Historias

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He salido de la ultima hora de clases, un poco molesta, intrigada y sobre todo echa un lío. Tecleo el numero de la ahora desconosida Ágata Stone.

—Hola, Chelsi ¿estas bien?

Hola, Ágata, te molesto, ya sali ¿puedes venir por mi?

—Si princesa, salgo para allá enseguida—

—Aquí te esperó, gracias—

—Chao—

Mi dia había sido fatal, no podía procesar tanta información. La cabeza me dolia y tenia ganas de vomitar.

Amber y su amigo el vampiro llamado Azael se habían marchado antes ya que ellos tenian horarios diferentes, no había echo muchos amigos de mi carrera ya que me miraban extraño, agradecí por no venir vestida de color negro.

El coche de Ágata se detuvo frente a mi, entre rápidamente y le salude.

—Hola preciosa ¿cuantos amigos hicimos hoy? — me sonrió.

Apesar de sus años su cara era propia de una joven lucia casi aniñada, ella tomaba una agua en color azul, no reconocí el contenido, tal ves una bebida energetizante.

No lo pensé dos veces y fui al grano.

—Bien, eso creo, una de ella es vidente y el otro un vampiro, ¿No sabia que en tu ciudad esto de las criaturas míticas era normal?—- Finji inosencia ante mi respuesta.

Mantuve la vista fija al frente, pero escuche como Ágata escupia su bebida salpicando el parabrisas del coche obligandonos a salir del camino y aparcar frente a un parque.

—Esté... No se de que hablas ¿Chelsa estas bien? —hablo con voz temblorosa.

—No trates de salirte de la tangente Ágata, esta chica te conoce, y deduzco que tu también tienes algo especial, junto a mis padres.— Puntualize de una forma grosera.

En realidad yo no era la tipica chica sumisa, mi padre siempre decia que tenía el carácter de mi madre, tranquila pero fuerte ante cualquier situación.

Ágata me miraba nerviosa, y aumento la velocidad del coche, llegamos más pronto de lo que esperaba, ella bajo del coche sin decir nada más , le seguí a paso lento.

—Siéntate por favor Chelsa, sabia que esto era una locura. Se lo dije mil veces a tu madre, que tu pronto te encontrarías con personas igual a nosotras y... —

—Espera ¿Igual que ustedes? ¿Como? No entiendo—

—Chelsa esto no esta bien, no me corresponde a mí decirte esto, lo siento mucho—

Me levante de la silla y camine en dirección a Ágata, ella se frotaba nerviosa las manos, incluso veía su frente con pequeñas gotitas cristalizadas de sudor, aun a pesar del clima frio.

Me arrodille frente a ella, y tome sus manos entre las mias, Sentía sus manos temblar. Ella era frágil por lo que desidi enfrentar la situación sin lastimarla.

—Ágata toda mi vida he pensado que soy un fenomeno, primero las voces en mi cabeza, después la visiones. ¿Sabes lo que es eso? enfrentar tus miedos a medida que el timpo avanza y el problema de voces y visones se agudizan, sin poderles decir nada a mis padres ¿por qué? Tal vez por que pensarían que estaba demente, pero ahora llego a una ciudad en donde conosco a una chica igual que yo, y aun chico ¡que es un vampiro! Y que te conocen y que al parecer hay un submundo alterno al que yo viví ajena y que ahora veo que yo no soy la unica anormal, por favor, ayudame a descubrir ¿quien soy en realida?—

Ágata me mira con tristeza, y camina hacia la pared llena de espejos.

—Te contare un secreto, pequeña Chelsa. Estos espejos me muestran parte del futuro, pero no siempre muestran la realidad, aveces tus deseos te engañan, y te muestran la realidad que tu quieres ver, si tambien soy vidente, pero no lectora de mentes como tu.

Estos espejos, vienen de generación en generación de mis primeros padres hasta los últimos, un legado familiar al cual protego con orgullo, y no me avergüenza lo que soy en realidad.

Tu madre es lectora de mentes, ella y yo eramos unidas nuestros padres gobernaban a Tethys, una especie de mundo donde habitabamos personas del submundo de manera tranquila, vampiros, videntes, lectores de mentes, hadas, brujas, y toda criatura extraña al ojo humano.

Pero Benjamín, un vampiro de alma oscura que queria tener el poder de Tethys. Corrompido por su avaricia se convirtió en un mounstro, un demonio salido de su propio infierno, y con el se unieron varios a su causa, esto trajo horror y miedo y con ellos la discordia y las guerras.

Los tres gobernantes del Tethys eran tu abuelo Derell Poliakov, lector de mentes Raymond Le Brun vampiro, y mi padre Sebastián Romenek que era vidente eran sabios y trataron de parar los disturbios que Benjamin habia causado más sin embargo esto nos obligo a enfrentarnos entre si.

Clanes contra clanes tu abuelo Derell y mi padre Sebastián unieron fuerzas y con ellos las hadas, llamando a nuestro pueblo Hina-Shu somos seres de luz que convivimos con la paz y no la guerra.

Los vampiros se aliaron con los brujos y todo ser de magia negra, ellos se llamaron Lailah que significa hijos de la noche.

Mis padres y tu abuelo murieron en las guerras, acabando con la mayoria de los malos pocos sobrevivieron, Benjamín desapareció y con el las almas obscuras de nuestro mundo, pero ya no hubo paz entre los Hina-Shu y los Lailah y nos mezclamos entre los humanos.

Poco a poco nos acostumbramos a pasar desapercibidos, entre los humanos. Tu madre y yo cresimos siendo las mejores amigas, nuestras únicas reglas era no mezclarnos de alguna manera con el mundo humano, pero tu madre nunca fue obediente, y conoció a Darius tu padre, después tu madre se embarazo de ti y tuvimos que huir, si las descubrirán esto seria la muerte para tu madre y tu padre.

Viajamos de Egipto hasta Estados Unidos y desidimos separarnos para que nuestro vínculo no fuera descubierto, cambiamos identidades y borramos las marcas con las que se nos identifica con la ayuda de un hada, de las pocas que sobrevivieron.

Creo que rompi nuestro juramento pero no quiero que veas a tu madre de mala manera, ellos te aman y ella sacrifico todo por ti pequeña chelsa—

Por un momento me senti mal por todo lo que paso, incluso me transporte a la historia que Ágata me habia contado, mis ojos se cristalizaron y las lagrimas se desbordaron de mis ojos.

—¿Por que mamá nunca me lo conto?

—Por que te ama Chelsa, y te protegía, pero tus poderes se manifestarian de un momento a otro y tu madre no quiso escucharme—

—Entonces ¿los vampiros y los videntes somos enemigos?—

—Algo asi, pero no todos los vampiros, ademas existía una leyenda donde algo poderoso nos volvería a unir.
Raymond Le Brun, es un tipo apegado a las costumbres, en realidad no creo que eso sea posible unir nuestros mundos lo ultimo que se es que unira en matrimonio a su nieto mayor con la nieta de una de las brujas—

—¿Pero no se puede pactar cuando su nieto asuma el poder? —pregunte esperanzada.

—No cariño, el es igual que su abuelo

Ágata suspiro profundamente y vi la tristeza en sus ojos, entendí el sufrimiento que debia estar pasando.

—¡Lo siento Ágata! — solloze.

—No tienes por que, Chelsa nadie es culpable mas que Benjamin, solo promete que no le diras a tu madre que lo sabes, no por ahora—me suplicó.

—Lo prometo—contesté

La abraze, me senti culpable por mi comportamiento, tan grosero.

Ahora tenia muchas más preguntas pero no era el momento

¿Abria realmente una salvación para este nuevo mundo?

¿Para mi?

¿Para mis padres y Ágata?

Loca Por El Vampiro Donde viven las historias. Descúbrelo ahora