EXO history: First Fight.

Capítulo 16: Otros secuestros.

Cinco días para navidad.

Junmyeon observaba por enésima vez consecutiva en el día a la ventana. Desde ayer venía Yixing a su cuarto a escondidas por la noche. Admiraba la manera en la que podía colarse en la mansión de los Kim sin ser visto por sus guardaespaldas (que siempre estaban fuera de su habitación y rondando la casa).

Veía viendo cómo se oscurecía el sitio y soltó un suspiro de frustración. Odiaba a la mujer que se catalogaba como su madre. Gracias a ella se la pasaba encerrado en su habitación siguiendo con sus estudios desde ahí. ¿Y por qué hizo eso? Porque hacía lo posible por arruinarle su vida de alguna forma u otra.

Se recostó en su cama y se dispuso a mirar al techo. La puerta fue abierta y una de las empleadas entró con un vaso de agua que pidió para sí—Tome su vaso, joven —le entró el vaso a Junmyeon quien lo tomó con tranquilidad. La mujer se fue y Junmyeon ni se molestó en tomárselo. Lo dejó de lado en su buró y siguió observando el techo. Era lo más interesante que podía hacer en esos momentos.

Sintió su garganta seca y decidió tomar su vaso. Se sentó en la cama y empezó a beber con lentitud de éste. Escuchó un ruido repentino que le hizo sobresaltar, lo cual, también hizo que el agua se tirase un poco sobre de él. No era lo peor del mundo. Ya ni le importaba si eso sucedía o no.

Volteó a ver el nacimiento del sonido encontrándose con Yixing asomado en su ventana. Ya había llegado al fin. Corrió con todo y el vaso para ir a abrirle la ventana—Casi me ven tus guardias —musitó algo bajo haciendo reír a Jun por lo bajo. Soltó el vaso y le ayudó a pasar. Cuando ya estuvo dentro, cerró la ventana y bajó la cortina.

—Eres todo un experto. Yo no puedo lograr salir del cuarto, imagínate —Yixing sonrió levemente y sacó algo de su bolsillo.

—Kyungsoo cocinó unas ricas galletas y te traje de ellas. Son para que no te sientas sólo —tomó una de conejito y se la dio a Junmyeon quien la tomó con gusto. Sonrió por lo tierna que era esta. Miró a Yixing quien no lo había parado de ver de una manera muy linda. Se sonrojó levemente y el contrario rió un poco—. Me recuerdas a un conejo.

—Tú me recuerdas a una oveja...

—Tal vez lo soy —se acercó un poco al contrario—. O tal vez soy un unicornio que viene a curar tus males —hizo reír al contrario quien empezó a comer de la galleta—. Cuando salgas de aquí, quiero que tengamos una cita.

Eso casi hace escupir la galleta al contrario. Tosió levemente y después miró al menor—Eh... yo...

—No eres heterosexual, Junmyeon.

—Sí que lo soy.

—Si es así, ¿por qué sé que me mientes? —Junmyeon suspiró y dejó de lado la galleta (que estaba muy rica, por cierto). Miró a la ventana con la mirada baja. Tomó su vaso con agua entre sus dos manos y lo contempló por segundos—. ¿Tienes miedo de serlo?

—No quiero alejarme de mi padre.

—¿Y eso por qué sucedería? —le preguntó curioso de saber la situación del coreano.

—La señora Kim, la cuál me detesta, le ha estado convenciendo a mi padre de que soy mala persona y... que no sé elegir a mis amigos. Lo convenció de que soy hipócrita y tal vez tenga un poco de razón. Mi padre aún me mantiene cerca de él porque no lo he terminado de decepcionar. Si acepto mi sexualidad y se la digo, jamás lo volveré a ver —suspiró con dolencia y limpió rápido una lágrima que quiso salir.

Yixing tomó la mandíbula del contrario con delicadeza para hacerlo que lo mire a los ojos. Le sonrió dándole a entender que estaba de su lado y empezó a hablar—Tú no eres mala persona ni un hipócrita. Conozco a hipócritas de verdad y tú no eres de esos. Tu sexualidad no es ningún defecto ni razón para decepcionarse. Primero que nada, tienes que aceptarte a ti mismo. Después de eso, podrás decirle a tu padre la verdad. Si en verdad te ama, te aceptará. Si no lo hace, ¿qué más se puede hacer?