La Desicion

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La escalera se inclinó en un ángulo extraño.

De pronto, llegó a mis oídos la voz furiosa de Mark profiriendo un torrente de blasfemias. Me invadió una suave ola de desaprobación. Jamás le había escuchado decir tales cosas.

Me encontré encima del sofá antes de comprender cómo había llegado hasta allí. Mark seguía soltando maldiciones. Me daba la impresión de que se había desatado un terremoto a juzgar por el modo en que el sofa se agitaba debajo de mi cuerpo.

—¿Que le hiciste? —preguntó él.

Azael lo ignoro.

—¿Chelsy? Reacciona. Chelsy, tenemos prisa—

—Mantente lejos— le advirtió Mark.

—Calmate, Mark Stone—  le ordenó Azael.

—¿Azael? —Interviene con voz débil — ¿Que paso? —pregunté incluso a pesar de no querer oírlo.

—Lo encontraron pequeña morticia. Lo encontraron con vida—

Hice un esfuerzo para incorporarme a pesar del mareo. No tarde en darme cuenta de que lo que aferraba en realidad para recuperar el equilibrio era el brazo de Mark. Era el quien temblaba y no el sofa.

Azael sacó su teléfono celular de su chaqueta negra y tecleo varios números.

—Ailey necesito hablar con Iván ahora mismo— soltó de sopetón.

Azael hizo una pausa en ese momento para escuchar cada vez con expresión más horrorizado a medida que transcurrían los segundos.

—¿por que ? — preguntó con voz entrecortada —¿Por qué lo hiciste Ailey? —  fuera cual fuera la respuesta el mentón de Azael se tenso en una mueca de disgusto.

—Te equivocaste, ella está en perfectas condiciones..  Me equivoque es por eso que llame— Azael hablo con dureza.

Colgó el teléfono se volvió hacia mi y me miro con ojos atormentados.

—Cuéntamelo Azael—susurre.

—A Lian le informaron lo que te sucedió. El piensa... El piensa que no estás con vida— susurro Azael.

—No, Lo... Comprendo—articule.

—El se irá a enfrentar a las brujas y a Benjamin, para que lo maten—

Tarde un latido de corazón en comprender.

Cuando de pronto y de la nada su voz volvió a sonar en mi interior, era un tono apagado de mis recuerdos, pero las palabras bastaron para desgarrarme el pecho y dejar un  enorme hueco.

—No estoy dispuesto a vivir sin ti—me habia asegurado en aquella habitación mientras contemplabamos la muerte de Romeo y Julieta. se que ni Azael ni Ean me ayudarían a cumplir mi propósito. Así que lo más factible sería buscar a Benjamin. Eso no está aprobado por el submundo. No a menos que desees morir

—¡No!—el rechazo expresado en un grito restallo con tanta fuerza después de los susurro que nos hizo dar un salto a todos. Sentí que la sangre me huía del rostro cuando intui lo que trató de decir Azael.

¡No, no, no! ¡No puede hacer eso! —

—Adoptó esa desicion en cuanto Ailey le confirmo algo de lo que no estábamos seguros—

—¡Como se atreve! — grite

Entonces, ya me había puesto de pie y Mark se levantó con aire vacilante para interponerse entre Azael y yo.

—Ay, Mark, quítate de enmedio— con desaprobación e impasiencia, aparte a codazo su cuerpo tembloroso — ¿Que podemos hacer? —  le implore a Azael.

El negó con la cabeza.

Apreté los dientes de pura frustración sin dejar de mirarlo fijamente.

—Chelsy, amor. Podemos ir a buscarlo, pero no te puedo asegurar que llegaremos a tiempo, iremos a una ciudad dónde están puros protegidos de Benjamin si Lian tiene Éxito y los enfrentan la probabilidad de que acaben con nosotros son elevadas—

—¿Eso es lo que nos retiene aquí? — Pregunte con incredulidad. — Iré sola si tu temes por tu vida—

—Mi único temor es que te maten a ti también pero esta bien. Escribe una nota a Ágata mientras llamo a las líneas aéreas—

Corrí a la cocina, abrí de golpe los cajones y volque el contenido en el suelo en busca de una pluma. Una mano lisa me tendió uno.

—Gracias— farfulle mientras en silencio, Mark me entrego un bloc de notas.

Comenze a escribir a Ágata los motivos de mi huida con Azael cuando lo escuché.

—No vayas— susurro Mark, la ira se habia esfumado.

No estaba dispuesta a perder el tiempo discutiendo con el.

—¡Lo siento Mark, Lian me necesita— le dije antes de salir disparada hacia la puerta de entrada.

—Chelsy por favor te lo suplico— los ojos negros de Mark refulgian llenos de lágrimas. Se me hizo un nudo en la garganta.

—Mark, debo...

—No, no debes, la verdad es que no. Ellos se ocultaron de ti olvidandote todo este tiempo... Quedate aquí conmigo, con Ágata y con tus padres. Quedate y vive—

El motor del Ferrari de Lian ronroneo. El ritmo del zumbido aumento cuando Azael aceleró. Negué con la cabeza y las lágrimas salieron de mis ojos.

—No mueras, Chelsy— dijo con voz estrangulada.

¿Y si nunca lo vuelvo a ver?

La idea se abrió camino entre las lágrimas mudas y un sollozo escapó de mi pecho. Le rodeé la cintura con los brazos y lo abraze por unos instantes breves, al tiempo que hundía en su pecho mi rostro bañado en lágrimas. Sostuvo mi cabeza contra su pecho como si eso fuera a retenerme.

—Adiós, Mark— le apreté la mano y le bese el dorso. No pude soportar mirarlo a los ojos luego susurre.
— Perdoname-—después me di media vuelta y me deslize en el coche.

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