Capítulo 7. En libertad

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Tras haber salido de su casa en dirección a la comisaría, Vegeta ya había llegado a su trabajo donde se encontraba fuera del despacho del comisario en compañía con sus dos compañeros, Goku y Piccolo.

–¿Qué quiere Ox Satan? –preguntó Vegeta haciendo referencia al comisario.

–Al parecer nos quiere encomendar un caso importante–contestó Goku emocionado–. Hace tiempo que no tenemos un buen trabajo. –

Vegeta asintió estando de acuerdo con él. Los últimos casos que tuvieron eran las típicas peleas entre bandas, algún problema callejero o, los más comunes, de drogas. Todos aquellos sucesos de descubre al asesino del cadáver que apareció en el aparcamiento sólo aparecían en las películas, por lo que ser policía no era tan entretenido como imaginó el día que opositó para entrar en el cuerpo.

–¿Por qué no viniste ayer? –Piccolo sacó a Vegeta de sus pensamientos.

–Me quedé en la casa de Brief–contestó él cruzándose de brazos.

–¿Discutiste con Gina? –preguntó Goku a lo que Vegeta respondió con su típica indiferencia–. Podías haber venido a mi casa. Chi Chi hizo comida de sobra. –

–Odio a tu mujer–contestó él secamente para luego mirar a Piccolo–. Todo está solucionado. Mañana le tengo una fiesta en el restaurante de Lunch y aunque me gustaría que no vinierais os tengo que invitar porque ella lo quiere–Goku sonrió ante la invitación mientras que el otro compañero se encogió de hombros sin importar el comportamiento de Vegeta, pues ya lo conocía bien.

–¿Vas a pedirle matrimonio? –preguntó Piccolo extrañado ante la idea.

–¿Tienes algún problema con ello? –habló con tono amenazante.

–¡Ninguno! –saltó Goku molestando a Vegeta con su alegría–. ¡Te deseamos mucha suerte! Pero seguro que no hay problema porque Gina deseaba casarse contigo. –

–Sí que tiene un problema–Vegeta miró a Piccolo que sonreía con soberbia–. Uno con cabello y ojos azules. –

–Bulma no es ningún problema, idiota–gruñó Vegeta intentando defender la menor–. Es sólo una niña...–

Vegeta se quedó callado de repente al decir aquella palabra. La imagen de Bulma desnuda volvió a su cabeza, por lo que se maldijo ante ello.

–¿Vegeta? –Goku se sorprendió al notar el cambio de actitud de su compañero–. ¿No dirás que has cambiado de opinión con ella?

–No he cambiado de opinión con ella–contestó mirando con cinismo a Goku. Le parecía irónico que casi nunca intuyera nada pero que en ese momento hubiera sido capaz de descifrar su comportamiento.

–Más te vale porque es menor de edad–dijo Piccolo con tono precavido.

–Gracias por darme una información que no sabía–habló con sarcasmo el subinspector.

–No lo decimos a malas–intervino Goku–. Nos damos cuentas de acciones de ella hacia ti que no son normales y que tal vez tú hayas pasado por alto. Hay una posibilidad de que esté enamorada de ti. –

–¿Qué tonterías dices imbe...? –Vegeta fue interrumpido por el ruido de la puerta que se abrió dejando ver fuera del despacho a Ox Satan.

Los tres hombres al verle se mantuvieron en silencio esperando por una orden de su comisario.

–Pasad–ordenó antes de volver a ingresar en el despacho.

El grupo obedeció y entró en el despacho de Ox Satan. El comisario había tomado asiento delante de su escritorio observando a los hombres que le prestaban atención.

Te necesito [BulmaxVegeta] ORIGINAL - REEDITADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora