Uída al paraíso perfecto

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Me había olvidado por completo Javi y yo habíamos quedado hoy, ya que aplacé lo del otro día, y no podía ir. Lo llamé. - Javi, lo siento mucho, hoy he acompañado a Belinda al hospital para que vean como está. - No pasa nada. - No estás enfadado? - Hombre, me molesta que me digas de quedar y luego me des plantón... pero, supongo que es por una buena causa, ya sabes tu mejor amiga, es más importante que un conocido.. no? - Un conocido? tú eres más que eso. - A sí, que soy? - Eres mi buen amigo Javi, el que me piropea cada día! - Te molesta que lo haga? - Me parece extraño, pero no me desagrada. Mañana te prometo que quedamos vale? - Te paso a buscar por tu casa? - A las 7:30. - Vale, vístete guapa, bueno, que digo, guapa estás siempre, vístete como de gala, vale? te llevaré a un sitio hermoso.          -Vale, hasta mañana guapo! - Hasta mañana preciosa!. Preparé todo para el día siguiente. Sin saber porqué, estaba nerviosa. Me preguntaba si había olvidado a David, y Javi me gustaba. Eran muy parecidos, altos, morenos, ojos marrones verdosos. Pero muy distintos. David era muy infantil, prefería antes jugar al balón que estar conmigo viendo una película romántica. Javier en cambio, prefería hablar sobre el futuro sentados juntos, que no estar jugando a cualquier otra cosa, era mucho más maduro. Llegó el día. a las 5 de la tarde me duché. A las 6:30 terminé de arreglarme el pelo. Me vestí, y me estaba pintando. Todavía no había terminado y picaron a la puerta. Marcos gritó. - Amanda, Javi está aquí. - Ya bajo, un segundo. - Se estará arreglando le dijo Marcos a Javi. Por cierto, bonito atuendo. - Gracias. Bajé las escaleras. Tanto Marcos como Javi estaban asombrados, estaban con la boca abierta. - Que os parece?. Esperaba una contestación... - Hola? Hay alguien hay? - Dios mío, Amanda, estás, preciosa es poco, Dios mío, Dios mío. - Gracias, supongo. - Joder, tata, si no fueras mi hermana, me habría enamorado de ti. Salimos. Había una limusina en la puerta.                   -Hoy volaremos con esto! - Oh madre mía, nunca había estado en una, será muy caro. - No te preocupes por eso. Sólo quiero una velada inolvidable. - Seguro que lo será. Sonreímos. Nos subimos a la limusina. - Ya sabe a donde dirijirse. - Sí señor. Después de unos 20 minutos más o menos, llegamos a una especie de mirador. - Aquí es. - Vaya... - Espera y verás. De golpe, unas luces se encendieron, había una mesa, con una rosa en medio, dos platos. Cuando terminamos de cenar, Javi me dijo, ven conmigo. Me llevó a un lugar donde se veía todo Hanoidú, era precioso, no había mirado nunca ese pueblo tan precioso como lo hize esa noche. Javi me pidió que cerrara los ojos. Le hize caso. - Amanda, no te muevas, ahora vuelvo. Escuché los pasos de Javi alejarse. Y los volví a escuchar acercarse. - Ya puedes abrirlos. Javi, tenía entre él un ramo de rosas rojas. Era mi sueño desde pequeña. - Oh, Javi, esto es precioso pero yo no se si devo.... - No digas más, aquí tienes una tarjeta, leela.  Amanda, sé que empezamos con mal pie, y que a veces soy una persona muy pesada, pero quiero que sepas, que es porqué me interesas de verdad. Desde que te conocí, supe que eras especial, supe que eras una chica auténtica, y poco a poco lo he ido comprobando. Con esto quiero que sepas que me gustas, bueno, que estoy enamorado de ti. Quiero pedirte que seas mi chica, que me dices? - Amanda, si no quieres, no importa yo solo quería que.... lo besé.           -Te sirve como respuesta? - Sí. Sonrío, y volvimos a besarnos. - Entonces, estamos juntos de verdad? - Sí. - Vaya, eso si que no me lo esperaba, o sea, no quiero decir que... Le volví a cortar besándolo. - Me acabas de hacer el hombre más feliz de todo el mundo! Volvimos a besarnos. Realmente me gustaba, me alegró que fuera tan romántico. Estábamos sentados, mirando todo Hanoidú, brillante. Precioso. Me sonó el teléfono. - Sí? - Amanda soy Willy.             -Dime. - Donde estás? - Estoy en el paraiso perfecto...

ADOLESCENCIA ROBADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora