17.

9 3 3
                                    

James

¿Qué puede esperar de mí? No es algo tan grande, es solo algo para que no esté mal, que sé que ya no lo está, pero le prometí algo para compensarla. Además, me dijo que le encantan y que tenía mucho tiempo sin comerlos.

Lentamente le voy dando la vuelta, pero continúo con mi mano sobre sus ojos, puedo estar seguro de que no está viendo, y también confío en ella.

Bueno, ¿qué más esperar? Retiro mi mano, pero ella sigue con los ojos cerrados, buena chica.

—Ábrelos.

Abre los ojos, con un poco de miedo, pero a la vez curiosidad, y al ver que no hay nada me mira decepcionada y pone una cara tratando de decir: "¿Estás jugando?". Jajá... bueno, ya me divertí; tengo las manos en la espalda.

—¡Ya! ¡Quiero ver!

Quiero divertirme un poco más.

—Pídelo con cariño.

Ella suspira, tratando de contenerse de darme una bofetada, supongo.

—Amor —listo, me mataste, soy tuyo—, ¿puedes, por favor enseñarme lo que me trajiste?

¡La voz cuchi! ¡Ah!

Ya, ya me mató, ya soy suyo.

—Claro, amor.

Llevo mis manos hacia delante y en cuanto ella ve la caja de bombones M&M's se sorprende y coloca una "O" perfecta en su boca. Queda petrificada... ¡Di algo, por favor!

—¡No tenías por qué hacerlo! —responde a mi súplica mental. Suspira—. ¿Por qué? ¡Son bombones M&M's!

—Me dijiste que tenías tiempo sin probar uno.

—Lo sé, pero no te dije "cómpramelos". Además, son muy costos... —Se queda mirando la caja de bombones que ya está en sus manos y pasa a verme a mí—. Gastaste mucho dinero en esto, ¿verdad?

Diablos.

—No, amor, no te preocupes por ello.

—¡Sabes que no me gusta que gastes dinero en mí!

—Nunca lo he hecho, y además... esto valía la pena.

Ella suspira, sabe que tengo la razón.

—Uff... Bueno... ¡Gracias, amor!

Allí está, esa es mi novia, mi chica pequeña, mi chica cuchi, ¡mi todo!

Mary me abraza fuerte, ¡me encanta que lo haga!

—Comete uno.

Ella abre la caja y saca uno, lo contempla, se pasa la lengua por los labios, y me mira tierna, ¡tan linda!

—Amor, gracias, en serio.

¡Amo que me diga así! ¡Se siente...! ¡Uff!

—No es nada, bebé. Ya, comételo.

Ella obedece y lentamente da un mordisco a su bombón, lo saborea y el delicioso sabor se refleja en la expresión de disfrute y satisfacción en el rostro de Mary.

—¡Está exquisito!

Da otro mordisco y sigue disfrutando de su manjar.

—¡Te amo, James!

—¡Yo mucho más, Mary!

¡Al fin! Terminó el ensayo y los únicos que tocaron fueron los vientos y la percusión en su ensamble que para Leonard estaba sonando fatal. Lo bueno de eso es que pude estar tomado de la mano con mi novia. ¡Es una sensación exquisita! Sentir su piel, cómo se eriza, cómo cambia de temperatura, cómo reacciona ella cuando está conmigo...

Romance de 10 Cuerdas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora