II

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2014

En la realización de "Luna" Rebecca vivió un "infierno", y todo gracias a la diva que como sí conocía a todos los miembros del equipo por trabajos anteriores, llegó desde el primer día ofreciendo saludos y regalos remarcando lo acostumbrada que estaba a todo aquello. Aunque no llegaba a ser sincera y se veía que con hipocresía cumplía las normas de educación <<¿Por qué con ella no podía ser así?>>, se cuestionaba la joven. Dispuesta a disculparse por la primera pésima toma de contacto, hablaba con el director a la espera de que Élise llegara a donde estaban y para reivindicar sus iniciales pensamientos, la mayor la tomó por invisible llenándole el rostro del humo de su cigarrillo al saludar a Jordan con un beso en la mejilla y preguntarle por sus hijos. Rebecca podía adivinar que lo estaba disfrutando enormemente y en esta ocasión no le permitiría que la hiciera enojar, así que tras pedir permiso y saludarla con un <<buen día>> que no fue respondido, le pidió a Jordan que le avisaran a su camerino cuando fuera a empezar el rodaje.
―Querida ―dijo Élise sin voltear a verla cuando se alejó―, espera. Phillip ―llamó un hombre a su lado que cargaba varios bolsos negros―, de ella fue de quien te hablé ―él asintió―. Trata de hacer algo al respecto, no queremos que arruine esta película también ―comentó a modo de burla mientras Phillip se acercaba a Becca.
―Élise ―dijo el director en una condescendiente llamada de atención.
―Disculpa, Phillip. La señora te hizo venir en balde. Hay que comprenderla, a su edad la memoria no es nuestra mejor aliada ―dijo jocosa ante la mirada de la rubia.
―¿Perdona? ―inquirió insultada.
―Sí querida…, te perdono. Claramente, olvidaste cuando dije que siempre he hecho sola los estilismos de mis personajes, y así seguirá.
―No. Tú olvidaste mi claridad al afirmar... que no lo permitiré ―la retó acercándose a su rostro―. Esta vez estás trabajando conmigo, no con cualquiera ―afirmó vanidosa mirándola por encima de los lentes y luego le soltó el humo del cigarrillo en la cara nuevamente.
―No sabía que, además, era usted directora. Bueno, tranquila, cuando me llame a trabajar en un largometraje suyo trataré de seguir sus indicaciones, por ahora solo lo hago con las de Jordan Smith ―aseguró sonriente, restándole importancia al escalofrío que acababa de experimentar―. Vea el lado positivo ―la mayor la miró con un gesto de fastidio―. Así tendrá la oportunidad de pasar unos meses sin presión, digo, conmigo en pantalla tan "cómodamente desarreglada" como dijo, usted resaltará fácilmente, dele un descanso a esos rituales matutinos de belleza que le están robando energía ―ironizó divertida apartándose de Élise.
―Todas son iguales ―bufó―. Podrían poner más empeño en lucir bien, en eso no se fijan solo los hombres ―comentó por lo bajo la "estrella" antes de dar una larga calada a su Marlboro.
―No, usted se fija más que ellos, créame –respondió con una sonrisa sarcástica.
La joven neoyorquina para no transformar el género del filme en bélico con un <<me retiro>> se dirigió al camerino y le hizo un gesto con la cabeza a Donna para que la acompañara.
―Donna no sé cómo me convenciste para meterme en esto.
―Becca es una buena oportunidad, una gran película que te dará además de reputación bastante dinero. Además tampoco es que estuvieras muy bien tú sin representante por la vida, estabas perdiendo mucho trabajo y sabes que sola no te puedes organizar. Tranquila que ahora estoy yo y todo va a ir bien.
―Pero es que pensé que esto sería más fácil, esta mujer es insoportable –dijo mirándose en el espejo y resopló.
―Me parece a mí que esto es tensión sexual no resuelta –bromeó Donna.
―Sí claro, ¡lo que me faltaría en la vida ya sería el masoquismo!
Su orientación sexual había sido motivo de rumores constantes y horas de debates televisivos que nunca trató de negar o aceptar, era algo que creía que no tenía que hacer porque los que aman a su sexo contrario no lo hacen. Por eso era muy discreta y sabía que ahora debía serlo aun más, resolverle el misterio a la australiana sería darle un argumento fácil para continuar molestándola, cosa que ya hacía sin siquiera tener seguridad.
Esta con la cara de amargada que tiene no creo que haya tenido sexo en años, ¡si ni sonríe para que no le salgan arrugas por Dios! –continuó la broma sintiéndose un poco incómoda hablando de aquel tema y Donna no paraba de reír mientras acomodaba las cosas tras de ella―. Gracias por estar aquí Donna, se que apenas nos conocemos pero creo que haremos buen equipo.
―No tengo dudas –afirmó sonriente―. Y en algo tenía que entretenerme ahora que Montse no me necesita tanto y que se la pasa ensayando, y mis instintos dicen que esto va a ser muy divertido.
Esta película sería ambientada en la España actual pero gracias a los avances tecnológicos con los que contaban no tenían la necesidad de trasladarse hasta Europa para rodar. La mayoría de las escenas serían grabadas en el estudio en New York y algunas exteriores en Los Hamptons. El set estaba decorado al mínimo detalle en atrezzo como una comisaría sin excesivos lujos y allí rodarían las próximas escenas. A Rebecca nunca le dejaba de sorprender el maravilloso trabajo de los utileros, escenógrafos y diseñadores que montaban todo aquello haciéndolo parecer tan fácil. Con respecto al vestuario y caracterización, solo bastaba con verse al espejo para sentir que ya era otra persona la que se pararía ante la cámara. Todo era de gran ayuda para creerse el papel, y se daba cuenta que el cine, el arte en general, va de detalles, de paciencia, de echarle horas y meterse de lleno, iba de trabajar en equipo para que todo funcionara correctamente, aunque dudaba poder hacer equipo alguna vez con Élise. La idea de trabajar con la rubia por doce semanas estaba pareciendo lo más descabellado a lo que había accedido en su vida. Y si esperaba que con el tiempo se calmaran las aguas, estaba equivocada, cada día estaban en fase de emergencia ante maremotos.
–Prevenidos –exclamó el ayudante de dirección enviando a todos a sus respectivas posiciones.
En esta escena solo rodaba Rebecca pero esto no le impedía a Élise estar sentada junto al director como si fuera la productora de la película y aquella mirada juiciosa ponía extremadamente nerviosa a la joven sin saber ni por qué, solo pensaba en hacerlo lo mejor posible para que Élise no tuviera nada que decir después.
–¿Sonido? ¡Graba! –ordenó Jordan–. ¿Cámara? ¡Graba! –concluyó en el silencio y lo próximo que se escuchó fue el chack de la claqueta dando paso a la grabación de la primera secuencia.

Tras bastidores | Completa | Temática LésbicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora