☔009☔

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Número Ocho

Llegó el día; Cinco llegó puntal y le expliqué en qué consistía nuevamente.

Iba a entrar en la mente de ambos para simular un ataque, al que le dispararan primero, perdía, y el último en quedar sin ningún rasguño ganaba, y obviamente sería el mejor de ambos.

Quise volver a hacer lo que hacía papá anteriormente, usar a Vanya. Le pedí el favor de que sonara una pequeña bocina para comenzar, cuando viera que alguno de los dos fue "herido",  y cuando se acabara el tiempo que también lo hiciera.

Claramente también me tendría que meter en la mente de Vanya, para eso, fui a la oficina de papá y me inyecte el contenido de la jeringa como hace tres días, haciendo que aumentaran mis fuerzas.

— No creó que sea buena idea. —Me dijo Vanya.—

— No lo es; porfavor, acepta, si no quieres le tendré que pedir el favor a Klaus. —La miré.— y nadie quiere eso.

Vanya asintió.

— ¿No crees que los demás preguntarán qué está pasando? —Interrogó la ordinaria.—

— No, para eso pondré rejas en las puertas de las habitaciones y pasillos, para que nadie entre o salga. Tranquila, es una simulación, nada real. —Le sonreí, y me marché.—

Cinco estaba en un extremo de la sala principal y yo en el otro extremo.

— ¿Estás listo, Número Cinco? —Pregunté.—

Cinco me miró, pero no respondió.

— ¿Listos? —Preguntó Vanya desde el segundo piso, asentimos.—

Omnisciente

Pero antes de que Vanya tocara la bocina de color rojo, varios hombres armados entraron, pero dos llamaban la atención, tenían máscaras de animales a color, en cambio los otros, las tenían negras.

Los disparos comenzaron.

— ¡Mierda, Vanya! ¿¡Por qué no tocas la bocina!? —Gritó _________ molesta.—

Ambos números comenzaron a usar sus habilidades para intentar sobrevivir. Número Ocho golpeó a un hombre, lo sintió muy real por lo que pensó que la sustancia de su padre hacía que su poder se viera y sintiera más realista.

Vanya corrió hacia las rejas que _________ había colocado.

— ¡Ayuda! ¡Chicos vengan!

Al poco rato Allison, Diego y Klaus llegaron.

— ¿Qué carajos está pasando? —Pregunto Diego mientras veía con rareza las rejas.—

Vanya intentaba explicar pero estaba demasiado nerviosa, las palabras no le salían de la boca.

— Iré por Luther. —Dijo Allison para luego irse corriendo.—

Diego intentaba forcejear la reja, pero no podía.

— Klaus, ve por ________. —Ordenó Diego.—

— A sus ordenes. —Aceptó Klaus listo para ir en busca de su hermana, pero Vanya lo detuvo.—

— ________ está allá. —Señaló hacía la sala principal.—

— No puede ser. —Se quejó el moreno al ver a sus hermanos.— ¿¡No pueden dejar de pelar por al menos cinco minutos!?


— Y yo que pensaba que ya se llevaban bien. —Comentó Klaus, Vanya y Diego lo miraron con algo de enfado y confusión.— ¿Qué? Digo, Cinco la llevó a tomar café.

— Esos dos jamás se llevarán bien: son como el agua y el aceite, tan diferentes pero al cabo son exactamente lo mismo. —Suspiró.— Vanya, tienes que esconderte. —Ésta asintió.— Carajo, en dónde está Luther.

Número Ocho

Todo iba muy bien, al parecer íbamos iguales, ninguno iba ganando pero tampoco iba perdiendo. Estaba todo normal, hasta que vi a Diego y a Klaus en una de las rejas intentando quitarla.

— ¡Chicos, es una simulación, nada pasa...-

Me detuve al que ver una bala rozaba el brazo de Klaus, esto no lo provoqué.

Localicé a Vanya con la mirada, ésta estaba en un rincón, me miró y negó con la cabeza diciendo que eso no ers una simulación, realmente nos estaban atacando.

Me giré y traté de ver a Cinco a los ojos, él no se había percatado de esto. Fui corriendo para advertirle, él estaba de espaldas de mí.

— ¡_______, ayuda! —Escuche que gritaban mis hermanos pero no les puse atención, porque un hombre con una máscara diferente a las demás disparó justo al costado de Cinco, éste no lo logro ver.—


No supe qué, o por qué lo hice, creo que fue el reflejo, o tal vez porque realmente no quería que lastimaran a Cinco.

Tres balas impactaron mi cuerpo, una en el hombro, una en la pierna y la última me rozó la mejilla. Había sido el escudo humano de Cinco, literalmente.


Primero el café, luego tú. | Number Five.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora