung se acercó al demonio de cabello menta y lo alejó del ángel.

El miedo invadió a Jimin, de rodillas sobre la alfombra, donde antes sostenía a Yoongi entre sus brazos, ahora era un sitio frío.
Jungkook se dio cuenta que el ángel temblaba, y no reparó en darle su chaqueta. El demonio mayor, padre de Yoongi, los miraba con desaprobación. Una vez más su hijo le había mentido, ese ángel no era un rehén y no estaba allí de casualidad.

—Consigue una habitación para Jimin, que nadie lo moleste —pidió Yoongi a Taehyung. Su amigo sólo asintió.

Jungkook subió las maletas con Jimin detrás de él, sabía que Yoongi no lo dejaría sólo en aquel lugar así que le hacía un favor. Jimin caminaba rápido para no perder a Jungkook que llevaba todas las maletas, en el trayecto a sus habitaciones pudo observar a muchos chicos en los pasillos caminando de un lado a otro, la mayoría lo ignoraba, pero otros lo miraban fijamente causándole escalofríos. Después de ver tantos chicos bien vestidos, se sintió torpe con su pijama, aunque llevaba unos pantalones negros y un suéter púrpura, debajo podía asomarse su pijama de ositos. Al igual que fue tan torpe en llevar pantuflas de unicornios y no sus zapatos.

—Tranquilo, no te harán daño —Jungkook lo sacó de sus pensamientos.

Jimin asintió tímido, se habían detenido enfrente de una puerta con la inscripción MY, no había números como en las otras, esta tenía iniciales. Miró a Jungkook sin entender.

—Al parecer todos están aquí por lo que sucedió, sólo quedaban dos habitaciones así que te quedarás en esta —dijo bajando una maleta.

—Está bien, sólo dormiré aquí hoy —respondió Jimin mirando la maleta —¿Esta de quién es?

—De la persona que está dentro de la habitación —hizo un gesto con la mano a la puerta.

Jimin quiso preguntar que significaban las iniciales, pero Jungkook ya se alejaba. Miró la puerta y sonrió para si mismo.

Entró a la habitación empujando la maleta, intentaba no hacer ruido porque quizás quién estaba dentro le molestaría el ruido. La habitación estaba oscura, y apenas podía distinguirse un cuerpo en la cama. Jimin se acercó para ver mejor, se sorprendió cuando observó a Yoongi acostado en la cama con sólo el bóxer puesto, estaba acostado sobre su estómago con su brazo estirado a su lado abrazando una almohada.

Jimin tragó saliva, ver en ese estado a Yoongi le hacía sentir tranquilo y nervioso. Nunca había visto a un hombre desnudo.

—Tranquilo, no despertará hasta mañana, le di una pócima para que durmiera, tenía días sin hacerlo, siempre le digo que duerma, pero no quiere, nunca quiere —interrumpió Taehyung secando sus manos con una toalla.

—No tengo miedo de él —respondió Jimin quitando su vista de Yoongi y mirando a Taehyung.

Tae soltó una risa baja algo burlona.
—Aún no, Jimin. Bien, acá está la ducha —apuntó a una puerta —Allí hay ropa de Yoongi si quieres usarla, creo que son de la misma talla.

Dicho eso, el demonio dejó la toalla y salió de la habitación, Jimin no podía pensar en otra cosa que no fuera en el chico desnudo en la cama. Quería borrar esos pensamientos, pensó que una ducha ayudaría.

Al terminar de ducharse, sólo llevaba una toalla alrededor de su cintura, y buscaba en el armario de Yoongi por un pijama, se llevó una sorpresa al descubrir que no había ninguna. Quizás por eso Yoongi duerme desnudo.

No le quedó más que colocarse sólo bóxer y una camisa grande que le llegaba hasta las rodillas. Esperaba no moverse al dormir y que Yoongi no sé moviera, la cama era grande pero no tanto.

Se quedó dormido sin darse cuenta, las sábanas eran suaves. Antes de dormir pensó en lo mucho que le gustaba estar en la cama de Yoongi.

—¿Qué mierda significa esto?

Jimin abrió los ojos despacio por la luz que le calaba en los ojos, sintió un brazo rodear su cintura y una respiración lenta en su cuello. Era Yoongi quién lo tenía abrazado, pero entonces de quién era esa voz que preguntaba.