Demon ||Yoonmin||Vkook||

Capítulo 1; Subterráneo.

|| Inocente Ángel||

CAPÍTULO 1: Subterráneo.

Fuego por todos lados, a pesar de eso la temperatura era baja, y el chico de cabello menta golpeaba la punta de sus botas contra el piso de aquel subterráneo. Los demonios mensajeros estaban tardando para dejar la entrega que había estado esperando desde hace semanas, aunque tenía el dinero suficiente para vivir por mucho tiempo más sin trabajar como un demonio, debía mantener un perfil activo y los papeles de su nueva residencia no llegaban junto a los demonios mensajeros.

Sin más, mandó todo a la mierda así como ser un blanco de los demonios mayores por su alta permanencia entre los humanos, pero aquellos demonios eran peores de soportar que una docena de humanos.

No había dado más de seis pasos cuando captó un movimiento por el rabillo del ojo.

Se detuvo y ladeó su cabeza con una sonrisa juguetona, alguien lo había seguido.
—¿Qué pasa, ratoncito?
Dio un paso sin borrar la sonrisa juguetona.

La puerta estaba un poco abierta pero no había ruido de nuevo. A pesar de eso, Yoongi sabía que alguien estaba escondido allí. Lo sentía en los huesos y aún con su fachada de ser invencible y sin miedo a nada, estaba demasiado ansioso para su gusto.

—Sales de allí o...—se quedó pensativo.

El sonar de una campana se escuchó por lo bajo, apenas receptivo para su oído. Caminó en silencio en dirección al sonido cuando sintió un dolor agonizante en su cabeza, entrando por sus oídos.

—¿O qué? ¿Qué harás de todos modos?

En su mente se reprodujo un recuerdo doloroso y sin previo aviso ya se encontraba en aquel lugar trágico...

Una sala hecha un desastre, vidrios rotos por toda la alfombra, las cortinas en tiras  por el suelo y un pequeño niño llorando en un rincón. ¿Por qué lloraba?

Yoongi sacudió la cabeza intentando salir de ese trance pero el recuerdo no se iba, se había aferrado demasiado a él; y aunque tratara de olvidar, el recuerdo era más fuerte que sus ganas de salir huyendo de aquel lugar.

Gritos desgarradores se escucharon y justo después un sonido de un arma ser accionada. Entonces el niño se encogió contra la cortina con su cara llena de lágrimas. Yoongi sentía una impotencia apoderarse de él, quería moverse, quería hacer algo para proteger al pequeño...

Estaba parado en medio de la sala observando al niño pero el niño no le miraba a él, sino al piso. El sonido de la puerta a su lado hizo que cambiara su atención, un tipo mayor salía con su camisa manchada de sangre, un halo negro le cubría la espalda. Yoongi  intentaba reconocerlo, sabía que lo había visto pero no recordaba dónde. Y no podía ignorar la sensación de desesperación que sentía en todo el cuerpo inmovilizando sus piernas.

Nunca había sentido ganas de gritar hasta que vio a ese demonio dirigirse al pequeño, entonces lo hizo, intento cambiar algo en ese recuerdo. Intentó modificar las cosas que habían sucedido tiempo atrás pero la mente le estaba jugando una trampa, ¿Por qué carajos tenía que visualizar aquello? Cada segundo que seguía observando la escena era como si sus ojos quemaran ante lo que estaba por acontecer.

—No temas —salió de sus labios, su voz reseca. Quiso moverse y salvarlo pero seguía estancado en el mismo lugar sin poder hacer nada más que observar.

El niño por primera vez miró a la dirección de Yoongi, sus ojos se encontraron y un halo blanco brilló encima de la cabeza del pequeño.

Yoongi  se acercó rápido pero antes de llegar al pequeño alguien más le había ganado.
—¡Te tengo pequeño!

Yoongi  estaba en el suelo del subterráneo, abrazando sus piernas cuando salió del trance. Sudoroso y con lágrimas que quemaban su rostro, regresó a la realidad. Su agitada respiración era el único sonido en aquel lugar hasta minutos después cuando sintió una presencia moverse a la salida rápidamente. Cuando levantó la vista, solo alcanzó a observar las puntas de las alas brillar.

Un ángel había estado allí.