Capítulo 5. Algo inesperado

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Bulma empezó a despertar en los brazos de Vegeta. Eso le hizo darse cuenta que de aquel momento que había vivido, donde ambos se besaban con pasión desenfrenada, no era más que un sueño. Soltó un suspiro cansado y, con el rostro entristecido, salió de la cama para ir al baño.

Se desnudó dejando la ropa por el suelo para luego meterse en la ducha. Movió las cortinas y luego abrió la llave del agua para que saliera templada. Bulma utilizó aquel momento para recordar su adorado sueño y el cuanto deseaba que fuera real. Ella lo veía difícil, por no decir imposible, pues él la vería siempre como la entrañable hermana menor que debía proteger.

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Tras diez minutos que pasaron desde que la adolescente se levantó, Vegeta despertó. Miró hacia el otro lado de la cama para ver que Bulma ya no se encontraba, lo que le hizo pensar que había vuelto a su habitación para ponerse el uniforme del instituto.

Se incorporó de la cama para ir directo al baño con la intención de lavarse la cara, pues prefería tomarse la ducha en los vestuarios de la comisaría. Cuando entró no se escuchaba absolutamente nada y poco caso le hizo a la ropa que había sobre el suelo. Fue directo hacia el espejo para contemplarse, para después abrir el aguar y así asearse.

Bulma había cerrado el agua antes de que él se adentrara al baño por lo que la desconcertó cuando escuchó la puerta. Movió un poco las cortinas para encontrarse con Vegeta lavando su rostro. Él no se había dado cuenta de su presencia, así que no sabía que la adolescente se encontraba allí.

Ella empezó a sonrojarse por aquella situación. Se preguntó cómo saldría sin que él se diera cuenta. Mordió su labio y una sonrisa pícara se formó en su rostro. ¿Y si salía ante él sin más? Vegeta se encontraría con una Bulma desnuda y vería que su cuerpo no se asemejaba a la niña con la que tanto la comparaba, sino con el de una joven cercana a ser una mujer.

Fue necesario ese pensamiento para que tomase la decisión. Decidida y segura, agarró el borde de las cortinas y las movió. El ruido fue el aviso que necesitó Vegeta para saber que la ducha se encontraba ocupada y, al intentar confirmarlo, se encontró con la imagen que Bulma deseaba que viera. Ella allí metida, mojada por el agua de la ducha y completamente desnuda.

El rostro de Vegeta mutó de un susto a no saber dónde meterse. Sus mejillas se tiñeron de rojo ante la imagen que acaba de presenciar. Por mucho que intentara mirarla a la cara era incapaz. No sabía a donde mirar que no fuera aquel cuerpo desnudo.

–¡Buenos días, Vegeta! –saludó con una radiante sonrisa mientras salía de la ducha.

–B-Bulma–Vegeta intentó buscar las palabras exactas para expresar lo extraña que era esa situación, pero los nervios y el rubor en sus mejillas lo distraían de la cordura.

–¿Te pasa algo? –preguntó ella al notar su comportamiento.

–Tenía que haber llamado antes de entrar–contestó mirando a otro punto.

–¡No importa! –sonrió ella como si no pasara absolutamente nada–. Tenemos confianza. No es para tanto el vernos desnudos ¿no? –

–¿Qué? –Vegeta había girado a verla, pero rápidamente volvió a apartar la mirada pues temía que se dirigiera a donde no debía–. Tápate, Bulma. –

–¿Qué? ¿Por qué? –preguntó sorprendida.

–Tápate–Vegeta no escuchó a la adolescente, sinoque agarró una toalla cercana y la enredó alrededor de su cuerpo sin mirarla.

–Lo siento–se disculpó mientras sostenía la toalla por miedo a que cayera–. Pensé que no te importaría.

–No deberías volver a hacer eso–Vegeta observó la mirada apagada de la adolescente. Suspiró pesadamente y continuó–. Además... podrías enfermar. –

Te necesito [BulmaxVegeta] ORIGINAL - REEDITADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora