》Capitulo 41

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—¿Y si pedimos pizza? —sugirió Lisa, a penas bajo las escaleras con su celular en mano.

— ¡Yo llamó! —exclama de repente Rose, cerca de mis oídos, lo cual hace que me sobresalte un poco en mi asiento. La segunda menor, da un pequeño brinco para salir del mueble.

— Se acabaron las bebidas — avisa Jisoo desde el umbral de la cocina, mirando en nuestra dirección.

— Hoy, no me toca —avisa Lisa de ante mano. Las cuatro tenemos un orden para hacer las compras que se repite consecutivamente.

— Nunca te toca —añade Rose con ligero sarcasmo. En su mano se halla su móvil y en la otra la ficha de propaganda de una pizzería.

—Iré yo —aviso levantándome.

— Esta bien, iré yo —Jisoo me detiene.

—Necesito sentir algo de la brisa nocturna, aprovecharé el paso — le sonrío un poco.

Avanzo en silencio al perchero, descolgando mi abrigo, palmo el bolsillo asegurándose de que mi billetera se encuentre allí. Saco una mascarilla de uno de los cajones del armario en la entrada, junto con una gorra, en el mismo silencio que habita después de que hable, me coloco unas zapatillas blancas para después salir de casa.

La noche es más fría que lo habitual, aún nos encontrábamos en invierno, por lo cual me reprendió mentalmente por no tomar una bufanda.
Aún teniendo la oportunidad de regresar para abrigarme correctamente, decido omitir ese paso y seguir avanzando. La tienda de convivencias más cercanas solo está a una cuadra de nuestra vivienda por lo cual no demoro mucho en llegar.

—¡Ajumma! —saludo a penas ingreso a la tienda, bajando la mascarilla de mi rostro.

—¡Oh! Jennie-ah— la señora Han, dueña del local sonríe al verme — Hija, no es bueno que salgas tan tarde con este clima.

— No estoy lejos — digo en modo tranquilizador, dirigiendo mis pasos al área de bebidas.

— De todas formas, debes cuidarte o agarraras un resfriado —dice en un tono más alto, debido a nuestra distancia.

Tomo dos botellas de tres litros de Coca-Cola y me dirijo al mostrador para cancelar.

— Lo haré — respondo, dejando las botellas en la encimera. La señora Han, asiente y registra la compra.

— 1680,00 ₩ — saco mi billetera buscando el dinero, tiendo dos billetes de mil won, espero un poco por el cambio, y luego me entrega las dos botellas en una bolsa, antes de recibirla me aseguro de guardar nuevamente la billetera — Gracias querida, y no vuelvas a salir así.

— Cuidese mucho, ajumma —sonrío despidiéndome.

La señora Han, es una mujer que muestra siempre una calidez maternal. Desde que las miembros y yo, llegamos a vivir al vecindario, ella siempre nos ha tratado con ese cariño y personalidad cálida que la identifica. Estaba agradecida de haber conocido a una mujer como ella.

A penas salgo de la tienda mi cuerpo percibe el cambio de temperatura, a diferencia de afuera, adentro se mantenía calientito, gracias a la calefacción del lugar.
Acomodo mi mascarilla y empiezo a caminar de regreso a casa.
Siento que el frío se ha profundizado y como ataca mi débil cuerpo, inconscientemente empiezo a dar zancadas largas y en menos de lo esperado, ya me encontraba fuera de la casa. Subo unos pequeños escalones e ingreso el código de acceso.

—¡Regresé! — exclamo cerrando tras de mí, aún en la entrada empiezo a deshacerme de las zapatillas, gorra mascarilla y abrigo. Las grandes botellas me dificultan un poco por lo cual las dejo en el piso. Unos pasos apresurados llegan al frente mío.

#1 Amor Prohibido; taennie • |completa| • ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora