Marcos

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Me levanté de mi cama, vi a mi madre, y la abracé, - He tenido una pesadilla, te he dicho alguna vez que te quiero?, - te parece normal llegar tan tarde, sabes que estás castigada? - Tranquila no saldré en 1 año mínimo mamá, porqué te quiero, te quiero y te quiero. - yo también te quie......... Unos brazos fuertes me zambaleaban, abrí los ojos, era Willy, me indicó con el dedo la mesa, estaba el desayuno preparado, leche, tostadas con mermelada, mmm... pero, '' como podía pensar en comer en una situación como esta?!'' me negué. Ví como los tres desayunaban, Richard se acercó al terminar y me obligó a desnudarme, quería hacerlo conmigo, - Déjala Richi, creo que el muchacho ya se ha hecho mayor, y la quiere para él, no, chico? , miró a Marcos.  Marcos enrrojeció, y asintió mirándome a los ojos. - A parte, nosotros tenemos que ir a unos recados, necesitais algo? me miró, y le aparté la vista, Marcos les dijo que si podría ser que me compraran algo de ropa, menos ''provocativa'' . Me miró y con las mejillas enrojecidas, -Quieres algo más? - No, - Respondí.- Anda pero si habla, dijo Willy y me sonrío, - tranquila princesa, en dos días te sentirás como en casa, seguro que no necesitas nada, - Llamar a mi madre para decirle que estoy bien, quizá? dije sarcásticamente, apartó la mirada y se dispuso a salir junto a su hermano Richard. - Papá comprame tabaco, solo me quedan 2 cigarros. Richard le lanzó un paquete, el cual dió justo en la minifalda que me obligaron a ponerme. Cuando al fin salieron me sentía un poco mejor, a solas con Marcos, con él me sentía protejida. Se encendió un cigarrillo y viéndome la expresión me hizo un gesto de invitación a que me fumara uno con él, - Fumas, verdad?!. Respondí un sí muy debil. Finalmente, acepté su invitación y me encendí un cigarro. - Quizá tengas muchas preguntas, sabes que puedes preguntarme lo que quieras no?. asentí pero no dije nada. De golpe de mis piernas corría un hilo de sangre, Marcos se dió cuenta, y en seguida cojió el telefono, llamó a su padre y le dijo a su que comprara compresas o lo que necesitaran las mujeres para la menstruación. Me preguntó si tenía hambre, y asentí, me preparó una tortilla con pan, que duró como mucho 10 segundos en el plato, se dió cuenta del hambre que tenía, y me hizo dos tortillas más que conseguí comérmelas a un tiempo adecuado, para que no pensara que era una muerta de hambre. Encendió el televisor, y puso un programa al cual yo estaba enganchada, se trataba de un hombre que viajaba por el mundo durmiendo cada día en un hogar distinto, el hombre en este episodio estaba en Rumanía, y lo habían acojido unos ancianos muy simpáticos y chistosos. Por primera vez, pude reír. -Sabes, estás preciosa cuando te ríes.  De golpe mi rostro cambió y rompí a llorar. Me abrazó, y realmente se lo agradecí, pero me aparté y me tumbé en la cama, llorando desconsoladamente. - Sé por lo que estás pasando, se limitó a decir, apagó el televisor, e intentó que lo mirara, lo miré con los ojos enrrojecidos, llenos de lágrimas, y lo abracé. -Crées que algún día, podré ser feliz?. - Sí, serás feliz, muy feliz, te lo juro. - Como me puedes jurar algo así si estoy secuestrada? - Porqué me educaron siendo persona que no falla a sus juramentos, y te juro, por mi madre, que un día te ayudaré a que te escapes, para poder ver a toda tu familia, que estoy seguro que te quiere mucho, a tus amigos que te hecharán mucho de menos, y... a... tu novio, que seguro que te ama, y que está preocupadísimo porqué ha perdido a alguien tan valiosa como tú.  -Valiosa?!, si fuera valiosa la policia ya me habría encontrado, estaría con mi madre, en casa durmiendo, y no aquí encerrada en un zulo con dos locos y contigo. Su expresión cambió, se enrrojeció y esta vez no de verguenza, sino de rabia, pensaba que me iba a abofetear, pero hechando la vista al lado y suspirando, me dijo, - Esto no es un zulo, es un techo para mí y no son dos locos, si no mi familia, la única que tengo, y son dos hombres buenos que han perdido todo lo que ellos tenían, a su familia, que lo ha pasado tan mal... que no lo sabe nadie y solo nos tenemos nosotros tres. Me arrepentí de decirlo, pero que carajo! me habían secuestrado, no iba a llamarlos heroes precisamente. Me dolió haberle hablado así a Marcos, él era un chico bueno, era amable, atento y había perdido a su madre. Pero, no podía rectificar, y me negaba a pedir perdón, solo quería volver a casa. Viéndome la cara de arrepentimiento me dijo, - no importa, sé que ahora mismo tienes que creer que somos una panda de asesinos o algo así, y que mucho cariño, pues no nos tienes que tener. Sonreí, había dado justo en el clavo, agradeci que pudiera, ''leerme el pensamiento''. Willy abrió la puerta, me dió ropa, ropa interior, y demás cosas para mi higiene, me compró un paquete de tabaco, diciéndome que era por si acaso fumaba. - Volveremos mañana, os hemos comprado comida, y teneis tabaco, y todo lo necesario, ya sabes donde están los condones no, hijo?     -Papá, deja de decir tonterías, - Willy río, - Esta bien, la trataremos como a una princesa, nena, no sabía que era lo que te gustaba así que he comprado un poco de todo, estás en tu casa vale? - Pues dame unas llaves para poder irme no?, se acercó con la mano levantada como para abofetearme, pero Marcos se interpuso en medio, y le dió a él el bofetón. Era increíble, nunca nadie habría hecho eso por mí, se lo agradecí. Willy y Richad se marcharon, ''bien'' pensé ''ahora ya podré llamar a mi madre''. -Date una ducha, y vístete como te apetezca, yo estaré haciendo la comida, te apetecen macarrones, te gustan con tomate, o prefieres alguna otra cosa? - No, macarrones con tomate estará bien, gracias, y le sonreí, por primera bien dí las gracias, a Marcos le tenía que agradecer mucho más que a otras personas, que se suponía que daban la vida por mí, Marcos, estaba segura, daría su vida por mí. Era increíble, pero le estaba empezando a cojer cariño. Me duché, y mi higiene fué pulcra, igual que yo. Comimos, y estubimos toda la tarde viendo el televisor, mientras hablabamos de los estudios, Marcos había terminado la ESO y BACHILLERATO, yo, tenía que volver a repetir, porqué había suspendido todas las materias. - Quiero ir a la universidad. Dejó caer Marcos, - Que te gustaría estudiar? le pregunté, -Pues sinceramente, no tengo la menor idea, me interesan mucho las empresas, quizá administración, contabilidad, no sé no lo tengo claro, me gusta muchísimo todo lo que sea ministerio de educación, quizá profesor de instituto o universidad. Me quedé asombrada, era un muchacho trabajador, me atreví a preguntarle la edad, ''20'' , era un muchacho joven, había estudiado y los otros dos años, había estado haciendo ciclo formativo de administración, tenía oportunidad de encontrar un trabajo digno, pero él, quería seguir estudiando, me parecía ficticio, no me lo creí y me enseñó los diplomas, las fotografías de sus graduaciones, y todo eso. Llegó la hora de cenar, y Marcos cocinó, hay que decir que cocinaba muy bien. - Me enseñó  mi madre, si te preguntas quien me enseñó a cocinar, ella era cocinera de un restaurante familiar. Entonces me dí cuenta, le había estado observando con cara de tontaina, sin apartar la vista ni un segundo. Me enrrojecí. Llegó la noche, ya habíamos cenado, y nos dispusimos a dormir, le pedí a Marcos si podía dormir junto a mí, junto a él me sentía protejida de su tío Richard y su padre Jaime, o como a él le gustaba que le llamaran, Willy. 

ADOLESCENCIA ROBADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora