Capítulo 12. Carreras

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Bulma caminaba en dirección a su casa, con la cabeza agachada para ocultar las lágrimas que la abordaban. ¿Estaba dispuesta a separarse de Vegeta sólo para que él no sufriera daño? No se veía capaz de ocultarle la verdad y que viviera en una mentira en la que él era el único afectado. La impotencia se adueñaba de ella porque no sabía qué hacer. Cada paso que daba hacia él, Gina se encargaba de empujarla cinco hacia atrás.

Cuando estaba cerca de su casa, sintió un coche, de color azul metalizado, que había aminorado el ritmo y que finalmente paró ante ella, pero intentó no hacerle ningún caso. La ventanilla que daba a su lado había bajado dejando ver un rostro familiar, pero nada amigable para ella.

El hermano de Goku había visto a la adolescente y decidió intentar llamar su atención, pero por mucho que éste la nombrase ella le ignoraba, no queriendo tener nada que ver con él. Al ver que no le hacía caso, bajó del coche y se acercó a ella, agarrándola suavemente por el brazo para girarla hacia él y contemplarla. La tomó del mentón para alzar su cabeza y comprobar su rostro enrojecido, con los ojos repletos de lágrimas y sus labios temblando.

Cuando Bulma vio al hombre que la estaba agarrando y tomando del mentón, le dio un empujón para apartarlo de ella.

–¡Aléjate! –gritó con la intención de que este se marchara–. ¡No quiero que te acerques a mí! –

–¿Qué te pasa? –Raditz ignoró los gritos molestos de Bulma–¿por qué estás llorando, Bulma? –

–Eso a ti no te importa–Bulma le miró con desprecio. Vegeta siempre le prevenía de que era un hombre que debía mantener lejos de ella–. ¿Acaso estás sordo? ¡Lárgate! –

–No hace falta que pagues tus problemas conmigo–Raditz intentó calmar a la mujer que apartaba su mirada, intentando evitar la de él–. En realidad, me gustaría hacerte una proposición. –

–¿Una proposición? –la peliazul miró al hombre que asintió con una sonrisa radiante, que molestó más a la adolescente–. No me gustan las drogas y tampoco tengo intención de tener nada contigo, maldito pervertido. –

–No es nada de eso–siguió hablando él con intención de convencerla–. Quería saber si te gustaría ser copiloto en una de las carreras que organizo. –

–¿Una carrera? –preguntó ella apartando las lágrimas que anteriormente habían recorrido su rostro.

–A las afueras de la ciudad–Bulma vio la sonrisa de Raditz que la hizo estremecerse. Su cabeza la gritaba que se fuera de allí cuanto antes y no cometiera ninguna imprudencia.

–Ni de broma–contestó ella rápida–. Esas carreras son ilegales y no me quiero meter en esos problemas. –

–Venga, pequeña–Raditz era consciente de que quedaba poco para convencerla, debido a que estaba dolida y que se había calmado un poco, podía intentarlo si seguía insistiendo–. Nos divertiremos, ya lo verás. –

–¿Divertirnos? –preguntó ella con ironía–. Esas carreras pueden ser un viaje al otro mundo. –

Tras sus últimas palabras, que pudieron ser una negativa perfecta para seguir su camino, empezó a pensar. Sentía demasiado dolor en su corazón.

Vegeta la rechazó dos veces. La primera cuando le mostró su cuerpo desnudo y la segunda cuando lo besó. Ahora debía cargar con el dolor de la incertidumbre. No sabía qué hacer y eso la estaba ahogando.

–Te acompañaré–dijo decidida, sorprendiendo a Raditz.

–¿En serio? –preguntó él aun asimilando de que hubiera cedido a su propuesta, pues sus palabras parecieron claras al final.

Te necesito [BulmaxVegeta] ORIGINAL - REEDITADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora