ADOLESCENCIA ROBADA

Mi cumpleaños

Me desperté de un salto. '' HOY ES MI CUMPLEAÑOS!!!'', cuantas veces había soñado con ese día, 18 años, me podía ir de casa. '' pero que decía?, ya me había ido de casa, hacía mucho ya.''     Bajé al salón dónde Marcos cocinaba el desayuno. - Para la niña más preciosa.      -Perdona? - Bueno, si quieres, te perdono... - No te hagas el tonto, llevas mucho tiempo ignorándome, ahora me vienes así? que pasa que ya no estás con Marta? - Nada de eso enana, quería descubrir algo. - El que, si la lengua llegaba hasta el fondo de la campanilla, si las rubias follan mejor o como va eso?! - Eh! para el carro bonita, me parece muy fuerte que te me pongas así cuando después de levantarte tienes el desayuno, hecho por un chico guapo que te piropea, muchas mujeres te tendrían envidia. - Sí, claro, envidia por estar secuestrada, porqué sea el día de tu cumpleaños, cumplas 18, y para el resto del mundo que sabe que vives se supone que todavía tienes 17?.... no lo creo. - Eso es lo que opinas? - Pues sí. te importa mucho? - Demasiado más de lo que crees.... Se marchó con un portazo tras él.      Me sentí mal, porqué le había hablado así, era cierto, lo había hecho con toda su buena intención, y yo... le había chillado. Lloré, y para animarme o más bien distraerme encendí  la televisión ''-Hoy era el cumpleaños de la señorita Judith Gómez, hija de Natália López y Fernando Javier Gómez. - Como lleva usted la pérdida de su querida hija Natalia? - Pues como quiere que la lleve, me la arrebataron de mi lado con tan solo 17 añitos. Pienso, en quién ha podido matar a una criatura de esa manera. Sólo conservo de ella su muela, que los asesinos de mi niña dejaron para reírse supongo. ( mi muela, desde ese día no pensé más en ella, entonces me toqué justo de donde me la arrancaron, sabía que mi madre la tenía, y me hizo feliz).  - Por aquí tenemos a su mejor amiga, buenos días Carla, como superaste la pérdida de tu mejor amiga. - Pues, todavía no la he superado, era mi única amiga, y no quería perderla. Rompió a llorar, y yo, con ella. Apareció Damián para abrazar a Carla, aún seguían juntos, pensé. Me alegró. '' David, David, David.'' Sal tú, quiero verte, vamos cariño. Apareció. - Aquí tenemos a la pareja de la víctima. Tú que opinas, David?                    -Pues como que que opino? me quitaron a mi novia, esos hijos de puta, la mataron, y la violaron seguramente, ella era mía de nadie más. Que grandes hijos de puta pueden hacer algo así, es inhumano. - Quieres decirle algo a Judith? - Para que? si ella ya no está, ella ya sabía que la quería. Y que la seguiré queriéndo siempre. - Bonitas palabras, de un muchacho de 19 años dedicadas a su difunta pareja. Siempre recordarán a su hermosa hijita, fiel amiga, y dulce pareja  y siempre la querrán. Esperemos Judith, que desde el cielo, puedas ver como todos luchan por ti día a día.    En un momento, se vió el cementerio, con un ataúd, ''seguramente vacío, a falta de mi cuerpo'', mi madre lloraba, Carla abrazada a Damián que también lloraba, Damián se secaba las lágrimas para parecer más duro. David,  abrazaba a Núria, su madre, que le había acompañado, y todos les volvían a dar el pésame a mi madre. Apagué el televisor, y tirada en el sofá me secaba insistentemente las lágrimas que no dejaban de brotar por mis mejillas. Estaba llorando, y no podía parar. Quería irme a casa. Llegó Willy, - Eh! pequeña, no llores. Es tu cumpleaños. - Y tú, como lo sabes? le pregunté como pude. - He visto la televisión, tu madre, tus amigos, tu chico. Los hechas de menos, no es así? - Sí. - Había mucha gente, eras muy querida. - La mitad estarían para no quedar mal, o para hacer bulto, o quien sabe, para salir en la televisión. - No creo, seguro que te querían todos muchísimo. - Pues déjame volver. - Mira, te prometo una cosa. Cuando tú acabes bachillerato, y tu carrera en la universidad, yo te juro, que te doy dinero para que vuelvas con tu familia. - Pero almenos déjame llamar para decirle que estoy bien. - Mira Judith, yo no puedo arriesgarme a que tu madre vuelva a llamar a la polícia, esto es todo lo que tengo, mi casa, mi restaurante, mi ciudad, aquí conocí a Amanda, aquí viví con ella, aquí nació Marcos, aquí murió Amanda. No puedo arriesgarme a perderlo todo. No eres feliz aquí? agaché la mirada. Él lo entendió, se marchó dejándome sola. Porqué era yo la que me tenía que sentir mal, joder! Era una chica de 18 años que había pasado desde sus 17 con sus secuestradores, por mucho que fueran buena gente. 1 año sin saber de mi família, de mis amigos, de mi chico, viendo, simplemente, su cara por televisión, haciendo un llamamiento a Willy, Richard y Marcos, de que eran unos cabrones, que me habían arrebatado la vida, y es cierto. No me mataron, pero mataron a Judith Gómez López.