Yoongi no esperaba encontrar a un ángel en aquel bar donde los demonios iban por diversión. Por otro lado, Jimin no sabia que ese era un bar de demonios, hasta que su brillo celestial llamó la atención, tanto que aquella noche fue donde todo comenzó...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Capitulo 13: ¡¡enemigos amistosos!!!
“Sabes que quieres hacer lo mismo con tu brillitos”
Lo que habia dicho Tae era verdad, le habia gustado sentir los labios del pequeño Jimin. Aquellas manos delicadas sosteniendo su cintura habia sido lo mas delicioso que el demonio habia sentido nunca.
Pero todo lo que empieza termina. Habia llegado la hora de terminar aquello. No estaba enamorado, eso lo sabia; pero no podia continuar con aquello. Estaban a poca distancia de lass puertas del Infierno y ellos estaban ahí sintiendose uno al otro, no era correto. Yoongi trataba de convercerce de que aquello lo hacia por el bien de Jimin, y por el suyo. Pero, ¿Cómo no estar enamorado y querer enamorarse?
Sin embargo, no queria tener tiempo para eso en su cabeza. Debia resolver la situacion con su padre y estar seguros de que Los Cielos no los encuentren de nuevo.
Aun recordaba lo que Jungkook le habia dicho sobre el rubio; aun existia la posibilidad en su cabeza de que Jimin fuera un Informante. Pero eso lo resolveria despues.
-Solo espero que el desayuno este bueno, porque de lo contrario no me presentare a la ceremonia –sentencio Tae a los chicos que caminaban junto a el en el corredor.
Los cuatro iban vestidos con vaqueros ajustados y camisas a juego. Podian pasar desapercibidos en el mundo como simples mortales,pero ahora estaban rumbo al Gran Salon.
-Tae, tienes que ir. No depende de ti –repuso Jungkook que bajaba las escaleras con seguridad-, si no lo haces es probable que te destierren de aquí para siempre.
Jimin iba detrás de los demonios absorto en sus pensamientos. Momentos antes habia besado a Yoongi con esas ganas que ambos habian estado conteniendo. Yoongi le habia dicho que si pero que no al mismo tiempo, y aquello era mucho para asimilar.
-Vamos Jimin, tienes que comer algo –susurro Yoongi que se habia puesto a su lado.
-No tengo hambre –respondio con frialdad.
Nadie le hablaba con ese tono a Yoongi.
-Bien, no me interesa –dijo tajante-, no digas que no te lo adverti. No quiero tener problemas por tu culpa.
Yoongi se adelanto junto con los otros y un Jimin triste pero algo orgulloso dio media vuelta. No queria ser parte de aquello. Ese no era su lugar.
Cuando los demonios llegaron por fin tomaron asiento en la mesa donde solo aquellos demonios Guerreros podian sentarse, Yoongi noto la ausencia del angel y solo le resto importancia. Debe haber ido a husmear por ahí, penso.
-¿Dónde esta? –pregunto ansioso Tae.
-No lo se y no me importa –dijo Yoongi entre dientes.
-Hey Yoongi no quisimos decir eso esta mañana –comenzo Jungkook-, es solo que estamos nerviosos por la situacion y…
-Esta bien –le corto el chico de cabello menta-, solo no lo vuelvas a mencionar. Jamas. –sentencio.
La comida llego a la mesa y cuando estaban por probarla un tintineo agudo se escucho porlos aires en toda la sala.
En la cabecera de la mesa se encontraba nada mas y nada menos que el padre de Yoongi, aquel tipo que imponia con su basta presencia. Sostenia una copa de vino en su mano y sonreia de lado. Yoongi conocia esa sonrisa, nada bueno estaba por venir.
-Quiero brindar por mi hijo –comenzo.
Yoongi solo lo miraba pasmado.
¿Qué carajos estaba haciendo?
>>Es una noche especial puesto que un importante elemento ha regresado al fin. Por los guerreros, por los demonios, por Yoongi –alzo su copa en el aire.
-Por Yoongi –respondio la sala entera al unisono.
Yoongi lo miro incredulo. ¿Qué pretendia su padre? Miro alrededor de la sala, todos los presentes con sus copas en el aire dando gritos y vitores en señal de alegria. Muchos no sabian relamente lo que pasaba, entre ellos Yoongi. Tae y Junkook ya estaban comiendo haciendo caso omiso de la situacion, y cuando Yoongi los vio serenos, los imito y comenzo a comer ignorando a su padre que lo miraba con cautela del otro lado mientras daba un trago a su copa.
No podia evitarlo mucho tiempo y decidio que despues de la Gran ceremonia, lo enfrentaria.
Jimin se encontraba solo en la habitacion con la cabza entre las manos, lagrimas de cristal caian sobre el suelo oscuro. Sufria con todo aquello.
Desde la habitacion podia escuchar el murmullo tenue de las voces gritando en la planta baja. Se habia convencido, no podia quedarse ahí un segundo mas. Tenia que largarse de ahí de inmediato.
Yoongi lo habia sentenciado diciendole que no queria problemas por su culpa. Bien, no los tendria. Volveria a casa a donde pertenece, donde era bien recibido y donde habia personas que lo querian.
Empaco sus pocas cosas en un bolso pequeño que encontro por ahí y abrio la ventana que se encontraba en la esquina. El aire de aquella mañana era fresco. Iba a escapar en ese instante, no podia esperar a la noche como los demas. Era ahora o nunca.
-Lucifer era un angel y se convirtio en una mala persona por una razon –dijo Jimin-, tu eres mi razon Yoongi. Adios. –termino en voz baja-, me gustas pero no quiero que lo hagas.
Y salto. Un salto silencioso, de aquellos que estan muy bien calculados.
No habia guardias alrededor, no conocia el perimetro pero no importaba. Lo lograria. Siguo corriendo sin detenrse cada vez alejandose mas de aquel lugar.
Cuando Yoongi regreso encontro la carta que Jimin le habia escrito, sabia que se habia ido y solo sentia esa culpa, vacio y profunda angustia que sientes cuando algo no va nada bien.
Pero habia algo que sabia con seguridad, no saldria de alli sin que el lo supiera. Lo sabia porque no habia salida por ningun otro lugar que aquel por el cual tambien habian entrado. Ademas, era Jimin. No era muy astuto.
Dio media vuelta, y salio de la habitacion con la carta en su bolsillo dispuesto a presentarse en la Gran Ceremonia.
