Capítulo 5; Fuera de control.

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—El ángel del bar, ¿cierto? 
Yoongi asintió restando importancia mientras subía las mangas de su camisa

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—El ángel del bar, ¿cierto?

Yoongi asintió restando importancia mientras subía las mangas de su camisa. El camino de regreso fue silencioso, Taehyung mantenía las manos en el volante y su vista fija al frente, Yoongi agradeció que no preguntara nada más. Tantos años a lado de Yoongi  le enseñó a Taehyung cuándo abrir la boca y cuando no, ese era el momento de mantenerla cerrada.

Yoongi llevaba su cabeza apoyada en el asiento, sus ojos cerrados intentando mantener la calma y no gastar la poca energía que le quedaba.

—Luces cansado —anunció Taehyung echando por primera vez una mirada en la dirección de Yoongi.
Yoongi  dio una sonrisa sarcástica manteniendo los ojos cerrados.

—Yoongi, sabes que no tienes la necesidad de andar mendigando energía.

Yoongi abrió los ojos y miró  en la dirección de Taehyung.
—Estoy bien —respondió.

—Ojalá algún día puedas decirme realmente cómo te sientes, que seas tú quien se abra primero.

Frente a ellos se asomaba una puerta con la inscripción "Demon Family" en ella. Era una casa enorme estilo victoriano que Yoongi había heredado.
La puerta se abrió automáticamente pero Taehyung detuvo el auto antes de cruzar la puerta.

Se giró hacia Yoongi e hizo un puchero.
—Oh no, Taehyung —dijo Yoongi quejándose.

Se imaginaba lo que Taehyung estaba por pedir.
—Vamos, sólo será una última vez —respondió con voz melosa.

Yoongi rodó los ojos y miró más allá de la puerta, tenía la seguridad que no había nadie dentro de la casa pero por las dudas echaba un vistazo. Con un suspiró cansado, abrió la puerta saliendo del auto.

—Será la última vez, Taehyung.

Yoongi  caminó apresurado con las manos en los bolsillos, el jardín era pequeño y sus piernas dolían está vez. Taehyung lo alcanzó cuando este abría la puerta de la casa.

—En mi habitación.

Subieron las escaleras rápidamente, con un Taehyung ansioso por llegar a la habitación de Yoongi.

—Jungkook no lo sabrá, salió a una misión con la escolta de fuego a París, llegará mañana —pronunciaba detrás de Yoongi. —huele dulce, ¿nueva fragancia?

La habitación de Yoongi era de color blanco con cortinas que iban desde el suelo hasta el techo color azul oscuro. El chico de cabello menta fue directo a la mesa de noche y buscó en los cajones.
Taehyung se sentó esperando en la cama pero el olor a dulce lo entretuvo hasta ir frente a la ventilación de la habitación.

—Lo guardé aquí, Hoseok lo trajo ayer —decía mientras buscaba dentro del cajón.

El chico de cabello gris se levantó cuidadoso de la cama después de refrescarse en la ventilación y fue  hacia Yoongi, sujetó los hombros de este masajeando suavemente, la piel de Yoongi  se erizó.

—¿Qué tal si pruebo algo mejor que la droga? —pronunció lento en el cuello de Yoongi.
Yoongi  intento sacar los brazos de Taehyung de si mismo pero este comenzaba a masajear su abdomen.

—Taehyung...

El chico de cabello gris movió a Yoongi hasta quedar encima de la cama. Yoongi estaba tranquilo debajo de su amigo sin moverse, hasta que Taehyung comenzó a meter una mano debajo de su camisa.

—Taehyung, te asesinaré. —pronunció entre dientes quitando a su amigo de encima.

Se levantó  molesto de la cama y fue allí  cuando percibió  un extraño olor salir de las ventas de aire. Era un olor dulce.

Taehyung estaba encima de la cama, mirando a Yoongi seductoramente.

—Te juro que sí me tocas, te romperé los dedos, Taehyung  —amenazó dando la espalda a su amigo.

Se acercó a la fuente del olor y respiró fuerte, era una especie de magia clara, apenas podía percatarse de su existencia.
—Oh, Yoongi —rogó Taehyung.

—Cállate, idiota.

Fue a la puerta de la habitación e intento girar el pomo pero este no cedió, estaba cerrado. Golpeó violento la puerta pero no sé movía. Estaban encerrados.

Buscó su teléfono en el bolso de su pantalón, le hablaría a la única persona que podría controlar a Taehyung. Jungkook.
Pero no encontró nada, su teléfono no estaba. Entonces  recordó  que lo llevaba en la chaqueta, la misma que le dejó al ángel.

Taehyung se acercó juguetón pero Yoongi le golpeó  el pecho alejándolo.
—Dame tu teléfono, e olvidado el mío —pidió Yoongi.

Taehyung rio juguetón, pero no le dio nada.

—¡Que me des el puto teléfono, Taehyung!

Lo tiró encima de la cama y se subió  en él. Cogió el teléfono y miró que tenía una llamada perdida de su número hace minutos. Regresó la llamada. Una vocecita respondió al otro lado.

—¿Hola? ¿Sí?

Yoongi  rio bajo, la voz de Jimin se escuchaba aún más tierna por teléfono, con una mano deteniendo a Taehyung  y con la otra sujetando el teléfono.

—Calle Wesley, 52 ...

Taehyung se soltó del agarre y tumbó a Yoongi al piso, el teléfono salió volando cayendo al otro lado de la cama.

Jimin escuchaba con atención los sonidos del otro lado de la línea.
—¡Brillitos, trae tu magia! —gritaba Yoongi luchando con Taehyung.

Al otro lado de la línea estaba Jimin sentado en la alfombra de su habitación, con su pijama favorita de ositos y un tazón de gomitas, escuchaba atento las voces que emitía la bocina del móvil.

De repente, los labios de Taehyung se estrellaron con los de Yoongi , aunque el chico de cabello menta intentó mantener sellados sus labios, su amigo lo había sorprendido. Segundos después, la puerta sonó con un golpe fuerte al ser abierta.

Había  un Jungkook furioso frente a ellos.

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Demon ||Yoonmin||Vkook||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora