Capítulo 4. Una larga noche

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Una vez que terminaron de comer, Vegeta acompañó a Bulma hasta su casa para después volver a la comisaría. La adolescente no sabía bien que hacer, pues se encontraba tan emocionada que su sonrisa ya no podía agrandarse más.

Cuando llegó a su casa se dirigió al salón para saludar a su madre y, en ese momento en que entró, su sonrisa desapareció. Su progenitora no se encontraba sola en la sala. Allí estaba acompañada de Chi Chi, la esposa de Goku, y Lunch, la mujer de Ten Shin Han. Pero ellas no eran el motivo de su nueva expresión, sino otra de las mujeres que allí se encontraba. Gina, la pareja de Vegeta, estaba también en el lugar.

Ella era una mujer atractiva. Tenía una larga melena ondulada azabache, que llegaba hasta su cintura, y sus ojos perfilados de un color azul penetrante, un poco más oscuros que los de Bulma. Su vestido rojizo se ajustaba a su cuerpo, haciendo destacar sus curvas a la perfección, mientras que el maquillaje la hacía resaltar su bello rostro.

–¡Cariño! –saludó su madre con la sonrisa que siempre mostraba, haciendo que su hija la prestase atención después de encontrarse con la visita poco querida por ella–. ¿Qué tal te fueron las clases? –

–Muy bien, mamá–contestó ella casi sin ningún sentimiento en su voz, aunque por dentro notase la rabia invadirla.

–¿Y cómo es que no viniste a comer? –preguntó la madre preocupada.

–¿No lo recuerdas, mamá? –resopló la peliazul ante el despiste–. Me fui a comer con Vegeta. Acaba de traerme a casa. –

–¿Y dónde está? –preguntó Gina sin ni siquiera saludar a la joven.

–Se fue porque tenía mucho trabajo–contestó la peliazul fríamente–. Por cierto, mami. Me ha dicho que se quedará a dormir. ¿No te importa? –

Bulma intentó aguantar las ganas de mostrar la sonrisa que internamente florecía en ella. Sólo habló por molestar a Gina y sabía que lo había logrado.

–No hay problema. ¡Aquí él es muy bien recibido! –después de su repentino grito, la mujer miró a Gina–¿Habéis discutido? –

–Un poco–contestó la mujer mirando de arriba abajo a la adolescente que la mantenía la mirada–. Ya sabes cómo es el carácter de este hombre. –

–¿Y cómo es? –preguntó Bulma con una molestia notable ante el comentario.

–Pues...–Gina sonrió analizando las expresiones de la joven–él es un hombre con mal genio y que está todo el día cabreado, pero...–

Gina paró de hablar mientras se mordía el labio inferior, haciendo que la adolescente se molestase por aquel gesto.

–¿Pero qué? –volvió a preguntar molesta ante el parón que hizo, logrando que la sonrisa de la mujer se intensificara.

–Pero después, cuando cae la noche, cambia totalmente–Bulma apartó la mirada al escucharla–. Es un auténtico hombre. –

Ante la respuesta de Gina, Bulma decidió que ya había pasado bastante tiempo en el salón.

–Si no os importa, me voy a mi habitación–dijo ella mirando a las mujeres que se encontraban en el salón–. Tengo que hacer deberes. –

–Que te diviertas, Bulma–contestó Gina sin apartar la sonrisa de sus labios, incrementando la rabia que se instauró en su pecho.

Bulma se marchó corriendo hacia su habitación dando un fuerte portazo. Tiró su mochila a un rincón y se lanzó a su cama. Agarró la almohada y la hundió en su cara para soltar un grito que no llegara a oídos de sus visitantes.

Te necesito [BulmaxVegeta] ORIGINAL - REEDITADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora