Capítulo 1: Hielo y nieve.

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Kim Min Seok.

Así es el nombre del pequeño que corría emocionadamente por la nieve. La navidad al fin había llegado y las ciudades se habían llenado de un hermoso manto blanco. Un suave y frío manto que el pequeño MinSeok amaba tocar. Amaba la nieve. Tanto que, aún si eran cerca de las cinco de la mañana, salió de casa al patio trasero a revolcarse en la nieve.

El pequeño de mejillas infladas y cuerpo chonchito, ojos muy achinados y cabello castaño. Portaba una pijama de manga larga y pantalones muy largos. Tenía dibujado por toda la tela a tiernos hamsters y el fondo de esta era amarillento. No usaba ni siquiera una chamarra que cubriera su pequeño cuerpo. Tan sólo usaba una playera y pantalones de franela, unos bóxers azulados y una playera debajo de color blanco para cubrir su desnudez. Literalmente, podría darle una terrible hipotermia si no se cubría. Pero nada le pasa.

Los copos de diseño único caían con lentitud al piso y Minseok los miraba tan emocionado, tan feliz. Que no sentía ningún frío en medio de toda esa nieve helada. Él no se daba cuenta, pero su pijama empezaba a congelarse lentamente. Pero no se daba cuenta porque él no sentía absolutamente nada. Era como cualquier otro día en SurCorea para él y su rebelde cuerpo.

Corría con tanta emoción por todos lados. Quería alcanzar todos los copos y ver lo hermosos que eran. Ver sus bellezas que a veces la gente no se detenía a admirar—¡Bonito! —exclamó cuando un copo cayó directamente a su fría palma. La miró y sonrió ampliamente. Sus diseños tan irrepetibles y magistrales, de alguna manera.

Pensó lo genial que sería poder ver a todos los copos flotar alrededor de él. Y pareció ser que su pensamiento se cumplió en realidad. Porque los copos empezaron a levantarse del piso. La nieve se detuvo abruptamente. Y Minseok tan sólo podía ver cómo los copos empezaban a flotar alrededor de él. Era un espectáculo en verdad hermoso. Y tan poco normal que el pequeño no se daba cuenta de ello.

La nieve giraba alrededor de él a la velocidad exacta. A la que el pequeño quiera que fuera—¡Nieve, nieve! —dijo saltando emocionado. Otro pensamiento con la nieve cruzó por su mente. Y ese era que la nieve se escribiera a sí mismo 'hola'. Y así pasó.

La nieve lentamente dejó de girar en torno al pequeño para empezar a escribir 'hola' en el cielo. Minseok aplaudió con emoción. La nieve lo saludaba tal y como él quiso que sucediera. Era todo tan irreal, todo parecía no ser nada más que un simple pero muy lindo sueño donde la nieve hacía exactamente lo que él quería.

Minseok se sentó en el gran manto de nieve y saludó con la mano a la nieve como si ésta pudiera siquiera estar viva para devolverle el saludo—Ven, acuéstate conmigo —pidió a la nieve palmeando el piso varias veces. La nieve cayó al piso pero de una manera peculiar. Se formó un montículo pequeño de nieve al lado del pequeño.

Éste rió y abrazó al montículo como si se tratase de alguien importante. Se sentía tan bien fuera. Con la nieve. Se sentía como si todo fuera como debía de ser; normal. Como si que la nieve flotando alrededor tuyo fuera totalmente común y corriente. Nada podía estar mal. Nada. Todo parecía encajar en el momento.

Pero MinSeok no sabía que nada encajaba...

—¡Oh, hijo mío! —abrió los ojos al haber escuchado la voz aguda preocupada e histérica de su madre. Bueno, cualquier madre se preocuparía al ver a su hijo en medio de una nevada invernal abrazando un montículo de nieve sin suéter ni bufanda tapando su no tan delgado pero sí frágil cuerpo.

—¡Omma, qué bueno que te veo! —dijo levantándose para correr a los brazos de una llorosa madre. Ésta lo cargó y lo abrazó muy fuertemente, un abrazo de alivio, felicidad de saber que su hijo no estaba sufriendo por hipotermia y seguía sano y salvo—. Tengo que contarte lo que vi, hoy, la nieve-

EXO history: First Fight.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora