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Omnisciente

______ llegó a su destino, no había mucha gente, de hecho, no había gente. ____ se llenó de esperanza de que ahí estaba Cinco.

Su Cinco.

Buscó en todo el lugar pero simplemente, nada. Él no estaba ahí.

Decidió buscar en otros lugares pocos conocidos, como el Molino de Viento Brixton, el Puente que se enrolla, las Cuevas de Chislehurst o El Palacio de Eltham.

Se rindió, estaba atardeciendo, se sentó en una banca de madera desgastada que daba la vista hacia un lago, tardó ahí aproximadamente diez minutos en darse cuenta que, era Cinco a la persona que buscaba, y Cinco lo que no quiere (al parecer) es que lo encuentren, ella pensó que Cinco sabría que si alguien lo llegara a buscar, sabría que lo buscarían en lugares poco conocidos, así que, eso era.

Rápidamente se dirigió a buscarlo a uno de los lugares más conocidos en Londres; el Big Ben.

_____ logró escabullirse dentro de la gran construcción, entró por una puerta de servicio y con cautela se dirigió a  la maquinaria, habían pocas personas, puesto que ya estaba anocheciendo, así que decidió meterse dentro de un armario a esperar a que quedaran menos personas.

Paso al rededor de dos horas, la luz ya no entraba al armario, ______ supuso que eran al rededor de las ocho de la noche, pero aún así ella lograba escuchar murmullos de algunas personas.

De pronto, escucho como dos personas corrían hacia su dirección entre risas, eran pasos apresurados.

- ¿Seguro que aquí nadie nos verá?

- Sí, no te preocupes.

Y después de eso, _____ paso aproximadamente una hora escuchando muchos gemidos, jadeos y otras cosas un poco más subidas de tono.

_____ se sentía tan pero tan incómoda, que ella pensaba cada minuto: "si no se van ahora, tendré que salir, mis piernas ya no me responden". Pero los hijos de perra no se iban, así que ella lo hizo.

Abrió el armario y los pubertos se asustaron, trataron de taparse con lo que tenían en frente.

- No se detengan, sigan en lo suyo.

Dicho esto, _______ notó que ya no había nadie más, sonrió y comenzó a buscar.

Buscó y buscó, subía y subía escaleras hasta que llegó al punto más alto, donde la vista era espectacular, se veían las estrellas brillar junto a las luces de los edificios de la ciudad, algunas palomas rondaban por ahí, el aire traspasaba las pequeñas ventanas, haciendo que su cabello se moviera un poco.

- Estando aquí, viendo todo esto, el cielo y la ciudad, me hace pensar, qué tan insignificantes somos. Qué tan pequeños somos comparados con el Universo, y lo poco que sabemos, el gran océano de sabiduría que nos rodea, y aún así, solo conocemos una gota de él.

- ¿Cinco?

Una persona comenzó a caminar hacia la poca luz que daba la ventana.

- ¿Cinco qué?

Era un conserje.

- Lo siento, lo confundí con otra persona.

- Sé que es una hermosa vista, pero no tienes que estar aquí, debes irte ahora o...

El hombre siguió hablando, _____ estaba apunto de irse hasta que...

- Carajo.

Era una voz que se escuchó casi inaudible.

Primero el café, luego tú. | Number Five.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora