☔002☔

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Omnisciente

Todos habían compartido al menos dos palabras con Número Ocho; todos se presentaron.

— Yo soy Número Uno, pero dime Luther.

— Soy Número Dos, prefiero que me llames Diego.

— ¡Hola! Me llamo Allison, soy Número Tres.

— Moría de ganas por una nueva hermana, estas de aquí, ya me aburrieron. —Dijo señalando a Allison y a Vanya, la primera le dio un codazo haciendo que soltara un: "Auch".— Soy Número Cuatro, pero dime Klaus.

— Soy Cinco. —Dijo sin más el ojiverde.—

— Hola, soy Número Seis, pero dime Ben. —Le sonrió tímidamente.—

— Hola, me llamo Vanya, soy Número Siete.

— ¿Por qué todos tienen nombres aparte de su número menos Cinco? —Preguntó Número Ocho.—

— Cinco cree que es algo infantil. —Susurró Ben, pero éste escuchó.—

— No creo que es infantil, es estúpido. —Dijo Cinco.—Nuestro padre nos puso números y creo que eso es suficiente.

La nueva integrante de la academia sonrió de labios. Algo le motivaba a querer enfurecer a ese niño. 

— Llamenme ________ desde ahora. —Comentó Número Ocho, todos sonrieron, a excepción de Número Cinco, que se molestó aún más.—

El azabache se levantó de su lugar, dispuesto a decir algo, pero fue interrumpido por su padre, que entró a el lugar.

— ¡Hora de entrenar!

Todos los niños miraban con asombro la escena que acababan de ver, nadie había retado de esa manera a Cinco.

Cinco era lo máximo en la academia, eso pensaba su padre y todos sus hermanos. Todos admiraban a Cinco, y por esa razón, no se metían con él.

Todos bajaron, Vanya fue corriendo a lado de su padre, ya que ella no entrenaba.

— Haremos lo mismo: una carrera. Número Ocho, cuando Número Siete suene el silbato, tienes que intentar llegar primero esta donde yo estoy. ¿Entendido? —______ asintió con la cabeza.— Bien.

Vanya sonó el silbato, todos comenzaron a correr, Cinco estaba en el medio, por lo que usó sus poderes para llegar hasta el frente.

__________ río. ¿Ese era su poder? Pensaba que era mejor que eso, y por ende tomaba esa actitud. _________ seguía hasta abajo de las escaleras, ella no había comenzado a correr, se había quedado estática en su lugar.

— ¡Papá, Cinco hizo trampa! —Se quejó Luther.—

— Él se adaptó, ustedes deberían hac..., ¡Número Ocho! —Se percató que ésta no había empezado.— ¡Muévete!

Ella solo sonrió, para luego "copiar" el mismo movimiento que Cinco; ahora ella estaba en frente.

"¿¡Tenemos el mismo poder!?" Pensó Cinco.

Primero el café, luego tú. | Number Five.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora