19.

6 3 21
                                    

Erick Jr. se va acercando a nosotros. Obviamente ya solté a Mary y me separé un poco de ella, pero ella me pidió que me quedará un poco cerca, me dijo que él también debe saberlo. Pero, ¿por qué ahora? Mary está muy nerviosa, inclusive más que cuando empecé a hablar con su madre, al parecer es la opinión de su hermano la que es importante para ella. Mi ritmo cardíaco está al tope, supongo que el de Mary también.

Ya está en frente de nosotros; va vestido de policía —cosa que me da miedo, pues tiene su arma con él— y puedo notar que su cara no refleja mucho agrado por esta situación...

Finalmente, después de vernos la cara a Mary y a mí, se dispone a hablar.

—Estoy esperando a que me digan qué es lo que está pasando aquí.

Se muestra firme y dominante ante la situación, es serio —de tal palo, tal astilla— y creo que está un poco enojado, era de esperarse.

¿Qué le puedo decir? Hablar con la Sra. Mariah fue más fácil para mí porque ya la había visto varias veces y se veía simpática. Además, hubo una charla previa y pudo conocerme un poquito más. En cambio, a Erick Jr. lo medio vi en el concierto, ni siquiera intercambié palabra alguna con él.

Uff... Debo dar la cara, dejar este temor de lado y empezar a hacerme responsable de mis actos. Amo a esta chica, y si poder estar con ella significa dejar mi temor y mi orgullo de lado para hablar con su hermano, eso haré. Me levanto tomando una postura firme similar a la de Erick, trato de parecer serio, suspiro y le ofrezco mi mano; él la ve un poco dudoso, pero la estrecha.

—James Harper —le digo, pero sin dibujar una sonrisa en mi rostro como siempre suelo hacer, ya que siento que esto debe ser más serio.

—Erick Johnson. —Su gesto es serio y seco, similar al que yo tomé para presentarme—. Entonces, ¿tú me explicarás esto?

Evidentemente...

—Así es...

—Pues, ven, pasemos. Quédate allí, Mary Claire, ya venimos.

Mary coloca una cara de aterrada, y así me siento yo, pero trato de no demostrarlo. Por su lado, Erick me pasa la mano por la espalda y la lleva a mi hombro, abrazándome, y me lleva hacia el comedor. Él se sienta en un extremo y yo me siento en el otro, estamos frente a frente.

—Te escucho —dice él—. Te vi besándote con mi hermana... Bueno, más que mi hermana, es como una hija para mí. Así que, ¿cómo está pasando todo esto sin previo aviso a mí?

Qué directo. Bueno, así es mejor, sin darle tantas vueltas a esto.

—Bueno, primero, no te voy a mentir; cuando me hablaron de ti te agarré miedo al instante, pero ahora estoy dejando ese miedo de lado porque necesito hablar contigo de una forma clara y en la que me puedas entender.

Al parecer se siente conforme con mi preámbulo, eso es lo que me da a entender su gesto.

—Mary y yo —prosigo— nos hemos estado conociendo bien y pues... nos hemos hecho novios. Ya hablé con la Sra. Mariah y ella aceptó esto... Eh... me faltaba hablar contigo, y pues... aquí estás.

¿Por qué me trabo tanto? Se supone que soy ágil al hablar.

Estoy nervioso, eso es.

Él sigue callado, ¿quiere que siga hablando?

—Si te preguntas cuáles son mis intenciones con ella, no te responderé lo típico que se muestra en series y películas, es cliché ya. Yo solo quiero seguir conociéndola como estamos haciendo y llevar esto poco a poco, ¿no? La amo, eso te lo puedo asegurar, y no pienses que esto es solo un capricho o un amor pasajero, como le expliqué a la Sra. Mariah. Este poco tiempo que llevo con Mary me he sentido yo, me he sentido bien, de lo mejor, y no me sobrepasaré con ella ni nada de eso, hermano, estamos empezando y quiero que esto llegue lejos. Soy feliz y te aseguro que ella también lo es, no tengo duda de ello, puedes preguntárselo y ya sabrás cuál será su respuesta.

Romance de 10 Cuerdas ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora