Capítulo 9; Confía en mí.

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Capítulo 9; Confía en mí

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Capítulo 9; Confía en mí.

Los demonios y el pequeño ángel, todos juntos dentro del auto. En otras circunstancias, los demonios hubieran acabado con el pequeño en segundos. Sin embargo, nadie podía acercarse a él o se las verían con Yoongi.

El ambiente era algo extraño, Jungkook conducía y Tae permanecía a su lado; en el asiento trasero se encontraban Yoongi y Jimin cada uno lo más alejados posible. El lado de los demonios permanecía oscuro mientras que Jimin, brillaba como una pequeña luciérnaga en la oscuridad. Nadie hablaba, solo la música de fondo emitía una mezcla de sonidos mientras que cada uno seguía absorto en sus pensamientos.

-Lo lamento –susurro Jimin, lo suficiente para que Yoongi escuchara.

-Es la tercera vez que lo haces –respondió este con la mirada fija en la carretera. No podía ver nada, estaba totalmente oscuro afuera-, deja de hacerlo.

- ¿Te he metido en problemas? –pregunto con un hilo de voz, estaba tan asustado. Yoongi lo sabía, podía sentirlo.

El chico de cabello menta lo miro y tuvo que cerrar un poco los ojos debido a la luz que el ángel emitía. 

-Debes dejar de tener miedo, estas a salvo –miro para asegurarse de que Jungkook y Tae no los escucharan-, no estoy en problemas. Solo no podía dejarte ahí, era peligroso –le dijo, tratando de sonar convincente.

El demonio también estaba asustado, estaba comenzando a ser débil ante la viva mirada del rubio. Era un miedo que no podía controlar, pero que le gustaba sentir porque sabía que aún había algo dentro de él que lo hiciera sentir que no estaba perdido.

Jimin solo lo miro unos segundos más antes de bajar la mirada a sus dedos que no dejaba de mover rápidamente. Yoongi quería hacerlo sentir mejor, estaba asustado, pero podía soportarlo. Jimin no sabía lidiar con el temor, era algo que no conocía, pero no podía frenar esa sensación de estar haciendo algo equivocado.

Yoongi sostuvo sus manos pálidas entre las suyas intentando calmarlo, el rubio levanto de nuevo el rostro sonrojado por ese electrizante contacto que removía toda su calma y lo convertía en un caos.

-No soy un niñero, ¿lo entiendes?

–sentencio en un intento de parecer seguro-, es por eso que debes ser valiente por ti mismo, es mi mejor manera de protegerte.

Aquellas palabras fueron como un cuchillo en el pecho de Jimin, que se retorcía cada vez más profundo en su corazón abatido. Yoongi tenía razón, no tenía la responsabilidad de cuidar de el, pero, quería que lo hiciera. Que lo protegiera y le dijera que todo estaría bien mientras lo abrazaba con fuerza.

Yoongi no era de esos, y si lo era aún no lo descubría.

-Hey enamorados, hemos llegado –interrumpió Jungkook mientras los miraba por el espejo retrovisor antes de salir del auto. Taehyung solo emitió una risita traviesa antes de seguir al chico.

El demonio bajo con rapidez mientras se levantaba el cuello de la chaqueta y metía las manos en los bolsillos en un aire de superioridad, Jimin iba tras el aun con ese pijama infantil pues no llevaba más ropa con él.

- ¿Estás seguro de que no levantaremos sospechas con el usando algo como eso? –señalo Taehyung mirando de pies a cabeza al rubio que observaba sus pies dentro de esas pantuflas de unicornio.

-Si hubiera sabido que íbamos a salir huyendo hubiera empacado algo de ropa conmigo –se defendió el ángel con un deje de irritación en su voz. Jamás pensó que se iba a meter en todo ese caos, solo por querer entregarle el móvil a Yoongi.
Yoongi miraba divertido la situación.

-Vamos Tae, estoy seguro de que no pasara ni por el primer portal –afirmo Jungkook mirando de reojo al ángel mientras se burlaba de su propio chiste. 

-Suficiente –repuso Yoongi aburrido, se hacía tarde-, nos esperan dentro. Diremos que es un rehén nuestro –se dirigió a los otros.

-Pero no dejo de brillar –agrego Jimin-, no quiero meterme en problemas Yoongi –dijo suplicando y haciendo un puchero que lo hacía ver aún más tierno.

-Tienes que darle el antídoto antes de que entremos, solo así nos creerán –sugirió Tae-, Jungkook tiene un poco.

Jungkook sacó del bolsillo de su pantalón un sobre negro con letras doradas que no eran visibles por la oscuridad pero que decían “hechizo mortal”.

-El efecto solo dura unas cuantas horas –dijo Jungkook entre dientes-, no es bueno darle más de una dosis, podría causar efectos secundarios. El tipo que me lo dio me dijo eso, así que debes ser cuidadoso.

Jimin respiro un poco del polvo dentro del sobre y enseguida su brillo comenzó a desaparecer.

-Bien, basta de retrasos. Es hora –anuncio Yoongi caminando hacia la residencia que se alzaba entre los árboles.

Caminaron un par de segundos entre la maleza del bosque. La residencia estaba escondida a ojos humanos, solo aquellos de su existencia podían verla. Jimin no podía.
Cuando por fin llegaron, los demonios que resguardaban el lugar miraron a los cuatro chicos, acto seguido se aseguraron de que no llevaran armas consigo.

- ¿A qué se debe su visita? –pregunto un tipo alto, moreno y con ojos tan oscuros; tales como aquellos que eran guardianes.

- ¿No me recuerdas Gaston? –dijo Yoongi a modo de respuesta. No era buena idea decirle el verdadero motivo por el cual estaban ahí después de tanto tiempo.

Gaston lo miro detenidamente por unos segundos y esbozo lo más parecido a una sonrisa.
-Lo lamento, mi Señor –se disculpó-, es bienvenido usted y sus acompañantes –paseo la mirada por los demás y se detuvo en Jimin que no dejaba de moverse nervioso.

Yoongi lo noto enseguida.
-Ah ese –le miro con fingida indiferencia-, solo es un rehén que encontramos por ahí en el camino. Ya sabes, solo está de paso –aseguro.

-Adelante, mi Señor. Su padre lo espera.

Yoongi pareció irritado al escuchar eso, pero siguió avanzando, Jimin noto su incomodidad, pero callo. No era lo más prudente hacer preguntas innecesarias.
Cuando por fin entraron a la sala principal acompañados de otros demonios guardianes, la incomodidad en Yoongi aumento. Habían pasado años desde la última vez que estuvo en ese lugar. Los recuerdos eran inevitables, dolorosos.
Un hombre de presencia imponente se acercó a ellos, era tan alto como un Demonio Mayor y su rostro transmitía seriedad y coraje. Miro a Yoongi varios segundos y el chico le sostuvo la mirada mientras levantaba la barbilla.

-Padre...

Demon ||Yoonmin||Vkook||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora