Moscú

49 3 0
                                    

Probablemente debería haber contemplado por el cristal de la ventana, la ciudad de Moscú y su extravagante arquitectura, que pasaba ante mis ojos desdibujado por la velocidad. Éste era mi primer viaje a Rusia, y quizás también el último. Pero la forma de conducir de Azael me lleno de pánico a pesar de que sabía que era fiable al volante además la ansiedad me atormento.

—Que ironía, la ciudad parece tiempo de vacaciones —murmuró Azael —No le hará gracia a Benjamin que Lian arme un escándalo en presencia de muchos humanos—

—¿Que pudo hacer? —pregunte.

El no aparto la vista de la carretera. La aguja del velocímetro estaba apunto de tocar el extremo derecho del indicador de velocidad.

—No creo que puedas hacer algo al respecto Chelsy, solo trataremos de que te vea antes de entrar al callejón donde esta Benjamin. Ellos están esperando a que Lian actúe, los brujos y videntes de él ya le informaron lo que pasó —

—¿Que significa? ¿Que pasó? — pregunte alarmada.

—Chelsy, tus recuerdos no eran claros debido a que a Lian le borraron la memoria y por el vínculo que formaron debido a que ustedes ya habían estado... Paso lo mismo contigo solo que no a tal magnitud por que en cuanto supimos donde estaba se mando a alguien de confianza a cuidar de él y lo protegió del echizo— la vergüenza me inundó despues de saber que el vínculo lo habíamos formando por haber intimado. Solo asentí con las mejillas ardiendo.

—¿Cres poder encontrar algún sitio para que aparques pronto el coche? — trate de salir del tema por la tangente.

—No lo creo, pero acércare el coche lo más que pueda. Después tendrás que correr por donde te indique—

Asentí

—Procura no tropezarte, hoy no tenemos tiempo para accidentes— añadio.

Gemi. Arruinarlo todo y destruir el mundo en un momento de torpeza era tan propio de mi.

—Allí— informó Azael.

Cuando lo miraba, sentí la primera punzada de un miedo diferente. Desde el día anterior por la mañana, me pareció como si hubiese transcurrido una semana por lo menos. Cuando Azael pronunció su nombre al pie de las escaleras, sólo había sentido una clase de temor. Pero ahora, mientras contemplaba los extravagantes colores y la copulas que coronaban los castillos, me sentí traspasada por otro tipo de pavor más egoísta y personal.
Habia visto la ciudad en algunos libros y revistas se veía tan bonita, pero ahora me habia dejado totalmente aterrorizada.

—Moscú— anunció Azael con voz monocorde y fría.

El camino confirmé nos acercábamos era más lento.

—Azael—  gemi. El reloj del tablero parecía ir cada vez más deprisa.

—Solo existe este camino de acceso al punto dónde está Benjamin— me dijo con una nota de tensión en la voz demaciado fuerte para lograr que me calmara.

Uno tras otro, los coches Se arrastraron a lo profundo de la ciudad. Al acercarnos cada vez más alcance a ver como los ocupantes de cada coche bajaban para recorrer a pie el resto del camino. Para después darme cuenta que los estacionamientos estaban llenos y que un gentío cruzaba la carretera a pie. Estaba prohibido el acceso con coche.

—Azael— susurre de forma apremiante.

—Ya veo—contestó. Su rostro parecía cincelado en hielo.

—Chelsy— Azael habló rápido, con un tono bajo —No logró anticipar si podre detenerme luego; vas a tener que irte sola, y corriendo, si esto no funciona. Lo único que debes es hacer es preguntar por la plaza roja—

Loca Por El Vampiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora