Despedidas

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El viento sopla a mi alrededor, mi cuerpo suspendido sobre la alfombra natural de pasto, cierro mis ojos, esperando absorber un poco más del aire impregnado con aromas de flores y del agua dulce que corre sobre un pequeño riachuelo a un costado de mi.

A mi lado neffertari imita mi posición sobre el pasto, las despedidas nunca han sido agradables para mi, este año me marcho del condado de Stowe, Vermont.

He decidido hacer mi carrera periodística en Brown ubicada en Rhode Island, por lo que mi unica amiga se quedara en el pueblo a falta de recurso para seguir con la universidad.

—Como ha pasado el tiempo, ¿verdad? Ayer eramos niñas que venían a jugar al borde del riachuelo, y ahora esto es una despedida— murmuró en voz baja.

Puedo ver los ojos de nefer cerrados aún, y le veo inhalar profundo.

—Si Lo se, pero sabes que vendre cada vez que pueda, prometo escribirte a diario y promete que visitaras a mis padres— le prometi mientras me incorporo en una posición donde mis piernas se flexionan enredandose entre si para adoptar posición de mariposa.

—Chelsa ¿como es que no interrumpes mi mente? ¿Por que te hablo de manera normal? si sabes que solo con escuchar mis pensamientos basta— me pregunta Curiosa.

Neffertari ni se inmuta ante el giro que dio la conversación.

—Te he hablado millones de ello, simplemente no quiero invadir tu privacidad amiga, te respeto, esto no funciona asi como tu piensas que es.
Solo puedo leerte si me enfoco al mirarte a los ojos, y contigo no deseo eso, además ya tiene mucho que no lo intento, ya sabes lo que dice la gente del pueblo—

Mi mirada se enfoca en el sol que brilla ocultándose tras la montaña, es un bello claro, las flores silvestres abundan y los pajaros cantan, este lugar emana silencio y paz.

Paz que vengo buscando desde hace tiempo.

Aun recuerdo ese momento, cuando era pequeña. Descubrí que cuando miraba a las personas fijamente a los ojos sus pensamientos se colaban en mi mente, al príncipo me asustaba, llege a pensár que era mi imaginación, pero no erea asi. Con el tiempo mi "don" como lo llamaba Neffertari adquirió mas poder y después las visiones, no muy claras, algunas en mensajes que tenia que averiguar por mi misma, hasta que domine por completo mis habilidades, pense en contarselo a mis padres pero calle, seguramente si lo hacía terminaría en una habitación blanca.

El pueblo era pequeño y nos decían las brujas del pueblo, ya que mi madre era una persona reservada pero amable, ambas teniamos cabello negro como la noche, piel palida casi blanco transparente y ojos penetrantes en color azul verdoso, mi padre era mas normal, la gente del pueblo es supersticiosa y luego inventaron rumores de que eramos brujas.

El rumor se hizo más fuerte, cuando por accidente conteste uno de los pensamientos de mi compañera de banca, esta me miro horrorizada y me acuso con el profesor, para el fue solo una coincidencia, pero la gente no demoro en sacar cotilla de más.

—Creo debemos irnos, ya cae la noche y tu tienes que seguir areglando tus pertenencias— anuncia Neffertari, yme mira ansiosa, escudriño su rostro y la abrazo fuertemente, este lazo que nos une es fuerte.

Caminamos un par de minutos hasta dar con el sendero por el bosque que conduce al pueblo, después de unos minutos más llegamos a la puerta de mi pequeña y rústica casa. Es de madera, con un pequeño corredor, al frente un viejo sillón mesedor esta junto a la ventana, y varias macetas cuelgan de las vigas que alguna vez fueron color blanco.

Me despido nuevamente de mi amiga y la observó perderse en la obscuridad, un sentimiento de nostalgia oprime mi pecho y antes de echarme a llorar entro de golpe a la casa.

—Tu madre esta desesperada Chelsy, nos asusta el echo que no vuelvas temprano a casa— mi padre me mira de arriba abajo asegurandose que estoy en una pieza completa.

—Les dije que saldria con nefer, no tienen por que temer ¿que de malo puede pasarme en un pueblo como este? —murmuró mientras blanqueo los ojos.

Antes de que pueda dar más explicación mi madre sale con un vaso de vidrio y un batido color morado, su tradicional batido de moras. Ella se ve hermosa su vestido de flores que siñe su cintura cae en cascadas hasta sus pantorrillas. Me mira y sonrie.

—Creo que tu padre exagera ¿como te fue con Neffertari? Me tome el atrevimiento de acomodar tu ropa en la maleta— mi madre sonríe mientras ofrece el batido a papá.

—Gracias mamá, todo como lo esperaba, una buena despedida, mamá , ire a ver si no me hace falta algo— agradesco y Subo las viejas escaleras de madera.

Me deslizó hasta mi pequeña habitación, acomodo unos pequeños portaretratos en mi maleta, la primera foto es Neffertari y yo abrazadas en mi cumpleaños numero veintidós y el otro estamos papá mamá y yo en la fiesta de clausura de la preparatoria.

Escucho la puerta abrirse, es mi mamá.

—¿Interrumpo? — pregunta mientras esta detenida frente a la puerta.

—No mamá adelante— le invite a pasar

Cierro rápidamente la maleta para que no se de cuenta de lo nostálgica que estoy.

—Chelsa, prometeme que te cuidaras, de todo y de todos lo que sea que quiera hacerte daño—

Miro a mi madre aflijida, mamá nunca anda diciéndome esas cosas de cuidarme, seguramente la despedida le estaba afectando tanto como a mi.

—Si mamá lo prometo. Doy mi palabra, y te aseguro que mi interes es estudiar no te preocupes no causare problemas a la señora Ágata—

Ágata es la mejor amiga de mi madre, esta se ofreció en darme hospedaje desde que se entero de mis planes de estudiar en Rodhe Island.

—Yo lo se y confio en ti cariño, quiero darte un regalo muy especial que tu abuela me obsequio hace tiempo, esperaba dartelo cuando encontrarás a tu sol, pero ahora que vas lejos de casa tal vez lo encuentres y no estaré para ayudarte—

Mi madre sonrie y desliza su mano sobre el bolsillo de su delantal, saca una fina cadena en color plata, sobre esta un dije de un cuarto de luna que brilla por los pequeños destellos de piedras que lo adornan. Mi madre se acerca y desliza la pequeña cadena por mi cuello para ponerme el pequeño obsequio.

Los ojos me hormiguean y mi vista se empieza a nublar por las lagrimas que estan a punto de desbordarse, me echo a los brazos de mi madre y me pongo a llorar, mi padre llega y nos abraza a ambas.

—¡gracias mama! ¡Gracias papá! —

Después de una linda charla con mis papás se marchan a su recamara, me acorruco sobre mi cama, y pienso en mi nueva vida, se que Agata es amable y buena persona la eh visto en mis visiones.

Pero no todo es emoción para mi.

Hay una visión que me tiene confundida, no es clara solo veo a alguien, un hombre veo sus labios decir mi nombre Chelsa, pero cuando volteo para encararlo todo se vuelve obscuro.

Loca Por El Vampiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora