Tiempo

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1927...

Ben estaba sentado en el borde la cama, aún no podía moverse por sí solo, algunas marcas como una cicatriz en su cara causada por un vidrio al caer por el barranco, la cicatriz de la bala, eran los únicos recuerdos que permanecían en su cuerpo de aquel día, Había conocido Jyn una chica muy amable que se encarga de sus ejercicios diarios para poder tener movilidad de nuevo.

En estos tres meses que habían pasado desde que despertó, solo tenía un único propósito; recuperarse,volver a casa y por Rey.

Sabía que la situación no era fácil, pues había pasado más de un año desde su boda, pero tenía firmemente la esperanza de que su amada lo siguiera esperando, los dados que tenía en las manos, esos dados junto a su valioso anillo de bodas se habían mantenido atrapados en el bolsillo de su abrigo todo este tiempo, ahora que los volvía a ver sabía que tenía que hacer lo posible por recuperar su vida.

-¿Listo para los ejercicios de hoy, Ren?- pregunto Finn entrando a la habitación - ¿Es linda?- hizo otra pregunta al ver el anillo en las manos de Ben.

-Es la más hermosa- dijo con una sonrisa-¿Por Qué Ren y no otro nombre?- le daba risa, desde el momento que Finn le había llamado así, Sabía que fue un nombre cualquiera para poder ingresarlo al hospital.

-porque suena genial, creo yo- se limitó a decir- ¿Crees que ella te esté esperando aún?- preguntó sobre Rey, a pesar de saber poco sobre la vida de su paciente, lo estimaba.

-Quiero creer que sí- le dijo y jugó con los dados - Realmente espero que sí- suspiró y miró a la entrada de la habitación donde Jyn estaba por entrar.

-Buenas tardes Ren, Doctor Finn- saludo amablemente, y con una sonrisa.

-Buenas tardes Jyn- dijeron ambos.

-hablaremos más tarde- dijo Finn y salió de la habitación para permitir a Jyn trabajar con su paciente.

A decir verdad, aunque Jyn fuera una persona amable, ella y Ben casi no tenían comunicación solo muy poca, lo cual Ben en cierta manera agradece no porque la chica le molestara, si no porque prefería concentrarse en sus ejercicios, que eran su prioridad.

Cuando más nos duele algo el tiempo parece eterno, cuando más esperamos sucede lo mismo, pero cuando amamos el tiempo no es suficiente, y se va de nuestras manos como agua, eso pensaba Ben ahora, poco más de dos años habían pasado ya, no podía ni siquiera creer que haya pasado un año de su vida inconsciente y el otro en una rehabilitación para poder volver a casa, la situación había sido difícil, pues justo cuando había empezado a poder dar paso pequeños él mismo retrasó el proceso al querer ir más rápido de la cuenta, lleno de frustración y enojo consigo mismo paro por un mes los ejercicios hasta que tuvo el ánimo de volver a empezar, gracias a la ayuda de Jyn y Finn quien no lo dejaron solo en ningún momento.

-¡Siiii!- gritaron llenos de Felicidad Finn y Jyn al ver que Ben por fin pudo correr un poco.

La felicidad de Ben era máxima, después de tanto tiempo al fin podía caminar, correr, era todo un gran avance, cada vez se sentía más cerca de Rey y de su familia.

-muchas Felicidades amigo- dijo Finn abrazándolo- en verdad me da gusto y más saber que podrás volver por tu chica- dijo esto último olvidando la presencia de Jyn, quien hace un año había tenido el valor de expresar sus sentimientos hacia Ben.

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