☔018☔

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Omisiente
[

5 DÍAS PARA EL APOCALIPSIS]

Klaus se encontraba en una clase de estética o peluquería. Vio a un hombre acercarse y claramente era su padre.

- ¿Papá? ---Pronunció asombrado al verlo.---

Este no es dijo nada, solo le hizo una señal con su mano de que se sentará en una silla. Cuatro algo confundido lo hizo sin decir nada.

- Te dije mil veces que te afeitaras.

Reginald saco utensilios para afeitar barbas y/o bigotes y comenzó a afeitar a Cuatro.

- Lo siento. ---Pronunció Klaus algo intimidado, hace años que no hablaba con su padre.---

- ¿Cómo están todos?

- Bien, supongo.

- ¿Cómo estás tú?

- ¿Desde cuando te importa como estoy?

- Desde ahora.

Hubo un silencio incómodo por un rato, hasta que Reginald volvió a hablar.

- Necesito que ayudes a los demás, Cuatro.

- ¿En qué?

- Eres mucho más útil de lo que crees, solo que aún no sabes controlarte, ni siquiera conoces lo que puedes hacer.

- ¿A que te refieres? ---Pregunto muy confundido Klaus, se levantó de la silla y se giró a su padre, pero este lo volvió a poner en su lugar.---

- No te muevas.

- Respondeme. ---Dijo Klaus.---

- Las cosas que ocurren en la vida están destinadas, ninguno sabe que va a ocurrir. A excepción de que tu mismo lo cambies o de que seas número Cinco.

- ¿A que te refieres? ---Repitió la pregunta.---

Reginald no respondió y siguió con su trabajo. Klaus decidió cambiar de tema.

- ¿Cómo moriste?

- Cuando tienes muy buenos cómplices todo sale a la perfección.

- ¡Deja de decir acertijos! ---Grito con enfado Cuatro.--

- ¡No me levantes la voz! Soy tu padre.

- Tu no eres mi padre, eres un maldito mounstro que me torturaba,  que torturaba a todos. ---Una lágrima salio de sus ojos.---

- Quería que fueran fuertes y no debiles, creo que te debí poner más disciplina a ti, mira como eres, débil.

- ¡Basta! ---Klaus se levantó, haciendo que a navaja que tenía el señor Hargreeves le cortará un poco.--- Nunca entendí porque eras así.

- Te lo acabo de explicar.

- ¿Sabes? Me alegro demasiado de que te haya dado un paro cardíaco.

Primero el café, luego tú. | Number Five.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora