Capítulo 6. Otro hombre

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Vegeta se dirigía hacia su casa andando bajo un día soleado con las manos dentro de los bolsillos de su pantalón. Utilizaba su caminata para pensar en todo lo que pasaba por su cabeza. Aún mantenía la imagen de Bulma desnuda y eso lo desconcertaba. Frunció el ceño al darse cuenta de su comportamiento inapropiado. Ella fue imprudente al mostrarse así ante él pero aceptó la justificación que le dio, después de todo ella se encontraba en una etapa extraña.

Sin ser consciente del tiempo que estuvo pensando en lo ocurrido, ya había llegado a su casa y eso le hizo recordar la propuesta de matrimonio a Gina. ¿Estaba preparado para ello? Es cierto que discutían mucho pero era común en una pareja la existencia de diferencias entre ambos. Además, ya eran varios años al lado de ella y pensó que estaba listo para andar hacia el altar y, quién sabe, para cambiar más de un pañal.

Entró a la casa dejando las llaves en la entrada. Se dirigió al salón que se encontraba vacío. Un ruido que procedía de la cocina le hizo dirigirse hacia la sala. Allí se encontró con la mujer dándole la espalda pues se encontraba calentándose un café.

Su oscura y ondulada melena llegaba hacia su cintura que compaginaba a la perfección con el provocativo camisón azul oscuro de tirantes, el cual uno caía con sensualidad por su hombro. Vegeta sonrió de medio lado ante la imagen de su novia y, sin dudarlo, se acercó hacia ella rodeando su cintura.

–¿Me echaste de menos, mujer? –susurró él con sensualidad en su oído.

Gina miró por el rabillo del ojo al hombre que la había acorralado con sus brazos.

–¿Qué te trae por aquí? –preguntó fríamente soltando los brazos del hombre.

–Creo recordar que esta también es mi casa–dijo él apoyándose a su lado con los brazos cruzados y con su sonrisa intacta.

–También es la mía–contestó mientras tomaba su café caliente para ir a sentarse en la mesa de la cocina para desayunar.

–¿Enserio vas a mantener esa postura más tiempo? –Vegeta gruñó al ver el comportamiento indiferente de su pareja–. Si es así hablaremos luego. –

Tras terminar su frase, Vegeta la dio la espalda con la intención de marcharse pero la voz de Gina consiguió detenerle.

–Vegeta–le nombró la mujer observando como él se paraba delante de la puerta de la cocina–, ¿qué quieres? –

–Venía para avisarte de que mañana vayas al restaurante de Lunch–contestó dándose la vuelta para verla directamente a sus azules ojos–. Es por una sorpresa. –

–¿Una sorpresa? –una sonrisa apareció en los labios de la mujer.

–¿Me dirás ahora que no te gustan? –preguntó él cruzándose de brazos.

Ella sonrió y se levantó para acercarse a él con andar sensual logrando que la mirada de Vegeta se desviara a sus caderas.

–Y dime, amor–habló con sensualidad–. ¿Qué tipo de sorpresa tienes preparada? –

–¿Sabes la definición de la palabra sorpresa? –preguntó agarrándola de nuevo por la cintura–. Tu cuerpo me faltó anoche, mujer. –

–Podemos arreglar ese problema–sonrió ella antes de besar los labios de su pareja.

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Por mucho que diera vueltas a su cama mientras apretaba con fuerza sus hinchados ojos, Bulma no podía conciliar el sueño. Su cabeza no paraba de repetir las palabras de Vegeta.

Un escalofrío recorría su cuerpo y los puñales volvían a clavarse en su corazón tantas veces como recordaba. Intentaba cubrirse de pies a cabeza con la colcha y desahogarse en la ya húmeda almohada. ¿Por qué amar era tan doloroso?

Te necesito [BulmaxVegeta] ORIGINAL - REEDITADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora