Habían llegado a un callejón, Cinco pagó el taxi y se adentraron en ese lugar.
— Cuando era niño, siempre venía aquí.
__________ no dijo nada. Conforme iban avanzando, el callejón de veía más oscuro, incluso pensó que la iba a matar.
Siguieron caminando. Aparecieron en lo que parecía ser un centro de casas abandonado, al aire libre. El césped estaba seco, casas a punto de derrumbarse, y un árbol enorme que estaba marchito.
- Este lugar era mi favorito; me gustaba trepar aquel árbol, pero ahora si apenas lo toco, caerá.
- Bien, si vamos a llevarnos bien desde ahora, supongo que también debo de dar de mi parte. -Dijo ________.-
Con su poder, hizo que el árbol volviera a estar fuerte, y tuviera un lindo color verde.
- ¿Sabes? Siempre quise decírtelo: tu poder es fascinante.
- Dime algo que no sepa, tonto. -Dijo divertida Número Ocho.-
Cinco se sentó en un una pequeña banca y suspiró hondo.
- Extrañaba esto.
___________ imitó su primer acción, pero algo confundida, preguntó:
- ¿Por qué me trajiste aquí?
- Seré directo. -Comenzó a hablar frío.- El mundo acabará en seis días y no sé cómo detenerlo.
Las palabras dichas por el chico de ojos verdes chocaron muy duro contra _________. Su rostro estaba serio, al igual que el de Cinco.
- Cuando viaje en el espacio, me topé con el futuro, y tal y como me dijiste, mis poderes no funcionaron y me quedé varado, pero no me quede varado en un futuro comprometedor, sino en el pleno apocalipsis. -Comentó Cinco.-
__________ lo miró para que continuara.
- Todo estaba destruido, hecho trizas, fuego en todas partes. Intenté averiguar cómo o por qué ocurrió, pero no encontré absolutamente nada. -Dijo molesto.- Sólo esta maldita prótesis de ojo. -Saco el ojo de vidrio de su bolsillo.-
________ lo tomo entre sus manos, asombrada y triste por lo que decía Cinco. Y allí fue donde recordó la carta de su padre diciendo que tenía que viajar en el tiempo por Cinco, ya que el tenía algo muy importante que hacer.
Su padre sabía que el fin del mundo sucedería, le dio la misión de traer a Cinco de regreso, y ella no lo cumplió. Mierda.
Número Ocho, totalmente nerviosa por eso, soltó el ojo de vidrio, Cinco la miró confundido.
- ¿Ocurre algo? -Preguntó tranquilo.-
- No, no ocurre nada. Sólo que el fin del mundo sucederá en seis malditos días. -Dijo disimulando, no le diría lo que pasó.-
- Y por esa razón, necesito tu ayuda. -La miro a los ojos.- Necesito saber quién carajos provocó eso, te necesito.
Jamás pensó que Número Cinco pidiera ayuda, y mucho menis a ella. Número Ocho accedió, se quedaron en un silencio algo incómodo.
Para que el ambiente no estuviera tan tenso, y para que dejaran de pensar eso por unos minutos, el de ojos verdes decidió que era hora de retomar lo que hace poco.
- ¿Y bien? ¿Me vas a decir el por qué me dibujaste?
Número Ocho rió con nerviosismo, no era nada malo, pero ciertamente, le daba vergüenza decirle.
- Cuando éramos niños... -Comenzó a hablar.- al inicio te odiaba, me caías terriblemente mal, y tú no hacías nada para evitarlo.
- ¿Se supone que tenía que hacer algo? -Preguntó Cinco con ironía.-
- No, pero, me hubiera gustado que lo hicieras.
Cinco la miró, _________ estaba seria, así que decidió también ponerse serio.
- Continua.
- Comencé a tratar de llevarme bien contigo, pero nada funcionaba, me alejabas y ni siquiera me escuchaste. -Negó para sí misma.- Aquella vez que salvaste a una persona de un incendio grave, el cómo quisiste hacer algo que nadie más quiso, y arriesgando tu propia vida, fue lo que hizo darme cuenta que no eras una mala persona del todo.
Hubo un silencio.
- Comencé a admirarte sin que yo me diera cuenta, noté lo mucho que te esforzabas para lograr ser mejor cada día, que te quedabas despierto hasta las cuatro de la mañana para estudiar, entrenabas por tu cuenta, y creo que nadie más lo hacía.
Cinco se comenzaba a poner nervioso.
- Descubrí que también tenía otra habilidad, la cual era dibujar, así que, un día simplemente te vi, y dije, ¿por qué no?
¿Acaso está diciendo que ella lo admiraba cuando eran niños?
- ¿Qué fue lo que escribiste en la siguiente hoja de tu dibujo?
- ¿Qué cosa?
- Algo que decía... -Cinco trataba de recordar.- ¿América verde? No, umh, ¿dólares? No, tampoco.
- Oh, ¿te refieres al "ojos verdes como el dinero americano"?
- Sí.
- Es una canción, ¿no la conoces?
- No sé mucho de música.
- No recuerdo muy bien, pero era algo como: So take me to the paradise It's in your eyes Green like american money You taste just right Sweet like Tennessee honey. -Cantó.-
Ambos se quedaron en silencio.
- ¿Por qué esa comparación?
- No lo sé, supongo que porque es común las comparaciones con orbes, esmeraldas, mar, estrellas, el cielo... pero no el dinero.
- Me agrada.
Se quedaron en silencio, y se miraron.
El ambiente estaba tenso, muy tenso.
¿Y qué mejor que romper la tensión con un beso?
Pues eso fue lo que hizo Cinco Hargreeves. Se acercó, y la besó.
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So...
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