EXO history: First Fight.

Capítulo 8: Fuego y llamas.

Park Chan Yeol.

Cuando uno ve a un niño muy alto, con orejotas, que usa lentes redondos y que es amante de los hurones, uno nunca se creería que proviene de una familia adinerada. Porque sí, eran muy adinerados pero bastante amables y eran geniales padres que complacían a sus dos hijos; a la hermosa Park YooRa y al pequeño adoptado; Park ChanYeol. Su hijo que usaba lentes y tenía grandes orejas. Amaba a los animales en general, incluso una vez quiso adoptar una rata pero su madre no le dejó. Sólo que los hurones, eran sus dioses y siempre soñó con ser parte del Club de los Hurones. Y logró entrar en el club, exitosamente.

Algunos pensaban que era un niño demasiado patético como para existir aún. Pero nadie se burlaba de él por el simple hecho de que era hijo de personas ricas, o sino, quién sabe cómo sería el destino del pequeñín si su familia no fuera adinerada.

En ese instante, se hallaba en el Club de los Hurones con sus demás amigos. ¿Qué se hace en un Club de los Hurones aparte de hablar de los hurones? Pues conocer a los hurones de tus amigos, saber sobre los ámbitos de los hurones, cuidar hurones de los refugios de animales, etc.

Siempre se reunían en una carpa dentro de un parque muy lindo que quedaba a unas calles de la gran escuela. Pero ese día, el parque estuvo cerrado porque hubo un incidente muy grave en éste. Y tuvieron que ir a un nuevo sitio a seguir con el club de los hurones porque nadie de los niños quería faltar. Fueron a un salón prestado de la escuela en donde usualmente se reunía el club de las gimnastas, pero que ese día no hacen el club. Se quedaron en la plática de cómo es que los hurones se emparejan o cómo encuentran a esa pareja.

—¡Los hurones son impactantes! —exclamó Jaike, un pequeño japonés que inmigró con su familia dos años atrás—. No entiendo a la gente que dice que son feos.

—No, no —corrigió AhnMin, una niña muy bonita crush del 90% de los niños del club—. No dicen que son feos, dicen que huelen feo. Pero si los bañas muy bien, huelen bien bonito. Como yo, que baño con mucho cuidado a mi tierno Hyen —dijo acariciando la cabeza de su hurón.

Chanyeol tenía poco interés en la plática, estaba más ocupado cuidando a su pequeño Janggang que estar hablando de sí huelen mal o no los hurones—¿Tienes hambre, pequeño? —le preguntó en voz bajita a su hurón que trepaba por su brazo. Llegó hasta su hombro y se recostó ahí.

La maestra que cuidaba de ellos fue a traer comida para los hurones a petición de Kihyu. El resto debatían el cómo se baña a un hurón para que huela muy bien. Todos tratando de impresionar a AhnMin. Chanyeol también tenía un crusheo por ella, sólo que se creía demasiado feo para ser notado por esa niña tan linda. El más lindo entre todos era Ryuntae. Y era el que más se atrevía a hablar con ella. Aparte del hermano de AhnMin, quien era el único que no tenía crusheo por ella (porque son hermanos).

Habían más niñas, pero ninguna la igualaba a ella. A la hermosa Ahnmin, la imposible.

De repente, la alarma empezó a sonar. La alarma que hace demasiado tiempo no sonaba en esa escuela; la alarma de incendio. Los niños empezaron a alarmarse de inmediato; ¿qué estaba pasando? Ninguno de ellos conocía el sonido de esa alarma porque nunca sonaba. Entonces, la maestra entró al salón—¡Niños, tenemos que irnos! ¡Hay un incendio! —todos se angustiaron de inmediato y algunos temieron. Empezaron a salir tratando de mantener la calma.

Era extraño, pues había un mecanismo de defensa contra incendios. Parecía no estar sirviendo—Maestra, ¿qué pasó con el agua que sale del techo? —preguntó Nani, una pequeña alfombra gordita, que se hallaba muy angustiada.

—Alguien ha hackeado el sistema y no se han podido activar, por eso debemos de salir con la mayor rapidez posible —advirtió caminando con mucha rapidez. Quería ya irse de ahí antes de que el humo o el fuego alcanzase a los niños. No se permitiría eso nunca en su vida.