EXO history: First Fight.

Capítulo 34: La destrucción.

Hace 40 años...

—Mis protectores... necesito que sepan algo... —habló MAMA suavemente desde su cama. MAMA era una mujer de un tamaño colosal considerada una diosa por su belleza y por haber sido quien supuestamente creó a los protectores de EXO planeta (quienes eran considerados deidades por los habitantes). Su cabello era de un color dorado y tenía algunos rizos, era tremendamente largo hasta más abajo de su cadera. Su piel era de un color plateado con pecas rosadas salpicadas en algunas partes aleatorias de su rostro. Sus ojos eran de un color índigo suave y brillaban bastante. Sus labios finos tenían un pequeño brillo rojizo. Tenía facciones delicadas y hermosas dignas de una verdadera diosa de la belleza sólo que esta era la diosa de todo el planeta. Solía usar túnicas largas de colores claros y brillantes que llegaban hasta el piso siendo prendas realmente grandes. Solía usar una corona compuesta por ramas blancas y con una joya índigo en el centro de esta.

Siempre fue una mujer muy hermosa y grande con un gran número de edad. Tenía sus virtudes y sus errores, claro, nadie es perfecto pero su error más grande y que ya no podría evitar más era su pasado. Ya sé, típico pasado tormentoso, pero este pasado estaba afectando a quienes no debía. A veces se preguntaba por qué no lo acabó cuando pudo. Ahora un montón de seres inocentes y sus doce protectores debían ser quienes pagaban por sus errores pasados. Realmente no es el mejor sentimiento pues le tenía cariño y aprecio a los protectores del planeta que ella volvió a otorgar la vida (o eso todos suponen).

El problema era que ella estaba por pasar lo que muchos quieren evadir y lo que otros anhelan con un amor enfermizo; la muerte. Nada es eterno, dicen muy bien la gente. No lo es MAMA, no lo son los chicos. Lo único eterno es la eternidad en sí—Yo... cometí muchos errores en el pasado... —decía observándolos de pie en sus formas originales observándola a ella con una mirada repleta de tristeza por saber que la muerte estaba por alcanzarla—. Se podría decir que hice más cosas malas que buenas y por ello les pido perdón... —los miró a todos sabiendo que en un momento de tristeza es difícil procesar las palabras—... he perjudicado a muchos en mi pasado pero esta vez, me está costando muy caro —suspiró con pesadez sintiéndose débil—. Sé que ustedes son unidos y quisiera que se mantengan así, aún si tienen peleas y pueden haber diferencias entre ustedes. Cuiden lo más que puedan a este planeta y a los sus habitantes en la medida de lo posible. Yo moriré en menos de 50 años y la protección que he puesto sobre ustedes morirá. Perdónenme si no los protejo de todo pues ya soy débil —cerró sus ojos por unos momentos y los volvió a abrir a medias—. Sean fuertes. Sean uno mismo. Sean EXO —pidió tosiendo al final por debilidad. Yixing tocó la mano de MAMA y susurró que debía descansar y así lo hizo precisamente.

Los chicos salieron de la gran habitación en total silencio. Pudieron contemplar, por la gran ventana, destrucción e invasión. Desde que TRE había arribado arruinándolo todo y destruyendo sin cesar, se llevaban a seres en naves para jamás volver. Sentían que estaban fracasando. Antes ya habían ido a proteger el planeta o a salvar a un aliado de amenazas menores pero no contaron con la gravedad de este enemigo. Todos los planes que creaban para defenderse eran arruinados por no conocer al enemigo lo suficiente para saber su mayor debilidad.

"Lo llegué a conocer como a un gran amigo en un pasado. Era una de las mejores personas que conocí pero ahora ya no sé si siga siendo el chico de hermosos ojos rojos que conocí. Ya no sé siquiera si sus ojos rojos siguen ahí" alguna vez dijo MAMA sintiéndose inútil por no poder ayudarlos. Alguna vez conoció al antiguo TRE, cuando éste era sólo un joven y buen chico de ojos rojos hermosos con sentimientos y principios. Quien sabía si ese chico aún existía dentro de ese cruel ser que ahora invadía planetas arrasando con todo y esclavizando a sus habitantes. Las únicas dos maneras de no ser esclavizado eran; uniéndotele y prometiéndole lealtad a su causa, o tener un poder y/o capacidad que él anhelase para él mismo.