Capítulo 13. Un secreto descubierto

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Vegeta no podía despegar su mirada de la de Bulma, que se encontraba dentro del coche. Ella agachó la cabeza al sentirse dolida y humillada. No sabía que hacer o que decirle. Estaba demasiado avergonzada.

El policía miró al hombre que conducía el coche, al cual Goku estaba sacando. No se sorprendió de encontrarse con Raditz, que parecía poco afectado. Su mirada volvió a la joven que se encontraba en uno de los peores estados que él alguna vez pudo verla. Solo pensar que podía haberla pasado algo y que el culpable era el hermano de su compañero, el cual debía, según él, estar en la cárcel, le hizo hervir la sangre. Su cabeza no razonó y, en vez de sacar a Bulma del vehículo, se dirigió a donde estaban los hermanos para atacar al mayor.

Raditz cayó al suelo cuando Vegeta le propinó un puñetazo que no esperó. Cuando estaba tirado empezó a propinarle patadas, así como a golpear la parte de su pecho y estómago con una violencia aterradora. Goku intentó separarlo, pero no pudo. Era consciente de la rabia que le invadía y el motivo que le incitó a ese ataque.

Bulma salió asustada del coche al escuchar los gritos de dolor del hombre que se encontraba tirado en el suelo. La imagen para ella fue espantosa. Ver a Vegeta fuera de sí, mientras Goku intentaba frenarle, y a Raditz pidiendo porque cesara, la hizo soltar un fuerte grito de horror, uno que el subinspector ignoró.

–¡Basta, Vegeta! –gritó la chica mientras se acercaba a él para detenerlo.

–Por favor, Vegeta, para ya–Goku siguió intentando apartar a Vegeta del lado de su hermano.

–¡No! –Vegeta miró encolerizado a Goku–¡Podría haber matado a una niña en una de sus jodidas carreras ilegales! ¡Este cabrón debería estar pudriéndose en la cárcel, bien lo sabes!

Bulma sintió rabia al escuchar a Vegeta. Él la seguía tratando como a una niña. No le importaba decirlo y no se daba cuenta de lo mucho que la dañaba.

–¡Cállate! –chilló ella llamando la atención de Vegeta–. ¡No soy una niña y si monté en el coche fue porque quería! –

–¡No me mientas! –Vegeta dejó, al final, en paz al hombre para acercarse a Bulma y encararla–. ¡Escuché como gritabas que se detuviera cuando estabas dentro de ese coche! A ti estas mierdas no te interesan. ¡No me hagas creer ahora que vas de niña mala! –

–¡Cierra tu jodida boca! –Vegeta se sorprendió de como ella le estaba encarando. Jamás ella se atrevió a hablarle como ahora lo estaba haciendo–. Tú no sabes nada de mí. ¡NADA! –

–Bulma, cálmate–Goku se acercó a ambos una vez dejó a su hermano en el coche policial, aprovechando la distracción de Vegeta–. Te llevaremos a casa y podrás descansar. –

–No necesito que me llevéis a ningún lado como una niña pequeña–contestó ella con frialdad, sorprendiendo de nuevo a ambos.

–¿Acaso te has vuelto loca, mocosa? –Vegeta empezó a sentir que su paciencia con ella se esfumaba, pero intentó controlarse–. Estás a las afueras de la ciudad ¿piensas volver andando? –

–Iré con Goku–respondió rápida y cortante.

Vegeta se quedó sorprendido por su respuesta y, por ello, no tardó en mostrar su descontento.

–¿Con él? –señaló a Goku con rabia y vio como ella asentía–. Deja ya tus malditas tonterías porque me están hartando. ¡Ahora mismo vas a decirme que demonios te pasa y por qué te montaste en el coche de ese lunático! –

–¿Tanto te importa mi vida? ¡Déjame en paz, Vegeta! –Bulma siguió gritando al policía que quedaba sorprendido por cada palabra que iba diciendo.

Te necesito [BulmaxVegeta] ORIGINAL - REEDITADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora