Capítulo 22; Probador.
Taehyung se movia incomodo en su silla mientras esperaba junto a Jungkook a que Gunner abriera la puerta. Habian llegado a su departamento para cobrar aquella deuda que Tae habia guardado mucho tiempo atrás y este parecia ser el momento indicado.
-Deja de moverte o me veré obligado a golpearte –le siseó Jungkook irritado-, me estas fastidiando.
-Lo siento –respondió el chico despeinandose el cabello con nerviosismo.
La puerta por fin fue abierta y un chico castaño algo confundido se encontraba de pie del otro lado.
-¿Taehyung? –entornó la mirada para ver bien y acto seguido notó la presencia de Jungkook de brazos cruzados.
-¿Qué esperas para dejarnos entrar? –soltó Jungkook con una ceja en alto. Asi era él, le gustaba tomar el control de la situacion; sobre todo cuando Tae se ponia nervioso.
-Ehh.. si, pasen –se apartó Gunner para dejarlos pasar sin apartar la mirada de un Tae avergonzado con la vista clavada en el suelo.
Una vez dentro el chico los hizo sentar en la sala principal y entonces Tae se armó de valor para reclamar algo que era suyo desde el inicio.
-Necesito el dinero –dijo intentando sonar autoritario, pero consigio sonar poco convincente.
-¿De que estas hablando? –dijo el castaño frunciendo el ceño-, te lo pagué hace meses.
Tae suspiró sabiendo que diria eso.
-No estoy bromeado y no tengo tiempo para tus mentiras –le miró directamente a los ojos causando ese efecto acido que solo el sabia proyectar en otros.
-Tienes tres dias para pagarlo –agregó Jungkook-, de lo contrario, una multitud de demonios vendra a cobrartelo de otra manera. Estas advertido.
-Te pague hace meses –respondio Gunner desesperado-, envié a alguien de confianza y dijo que tú mismo en persona lo habias recibido.
-¿De que hablas? –ahora Tae estaba confundido-, pues creo que esa persona te ha mentido.
Gunner maldijo por lo bajo mientras se masajeaba las sienes.
Los chicos se pusieron de pie dando fin a la conversacion y en señal de que no estaban dispuestos a negociar.
-Tres dias –repitió Jungkook-, y el tiempo corre.
Ambos salieron del departamento y en cuando estuvieron en el elevador hacia el primer piso, Tae comenzó de nuevo con aquel nerviosismo inicial.
-Tae… -susurró Jungkook de mala gana-, ya te lo dije.
-No me siento bien –se disculpó-, pero debia hacerlo. Aunque hay algo extraño: dijo que el chico que habia enviado habia asegurado que yo mismo lo habia recibido. Aunque podria solo estar mintiendo –se encogió de hombros.
-O talvez decia la verdad –lo miró Jungkook, y le dio tu dinero a alguien mas creyendo que eras tú.
-Entonces debemos encontrar a ese alguien –le devolvió la mirada pero ahora con severidad.
Las puertas del elevador se abrieron de par en par y salieron hacia el estacionamiento pues preferian no llamar la atencion de aquellos curiosos.
-¿Cómo crees que lo este pasando Yoongi con Jimin? –preguntó Jungkook-, despues de todo supongo que en poco tiempo seran marido y mujer –rio de su propio chiste.
Tae rodó los ojos. Pensar en ellos dos juntos le causaba nauseas y cierto coraje que no podia comprender, después de todo el estaba con Jungkook. Aun asi Yoongi provocaba algo inexplicable.
-Solo espero que no esten peleando todo el tiempo o nos meteran en problemas –señaló cerrando los puños mientras caminaban por la acera.
Cuando la relación de Taehyung y Jungkook inició, todo el cielo estuvo en su contra por ser Taehyung un ángel y Jungkook un demonio, en ese tiempo Tae estaba dispuesto a todo por el chico que amaba pero en los pasados años ese amor estaba esfumandose y tenía miedo que todo por lo cual mucho y perdió sea por nada. No sabía si estaba realmente enamorado de Jungkook o sólo fue un arrebato adolescente.
Tampoco sabía porqué comenzaba a sentir celos de Jimin y Yoongi estando juntos.
En el probador las cosas subían de intensidad, los labios del ángel eran algo hipnótico para el demonio, pero cada toque que infingria Jimin hacía que la piel de Yoongi quemara. El toque de ángel quemaba y por lo tanto causaba dolor en la piel del demonio, pero este tampoco quería sacarlo de encima. No hasta que Yoongi se separó un poco para respirar agitado, estaba sin fuerzas soportando el dolor, Jimin abrió los ojos asustado alejándose de él, el cuerpo superior de Yoongi tenía marcas de quemaduras al rojo vivo.
-¡Yoongi! -gritó Jimin intentando sostenerlo.
Yoongi golpeó la mano de Jimin y se sentó en el piso del probador.
-Está bien, está bien -pronunciaba agitado Yoongi.
“¿Está todo bien?” se escuchó una voz al otro lado de la puerta.
Los chicos se vieron a los ojos, el menor asustado y el mayor que hacía en el suelo un poco burlón.
-¿Qué le digo? -susurró Jimin acercándose a Yoongi.
-Dile lo que me estabas haciendo -contestó soltando una risa baja.
Jimin lo golpeó en la pierna, pensó un poco aclarando su garganta.
- Si, todo bien.
“¿Seguro?” volvió a decir la voz.
-Ah, el pantalón no me subió del todo por eso los sonidos -respondió avergonzado.
- No lo querías subir sino bajar -soltó Yoongi para que sólo Jimin escuchara.
“Okay"
Los pasos se escucharon alejarse y Jimin soltó el aire que había estado deteniendo, dobló la ropa sin mirar al demonio junto a él. Yoongi hizo lo mismo en silencio, doblaba toda la ropa que tenían allí dentro.
-¿Es todo lo que llevarás? -preguntó el demonio.
Jimin observó el pequeño altar de ropa que tenía Yoongi en cambio a su gran montón de ropa.
- Si, creo que todo esto será suficiente- respondió asintiendo.
Sin pensarlo Yoongi tomó la mano de Jimin, el ángel se asustó un poco por el tacto frío pero en un segundo ya no estaban en el probador. Yoongi logró estabilizarse antes de caer al pavimento sucio, sujetó a Jimin de la cintura para evitar que se golpeara contra la reja de hierro. El ambiente era helado y oscuro, estaban frente a una gran puerta de hierro.
Yoongi observó el lugar confundido.
-¿Qué pasa, Min? -preguntó Jimin desconcertado.
- Jimin, ¿Tú hiciste esto? -soltó furioso.
ESTÁS LEYENDO
Demon ||Yoonmin||Vkook||
KurzgeschichtenYoongi no esperaba encontrar a un ángel en aquel bar donde los demonios iban por diversión. Por otro lado, Jimin no sabia que ese era un bar de demonios, hasta que su brillo celestial llamó la atención, tanto que aquella noche fue donde todo comenzó...